Escándalo en Morena
¬ Augusto Corro viernes 12, Jun 2020Punto por punto
Augusto Corro
En el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) reinició la auditoría financiera a la gestión de Yeidckol Polevnsky su actual secretaria general. Busca la dirigencia morenista, que encabeza el diputado con licencia, Alfonso Ramírez Cuéllar, que se aclare la compra venta de inmuebles y de contratos de obras por más de ochocientos millones de pesos. Lo anterior se aprobó en una sesión virtual del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, la semana pasada.
A simple vista, se podría pensar que se trata de un asunto ligero que no podría ir más allá de una llamada de atención a la controvertida lideresa, que quedó al frente de esa institución política una vez que el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador ganó la Presidencia de la República.
Sin embargo, investigar a Polevnsky acarreará un sinnúmero de problemas a su partido, que ya tiene varios meses a la deriva. Los electores sólo se acuerdan de esa organización política cuando se conocen las noticias de los escándalos derivados de su lucha política.
Y un ejemplo de la pugna interna se refleja en la imposibilidad de elegir a su líder nacional. El actual dirigente, Ramírez Cuéllar es presidente interino. Cargo que obtuvo tras una pugna de pleitos y acusaciones reciprocas. ¿Y que ganaron los contendientes? Colocar a su partido en camino al divisionismo.
Será muy interesante saber si el presidente interino de Morena calculó las consecuencias del problema en que se metió. Porque una cosa es juzgar a cualquier hijo de vecino por algún delito que investigar a la expresidenta interina de los morenistas. ¿Y si realmente cometió una acción ilegal qué futuro le espera?
No olvidar que uno de los argumentos más sólidos del presidente López Obrador, surgido del partido Morena, es la lucha contra la corrupción que libra sin tregua alguna. De ahí la importancia de la investigación a Polevnsky que no deberá ser superficial ni a conveniencia de los implicados.
En Morena se tendrá que demostrar que se predica con el ejemplo, y que en el caso de la investigación de posibles manejos turbios de Polevnsky, debe hacerse con total transparencia. Eso sí, el asunto no debe durar mucho en resolverse, porque se iniciarán las campañas para las elecciones de 2021.
En esa contienda electoral, Morena tendrá que participar con denodado empeño si quiere continuar con la mayoría de sus representantes en la Cámara de Diputados y obtener el triunfo en los estados, donde se votará por nuevos gobernadores. ¿Podrán los morenistas dejar a un lado sus ambiciones personales y buscar la unidad para arrollar a la oposición en los comicios citados?
La contienda electoral no será fácil para ningún partido, menos para Morena. Tampoco el presidente López Obrador tendrá días de fiesta. Para esas de fechas, los electores ya sabrán de los resultados de las acciones del gobierno para enfrentar el coronavirus (Covid-19) y los problemas de la economía, entre otros desempleo, violencia y pobreza.
Si fueron positivas las acciones de gobierno federal, esto será suficiente para convencer al electorado. De no ocurrir así, se complicará la situación para los morenistas. Y si en el partido no logran superar el divisionismo los resultados electorales serán de pronóstico reservado.
Aunque es importante señalar que la oposición partidista se encuentra en la lona. A pesar de tener elementos suficientes para manifestar un contrapeso sólido, lo que hace es gastar la pólvora en infiernitos. No hay líderes políticos de derecha cuyas actividades preocupen a las dirigencias de izquierda. Son algunos representantes de la iniciativa privada los que enfrentan al gobierno obradorista.
¿Se encuentra Morena en un atolladero? ¿Qué tanto daño le hacen las ambiciones personales de sus dirigentes? No pasará mucho tiempo para saberlo.