La dirigente que no escuchó
¬ Augusto Corro miércoles 17, Jun 2020Punto por punto
Augusto Corro
El presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al poder por sus atractivos discursos contra la corrupción, Como mandatario critica a diario a los corruptos. Quizá a muchos políticos y funcionarios públicos ya les cayó el veinte y ahora marchan por la senda de la honestidad.
Pero en el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que fundó sus dirigentes, no todos, no escucharon o escuchan las palabras del tabasqueño. Nos referimos concretamente a la expresidenta de esa organización política y actual secretaria general, Yeidckol Polevnsky, a quien acusan de desviar 395 millones de pesos del presupuesto de Morena a obras fantasma.
Son los propios compañeros de la dirigente, quienes le exigen cuentas claras y transparentes en el manejo del dinero, en los tiempos que estuvo al frente del instituto político.
En la mañanera del martes, le preguntaron al presidente López Obrador sobre el asunto de Yeidckol Polevnsky que tiene un profundo olor a corrupción. Dijo el mandatario que si bien no le correspondía inmiscuirse en los asuntos internos de cada partido, “en cuanto al manejo de sus finanzas recomendaría que si hay pruebas de irregularidades, de casos probables de corrupción, que se presenten las denuncias ante la autoridad competente para que lo resuelva”.
Sin aludir a la dirigente declaró que es importante que “todos cuidemos que no haya corrupción en México, limpiemos de corrupción al país”. ¿Habría escuchado Yeidckol Polevnsky las palabras del líder moral de su partido? Tal vez. ¿Qué piensan los militantes de Morena sobre la conducta de su expresidenta y la corrupción que se practica en ese partido?
Como señalamos en este espacio, el divisionismo en Morena tiende a agudizar en tiempos difíciles debido a los efectos del coronavirus (Covid-19) en la salud y en la economía. Ya probamos las condiciones complejas que se viven cuando nos azota una pandemia. Pues en medio de estos problemas, los dirigentes de Morena decidieron pelear por los cargos en la dirección.
El próximo año se efectuarán las elecciones intermedias. Participarán miles de candidatos para cargos de representación popular. Se votará para renovar la Cámara de Diputados y 15 gobernadores. Imagínese usted cómo se desarrollará la lucha por ser uno de los participantes en la contienda electoral. Esta es otra de las razones por la que los dirigentes morenistas pelean.
En la pugna todos participan, También se encuentra el manejo millonario del dinero que les proporciona el Instituto Nacional Electoral (INE) para su financiamiento como organización política. Se trata de varios asuntos de ambiciones de poder y dinero que inquietaron a los líderes del partido Morena.
En el futuro cercano los morenistas deberán tener resueltos sus problemas si quieren hacer un papel digno en las elecciones del 2021. El presidente López Obrador tendrá la necesidad, posiblemente, de ser apoyado por Morena para continuar con la mayoría de legisladores en la Cámara de Diputados, que le permitirá concluir sus proyectos políticos.
Cabe señalar que para el 2021 ya se tendrán resultados de la actuación del gobierno obradorista frente a la pandemia del coronavirus y sus repercusiones en la economía. ¿Cuál será nuestra condición como país tras la ola de miles de decesos? ¿Aprobará la sociedad la manera en se luchó contra el virus?
¿Y en la economía? ¿Para esas fechas ya se habrá solucionado el problema del desempleo? ¿De miles de personas que perdieron sus fuentes de trabajo y que fueron orilladas a vivir en la pobreza la marginación? ¿Y los comerciantes que todo perdieron? ¿Podrán superar sus conflictos y recuperarse económicamente?
Ante semejantes problemas, no parece que Morena se encuentre en condiciones de ser el partido arrollador de las elecciones del 2018. En el 2021 el escenario será diferente. ¿Y si los morenistas llegan divididos a las elecciones, que podría ocurrir? Usted, amable lector, tiene la palabra.