Por falta de análisis
Armando Ríos Ruiz miércoles 17, Jun 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Parece que el estado de Morelos paga un karma de dimensiones extraordinarias. Toda su historia ha sido pésimamente gobernado por políticos que ni siquiera nacieron allí. Que fueron impuestos desde el centro, por Presidentes que no tenían por qué pensar en el bienestar de sus habitantes, sino sólo en las comodidades de sus residencias en el lugar, llamado La Ciudad de la Eterna Primavera, título sustituido por el de “Cuernavaches Morelhoyos, la Ciudad de la Eterna Brincadera”, por la abundancia de baches en las calles.
Últimamente, desde hace varios sexenios, sus moradores no han tenido la precaución de realizar el mínimo análisis de los aspirantes a gobernar y han ido directos a votar por el peor. El penúltimo, el tabasqueño Graco Ramírez Garrido Abreu, por lo menos avecindado hace años en el estado suriano, dejó un inmenso saldo de ofensas por diferentes actos, que fueron desde el enriquecimiento estratosférico de él y de su familia, hasta el abuso en diferentes áreas.
Dejó la entidad convertida en un desastre. Desde antes de concluir su mandato, se dijo a diestra y siniestra que iría a parar a la cárcel por disponer de recursos del estado y por sus ligas con el crimen organizado. Su esposa se apoderó de camiones repletos de víveres y otras ayudas suministradas para mitigar las terribles pérdidas ocasionadas por los temblores de septiembre de 2017, que escondió en una propiedad suya. Por decir lo menos.
Apareció en el escenario político Cuauhtémoc Blanco, un futbolista destacado en el arte de patear el balón, pero con una educación que no rebasó la primaria. Un hombre afortunado, invitado por un diario de circulación nacional a prestar su nombre para que apareciera en una columna periodística, porque no es siquiera capaz de escribirlo sin faltas de ortografía. Apareció en una telenovela y tenía una casa de descanso en Cuernavaca.
Logró la postulación a gobernador por Morena y durante la campaña sostuvo un debate con otros contrincantes, casi a mentadas de madre. Mostró pues, su baja estofa sin hacer el mínimo esfuerzo. Una vez obtenido el triunfo, se dedicó casi de tiempo completo a la fiesta. Era y es frecuente encontrarlo en un campo de golf a la hora de gobernar, por más que le han hecho películas con teléfonos celulares.
Una encuesta revela que en un año tuvo actividades como gobernador, 158 días, que se convierten en apenas 43 por ciento en ese período. Dicho de otra manera y de acuerdo con la Asociación Civil Morelos Rinde Cuentas, no tuvo actividades 207 días. ¡Qué prolongadas vacaciones!
Últimamente, también se han hecho recurrentes las denuncias en su contra, por tener a familiares y amigos en cargos preponderantes, con sueldos de excelencia, que como él, carecen de preparación académica.
El colmo: su hermano Ulises Blanco ha sido denunciado sistemáticamente porque a pesar de no ser parte del gabinete estatal, asiste a reuniones de seguridad, da órdenes, atisba en diferentes dependencias y se comporta como si fuera el auténtico mandatario.
Hace apenas unos días, fue interpuesta una denuncia en contra de Cuauhtémoc, por el delito de ejercicio abusivo de funciones, porque ha inundado el gobierno con familiares y amigos. Su cuñada, esposa del hermano incómodo, de nombre Liu León Luna, sus tíos, Carlos y Jaime Juárez López, desempeñan cargos con salarios de envidia.
Otros que ahí laboran son: Jonathan Alegría Mejía, Armando Sahid Bravo López, con cargos delicados que les quedan demasiado grandes, de acuerdo con el decir de quienes les conocen bien y con ingresos similares a los anteriores
Resulta que ahora, los morelenses están arrepentidos de su elección, aunque no es la primera vez. Lo están desde hace demasiados sexenios que cometen el mismo error, por no realizar el mínimo análisis.