Jóvenes egresan y van a primera línea de batalla contra Covid-19
Salud miércoles 17, Jun 2020“Los ángeles de la salud”
- Autoridades echan mano de todo tipo de apoyo en la pandemia
Redacción
Ciudad de México.- La pandemia por el Covid-19 ha llevado a las autoridades sanitarias a echar mano de todo tipo de ayuda, tan es así, que incluso pasantes y jóvenes egresados en el área de la salud, se han sumado a la batalla contra la enfermedad que ha puesto de cabeza al mundo; doctores, enfermeras, camilleros, todos ellos en el personal de la salud ponen, incluso su propia seguridad en riesgo, “por humanidad y amor a su profesión”.
Aunque han sufrido incluso ataques y acusaciones infundadas de negligencia, de parte de quejosos que basan sus argumentos en la ignorancia, los héroes de la salud siguen en pie de guerra y todos los días cumplen con jornadas extenuantes de trabajo, atendiendo a cada uno de los pacientes que se presentan en cada una de las unidades Covid-19, mientras que a nivel nacional, hasta el día de ayer se tenía un registro en total de más de más 140 mil casos confirmados y casi 17 mil muertes, a la par que en Quintana Roo, uno de los pulmones de la economía del país, existen casi 2 mil 500 casos confirmados y más de 400 muertos.
En medio de este infierno, están los ángeles de la salud, en un afán inquebrantable de que estas cifras no se eleven más, pero necesitan el apoyo de la ciudadanía, atendiendo las medidas de prevención, pues de lo contrario, irremediablemente en algún momento, los hospitales se verán rebasados.
Uno de estos ángeles es Irving Valencia, enfermero en el Hospital General de Zona 1-A Dr. Rodolfo Antonio de Mucha Macías, “Venados”, en la delegación Benito Juárez, Ciudad de México, donde desempeña su trabajo en el área Covid y quien concedió una entrevista a DIARIOIMAGEN: “mi función es checar a los pacientes que van arribando al hospital con síntomas de esta enfermedad, me encargo de leer sus signos vitales y saturación de oxigeno, eso dentro de las funciones principales, pero dada la situación también tenemos que apoyar a los demás compañeros, cuando hay algún código rojo, cuando un paciente cae en paro respiratorio, hay que estar alertas en todo momento”.
Hay mucho sufrimiento
A su paso por esta experiencia, el joven afirma que “Lo más difícil es ver como este virus acaba con la gente tan rápido, hay mucho sufrimiento, ellos sufren desde que ingresan al hospital, no solo porque son portadores del virus, sino porque son consientes de que no se sabe si volverán a ver a sus familias. Por supuesto que también sus familias, afuera, enfrentan otro infierno, el de la incertidumbre, porque si bien pueden monitorear a sus pacientes a través de internet, es imposible que haya visitas o que se puedan ver, por obvias razones. Esto es muy complicado”.
Sobre su equipo de protección para entrar al área Covid y las medidas que debe tomar, nos relata: “Las medidas que tomo principalmente para protegerme son usar adecuadamente el equipo de protección dentro del hospital, que es una mascarilla especial, guantes, además de la ropa que es especial para este tipo de situaciones. Fuera del hospital uso mascarilla N95 y tengo un lavado de manos en todo momento, incluso, llegando a casa, para proteger a mi familia utilizo un tapete sanitizante y llego siempre a bañarme”.
A lo anterior añade que “Al estar en la primera línea, nos convertimos también en un riesgo de contagio para nuestras familias en casa, por lo que debemos preocuparnos por desinfectar todo constantemente, la ropa que uso en el hospital no la llevo a casa y siempre estamos al pendiente de cualquier eventualidad en cuestión de síntomas, si llegáramos a presentar alguno, en seguida hay que tomar acciones”.
Han sido cobijados por los de la experiencia
De igual modo, Irving agradece que han sido cobijados por los elementos de mayor experiencia, pues al ser jóvenes recién egresados o con muy poco tiempo ejerciendo la profesión, “Hemos tenido el apoyo incondicional de médicos y otros enfermeros con más tiempo en trabajo de campo. Tenemos el conocimiento que nos dejó la escuela, pero nada se compara con lo que se llega a hacer al hospital, hay de todo y hay que estar listos para enfrentarlo”.
Agrega que “Lo más importante es tener vocación de servicio, se trabaja mucho, se duerme poco, pero la satisfacción es muy grande, no me arrepiento de haber estudiado esto y si bien, a veces da miedo el contagio, estar aquí, siempre voy a preferir ayudar que quedarme en casa, no podría hacerlo, sabiendo que hay tanta gente necesitando la atención”.
Extraordinario trabajo del personal de salud
Asimismo, celebra el trabajo de sus compañeros en el hospital y en el resto de los hospitales del país. “Creo que se está trabajando bien, se han llevado a cabo protocolos inteligentes, hay un control para que no se saturare el sistema de salud y a la gente ya se le orientó sobre las nuevas medidas de higiene para no contagiarnos. A partir de ese momento queda en nosotros aplicarlas para no contagiar, ni ser contagiados, es tarea de todos”.
Sabedor de que aún hay gente que no cree en la existencia del virus, envía un mensaje: “Les diría a todas esas personas que no creen, que yo también quisiera estar en mi casa, por el miedo a contagiarme y contagiar a mi familia, no es fácil, no tiene mucho que egresé de la carrera y lo primero a lo que me ha tocado enfrentarme es una pandemia, todo lo que he visto es un trauma, queda un daño psicológico para nosotros, está muy fea la situación, vemos a mucha gente morir y es gente de todas las edades”, a esto agrega: “Si no creen, por lo menos, por respeto a los demás, tomen las medidas de prevención, no está de más”.
No obstante, Irving si ve una luz al final del camino. “De marzo a mayo estaba súper lleno, llegaban pacientes a todas horas y en todo momento, llegó incluso un momento donde no había cupo, se tenían que canalizar a las personas a otros hospitales, pero ahorita ya vamos bajando un poco afortunadamente, sin embargo, no hay que relajar las medidas preventivas, por que podría haber un rebrote, así que los invito a que sigamos con el constante lavado de manos y uso de cubrebocas”.
Finalmente, concluyó: “He aprendido mucho de esto, no sólo a nivel profesional, sino a nivel humano, la vida se te va en un momento, muy rápido, por eso que hay que vivir, hay que amar mucho, viajar. Esto me ha dejado mucho, por ahora agradezco a la vida y a mis padres el haberme apoyado para estudiar esta hermosa carrera, mas humana que profesional, porque aprendes a valorar la vida y a cuidar de las personas en una situación donde ya saben y sabes que pueden perder la vida”.
Este es sólo un ejemplo de los miles que existen en México y el mundo, casos ejemplares de profesionales de la salud, quienes ponen en riesgo sus propias vidas para cuidar las de los demás. En este caso jóvenes, valientes, comprometidos con su profesión,
Merecedores todos de un aplauso y un reconocimiento por la loable y heroica labor que desempeñan todos los días.