Hambre
Alberto Vieyra G. jueves 4, Jun 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿De qué es capaz un pueblo con hambre? ¡De todo!… ¿verdad?
En Estados Unidos bastó solo una chispa para incendiar el pasto seco. Hoy, casi todo Estados Unidos arde. Se le está cayendo en pedazos la nación a ese enfermo mental llamado Donald Trump, la bestia trumpiana impulsor, como pocos del racismo y la supremacía blanca que llevó a Adolfo Hitler a cometer el genocidio más escandaloso del mundo moderno masacrando a más de 7 y medio millones de judíos y todo bajo la indiferencia del estado vaticano y del papa Pío XII, apodado el Papa de Hitler.
Sí, bastó en Illinois una rodilla blanca, símbolo de la supremacía gringa contra la tráquea de un afroamericano, cuya última exclamación sería “¡no puedo respirar!” La maldita rodilla de un policía blanco desató ese grito libertario que nos recuerda aquellas luchas libertarias de Martin Luther King, quien el 4 de abril de 1968 fue asesinado defendiendo los derechos de la raza negra de Estados Unidos que hoy enfrenta, además a un desempleo descomunal de 42 millones de norteamericanos y a un odio contra Donald Trump por los más de 100 mil muertos por la pandemia del coronavirus, merced al desastroso y criminal trato gubernamental contra la nueva peste.
Incendios contra todo objetivo gubernamental, saqueos de comercios, cientos de detenciones que han dejado las luchas anarquistas, detonadas por el coronavirus y por el diabólico rodillazo del policía blanco contra un joven negro esa chispa está quemando a Estados Unidos, donde ya impera el toque de queda en alrededor de 30 Estados de la Unión Norteamericana, mientras el lunático Donald Trump busca a toda costa una reelección presidencial que a todas luces se antoja imposible, pues la historia norteamericana nos dice que ningún inquilino de La Casa Blanca ha logrado la reelección presidencial, teniendo una monstruosa recesión económica que ha desatado también el hambre.
De manera marruñera y mentirosa, Donald Trump culpa a su opositor demócrata Joe Biden del extremismo que vive Estados Unidos y aunque los analistas y observadores políticos lo dudan que Biden tenga tanto poder, la realidad es que detrás de los imparables disturbios hay indudablemente una mano negra y muy poderosa.
Me pregunto: ¿Acaso será el estado profundo que busca a toda costa evitar la reelección del grosero Donald Trump, o quien mueve a tantos extremistas que, siendo originarios de Nueva York se van a hacer disturbios a Miami o a Texas?
La cuestión es que a Donald Trump se le está cayendo en pedazos Estados Unidos y aún con el desastre social que impera, el llamado güero loco podría incluso echarse el salto de la muerte mediante un decreto presidencial para postergar las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre, lo cual sin duda acabaría por incendiar a todo Estados Unidos, que junto con muchas otras naciones se han convertido en pueblos con hambre y desesperación.
Hace una década el economista francés Thomas Piketty, en su libro El Capital en el Siglo XXI, avizoraba que el mundo estaba en vías de peligrosos estallidos sociales, producto del escandaloso abismo que existe entre ricos y pobres y junto con otros estudiosos hablaba de que el 75% de la riqueza mundial está en manos de un millón de millonetas, mientras que más de 736 millones viven con 1.90 dólares por día y muchos millones más que viven a pan y agua.
Ese desastre mundial se ha visto abultado exponencialmente con los mas de 300 millones de desempleados que dejará la pandemia del coronavirus, lo cual se traducirá en hambre y en nuevos gritos libertarios de ¡no puedo respirar!
Lo que ocurre en los yunaites debe llevar a la reflexión a los ineptos gobernantes mexicanos, a los cuales se debe recordar aquella máxima de “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
Me asalta una pregunta: ¿La nación azteca está lejos de estallidos sociales del México bronco?