Violencia de Estado
Alberto Vieyra G. martes 9, Jun 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Aquí y en China existe la violencia de Estado, esa que de manera siniestra revienta marchas, mítines, plantones, deslegitima todo género de protestas y sabido es que la violencia de Estado no se investiga, porque el Estado no se investiga a sí mismo.
En las multitudinarias marchas que hemos visto en la Ciudad de México durante la era AMLO, el común denominador ha sido la violencia de Estado, es decir esos cobardes encapuchados vestidos de negro que incendian objetivos públicos y privados, saquean comercios y ponen en jaque a los grupos policiacos, sin que estos muevan un dedo para echarles el guante y someterlos, ¿por qué? Porque los infiltrados gozan de una patente de corso oficial para hacer barbaridades y los altos mandos policiacos tienen la orden de no detener a ningún encapuchado, so pretexto de que este gobierno no reprime a nadie, mucho menos a los luchadores sociales. Obviamente que los siniestros encapuchados no son ningunos luchadores sociales, sino que son terroristas de Estado que sirven a intereses del gobierno, de particulares y también actúan por órdenes de unas ponzoñosas lacras sociales llamadas partidos políticos.
La violencia de Estado o terrorismo de Estado, tiene como principal objetivo deslegitimar la protesta social y en el caso del régimen amlista, para justificar una supuesta intromisión de poderosos intereses de los conservadores fifís.
Los disturbios que vimos el jueves de la semana pasada en Guadalajara, dejaron ver otra vez esa violencia o terrorismo de Estado. Solo que en Guadalajara ahí si les echaron el guante, ya que hubo detenidos de los cuales resultaron ser oriundos de Yucatán, Ciudad de México, Michoacán, Oaxaca y otras entidades de la república lo que motivo que, sin ambages, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro señalara con dedo índice a la Secretaría de Gobernación que encabeza Olga Sánchez Cordero y al mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador y sin faltar a su partido Morena.
¿A qué se debe tan semejante acusación del mandatario jalisciense al presidente, será porqué tiene los pelos de la burra y también la burra en la mano?
Las investigaciones realizadas por la Fiscalía de Jalisco han revelado también que cuando menos tres siniestros personajes están involucrados en la violencia de Estado registrada contra instalaciones del Palacio de Gobierno y uno de ellos responde al nombre de Carlos Lomelí el ex súper poderoso delegado de AMLO en Jalisco que fue vergonzosamente destituido del cargo tras ser investigado por bochornosos casos de por los menos tres casos de corrupción que resultaban terriblemente incómodos para AMLO. También, Alfaro recibiría un informe de que la titular de INMUJERES y del Programa para Combatir los Feminicidios en México, Candelaria Ochoa Ávalos y la ex jerarca nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky también atizaron la violencia de Estado en contra del gobernador de Jalisco, claro para desestabilizar el gobierno de Alfaro quien políticamente se fortaleció, tras ser cuestionado por la mano dura impuesta en Jalisco en la era de la pandemia del coronavirus, hecho que motivó que policías de Ixtlahuaca de los Membrillos asesinaran al joven Giovanni López, supuestamente por no usar cubrebocas y cuyo asesinato motivaría las protestas en Jalisco, infiltradas y movidas por una mano negra del centro de la República.
La acusación de Enrique Alfaro es gravísima y según él, se trata de un ajuste de cuentas porque hace un par de meses, llamó a otros gobernadores del país a firmar un pacto de separación fiscal de la federación, un hecho que indigno a López Obrador y lo obligaría a destinar algo así como unos 52 mil millones de pesos para ser repartidos urgentemente entre todos los gobernadores por cuestiones emergentes por el coronavirus. Sí, por lo visto estamos ante un asunto de dineros públicos, pero el hecho es que Enrique Alfaro le salió respondón a AMLO y se le salió del huacal a AMLO y hoy, lo exhibe como un siniestro gobernante que actúa con una enmascarada violencia de Estado.
La sublevación de Alfaro contra el presidente lo ubica ya como uno de los próximos candidatos presidenciales y hasta le adelanto que podría llevar el sello de la alianza PRI-Movimiento Ciudadano para las elecciones presidenciales del 2024.