Llueve sobre mojado
¬ José Luis Arévalo lunes 8, Jun 2020De frente y claro
José Luis Arévalo
“Cristóbal” entró con toda su fuerza como si todavía se necesitaran más problemas en un país en donde nos llueve sobre mojado día a día. Y es que parece como si estuviéramos en varios frentes.
Por un lado, como es habitual, los miembros de la Sedena apoyando a miles de personas afectadas por las lluvias e inundaciones en el sureste mexicano; en otro frente, las autoridades sanitarias, encabezadas por el subsecretario López-Gatell (ya que su jefe nunca aparece en escena), suspendiendo la jornada de sana distancia, aunque el mapa de la República esté teñido de rojo; y en un frente más, un Presidente que fue el primero en salirse a la calle priorizando la obra del Tren Maya que en estos momentos es un tema poco relevante para el país, descalificando las cifras de su equipo de Salud sobre el número de contagiados y fallecidos y, en vez de mostrar solidaridad con los afectados por “Cristóbal” aprovechando que justamente está en la zona donde pasó la tormenta para cambiar su agenda y hacerles una visita, sigue en campaña, critica a la prensa y le pide a la población que no se preocupe, que no cunda el pánico y que las cifras de fallecidos y contagiados no son reales.
¿A quién hay que hacerle caso, si el titular del Ejecutivo desconoce el trabajo de su equipo y por otro lado, se va de gira al tiempo en el que gobernadores, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y otros más insisten -o insistimos-, en que hay que quedarse en casa? A este paso, ni “Cristóbal” ni cualquier huracán que vaya a entrar a nuestras costas a partir de este mes que arranca la temporada, serán tan fuertes como la realidad sanitaria que toca nuestra puerta.
Con todo esto, pareciera que muchos trabajan para su propio México. Reitero, la Sedena trabaja en favor de los afectados por la tormenta tropical, los científicos por controlar la epidemia sin conseguirlo y el Ejecutivo por cumplir a toda costa y a pesar de lo que sea con sus proyectos faraónicos aunque tenga que confrontarse con quien no esté alineado con sus objetivos; lo que ha tenido un precio muy alto, ya que, según las encuestadoras, la pérdida de popularidad del presidente López Obrador, equivale a 10 millones de votos.
Pareciera que la Presidencia de la República hace caso omiso de las encuestas que en otrora fueran su bandera de campaña cuando ubicaban al entonces candidato por arriba de setenta puntos de popularidad y ahora lo ubican apenas rondando el 50 por ciento. Perder más de 20 puntos de aprobación popular en poco más de un año de gobierno, créame, es mucho y la culpa no es del coronavirus.
Y es que si bien, meteorológicamente hablando, “Cristóbal” es la primer tormenta tropical en tocar territorio mexicano, no es así. Tormentas tenemos muchas y que inclusive llegaron antes del Covid-19.
Los problemas económicos ya los teníamos al haber registrado un crecimiento económico nulo en 2019, un peso devaluado, un sistema de salud que se vio mermado al haberle disminuido su presupuesto y que ahorita mucha falta le hace. Súmele usted los problemas sociales como la delincuencia, que ya venía en aumento, los feminicidios (hay que recordar las marchas), la violencia intrafamiliar, la falta de apoyo a las mujeres al haberles cerrado las guarderías, los niños con cáncer que no tienen medicamentos y, ahora para rematar, más desempleo y menos apoyos económicos para los más necesitados.
¿Y dónde estuvo el Presidente?: inaugurando una obra que a pocos les hace falta, que muchos le han dicho que es inviable y que además, ha puesto en riesgo a sus acompañantes por aquello del contagio. El surrealismo mexicano en su máxima expresión.
Según la Comisión Nacional del Agua, para este 2020 se espera la formación de entre 30 y 37 ciclones tropicales; entre 15 y 18 que entrarán por el Pacífico y de 15 a 19 por el Atlántico. Hasta ahorita desconocemos la potencia de estos huracanes y si alguno de elloso todos (ojalá y así sea), se desviarán antes de tocar territorio mexicano. Pero lo que es un hecho es que esta temporada será mucho más fuerte que la del año pasado, y si a esto le sumamos las otras “tormentas” que ya nos vienen azotando desde el 2019,el panorama no se ve sencillo y es un hecho que nos seguirá lloviendo sobre mojado.