Gobernadores ante la pandemia
Ramón Zurita Sahagún lunes 22, Jun 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Si algo está claro es que los tiempos de la pandemia han servido para mostrar el carácter y hasta entereza de los gobernadores que por razones diversas han saltado a la polémica.
Es cierto que desde el gobierno federal les han lanzado la advertencia de que no habrá recursos extraordinarios para atender la contingencia, por lo que se formó un grupo de mandatarios estatales que buscan los resquicios por los que podrían obtener presupuesto extra para las necesidades que provoca el contagio masivo de Covid-19.
Quienes pertenecen al selecto grupo que encabezan el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, y en el que se incluyen el de Coahuila, Miguel Riquelme; Tamaulipas, Francisco Javier García; Aguascalientes, Martín Orozco; Colima, José Ignacio Peralta; Nuevo León, Jaime Rodríguez; Michoacán, Silvano Aureoles; Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez y Durango, José Rosas Aispuro, han venido sosteniendo reuniones diversas entidades del país: Coahuila, Colima y llaman a los demás mandatarios a unirse a su reclamo de un nuevo pacto fiscal federal.
Sin embargo, al tiempo de exigir el establecimiento de un nuevo pacto fiscal, varios de ellos consiguieron que sus congresos locales les otorgaran la autorización para contratar deuda para enfrentar la contingencia sanitaria. Las mismas cabezas del reclamo de un nuevo pacto fiscal son las que iniciaron este proceso, autorizados por sus respectivos Congresos: Jalisco, Tamaulipas y Guanajuato, entre ellos.
Con todo y ellos los gobernantes continúan firmes en su petición de una mejor distribución del presupuesto y la reasignación de recursos.
Pero la pandemia también ha mostrado el carácter de los gobernantes como es el caso de Enrique Alfaro, quien sale a la palestra, señala, acusa, demanda y después se retracta y se esconde. Otros como Diego Sinhué Rodríguez, se mueve en la circunstancia de demandar recursos, pide a su Congreso la contratación de deuda, se mueven en el mundo de las intrigas, mientras en su entidad la delincuencia actúa impunemente, produciendo matanzas frecuentes. Sucede algo similar en Michoacán, de Aureoles, y Colima, de Peralta, entidades con cambio de gobernador en 2021.
Cuauhtémoc Blanco, de Morelos, dedica su tiempo a la práctica de simulacros, instalando y desinstalando hospitales y a jugar a lo que le gusta, dejando las actividades de gobierno en manos de su secretario de gobierno, Pablo Ojeda Cárdenas y de otros de sus cercanos que ya fueron liberados de las denuncias de corrupción. En Puebla, Luis Miguel Barbosa, muestra mano dura, emitiendo decreto para retrasar la operación de la industria.
En Tabasco, Adán Augusto López se ve frustrado al no poder convencer con palabras a sus gobernados para que se guarde en sus casas, siendo la entidad en que los contagios no bajan, sino al contrario suben, por lo que recurre al acto desesperado de enclaustrarlos cerrando todo (hasta mercados y supermercados) los fines de semana, provocando que un día antes, se generen largas filas, sin sana distancia, por lo que no se registra resultado alguno.
Jaime Bonilla, Baja California, busca allegarse recursos mediante el cobro de impuestos atrasados, especialmente los correspondientes al uso del agua, donde empresas y empresarios se han convertido en auténticas rémoras.
Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, aprovecha los tiempos de la pandemia para mostrar al mundo lo esplendorosa que es la cultura del estado en que no nació, pero al que siempre ha estado vinculado por su padre y ante la imposibilidad de celebrar la fiesta de la Guelaguetza, manda una prueba de ella hasta Nueva York.
Rutilio Cruz Escandón de Chiapas da muestra de cómo se llevan fuerte en su entidad. Grupos de inconformes queman la vivienda de su madre en su lugar de origen, Venustiano Carranza y en otro evento distinto, los escoltas de su hija atacan a su ex yerno, provocándole herida de bala.