El poder castrense
Freddy Sánchez martes 23, Jun 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Algo pasa con las estrategias de seguridad que no terminan de ser las adecuadas para combatir la criminalidad de las mafias del delito.
Un mal heredado de sexenio a sexenio y que en la actualidad, por desgracia, no parece haber quedado erradicado. Antes al contrario, la consumación de delitos continúa agraviando a la sociedad.
Las bandas criminales con alto potencial destructivo de vidas y haciendas de las personas, se mantienen en “pie de guerra”, porque no temen a la autoridad por más que se pongan en acción nuevos procedimientos persecutorios para detener a los presuntos responsables de delitos.
Es preciso aclarar, naturalmente, que la inteligencia financiera, (no de uso exclusivamente contemporáneo, pero sin duda altamente eficaz en el momento actual), pudo hacer la gran diferencia en la lucha contra el crimen organizado al quedar constancia de que se indaga mejor incluso al escudriñar en los otrora inviolables y “sagrados” resguardos bancarios y de valores donde suelen esconderse fortunas mal habidas.
Y es que gracias a la ley que lo permite, el aseguramiento de fortunas bajo sospecha de corrupción y por lo tanto posiblemente ligadas con las organizaciones criminales, indiscutiblemente se ha convertido en el arma más eficiente en la lucha contra el delito.
Claro que es más que evidente que entre lo que falta por falta hacer y lo que se ha hecho, parece existir una distancia enorme.
Los golpes dados a grupos identificados como parte de las mafias del delito, aún carecen de la amplitud y contundencia requerida para que los adinerados malandrines, se sientan expuestos y salgan huyendo del país, en vez de que poseyendo todavía grandes fortunas persistan en mantener activos sus negocios dedicados a la comisión de los ilícitos que mayormente enriquecen a las mafias: falsificaciones, contrabando, piratería, trata de blancas, pornografía, extorsiones y lo tradicional que sería el tráfico de drogas en todas sus expresiones conocidas y por conocer.
Es de demandar pues, que las labores de inteligencia financiera contra los organismos criminales se intensifiquen hasta que abarquen todos los entes delictivos y, naturalmente, incluyendo la persecución de quienes en grandes empresas o puestos de gobierno se hayan coludido con estos delincuentes.
Por otra parte, huelga decir que las acciones institucionales de calle, en contra de matones a sueldo, están más que superadas por rufianes violentos que siguen actuando sin ningún temor a las autoridades.
El caso del juez y su esposa asesinados recientemente, lo acreditan. Y sobre todo la suma cada vez más abultada de acciones criminales inspiradas en una saña inaudita que lo mismo aniquila la vida de adversarios en las sucias lides delincuenciales que a sus familiares, sin importar que se trate de ancianos o niños indefensos.
En ese aspecto, se antoja pertinente preguntar cuándo se verá el resultado de haber incorporado a las fuerzas armadas en la lucha contra la delincuencia que sigue impunemente ensangrentando a la nación.
La inteligencia militar, muy posiblemente, podría dar más contundencia a la lucha civil contra el delito, lo que hace falta para que los criminales que matan a mansalva tengan claro que ningún delito en el que corra la sangre se perdonará y los responsables serán atrapados vivos o muertos.
Porque a esta clase de individuos sedientos de causar pena y dolor, no se le puede dejar que sigan actuando con impunidad y, obviamente, jamás se le logrará convencerlos de que cambien de actitud con “besos y abrazos”.
De ahí la importancia de aparejar la lucha en materia criminal con métodos similares entre la inteligencia financiera y militar en “la cacería” implacable que hace falta para ir contra los criminales asesinos. Buscarlos, encontrarlos y someterlos a como dé lugar, es inevitable.
Las fuerzas armadas, (sujetas a reglas muy estrictas) deben actuar sin miramientos contra las mafias de la delincuencia organizada, porque éste es el momento justo para echarles encima todo el poder castrense.