La difícil tarea de Alito
¬ José Luis Arévalo jueves 28, May 2020De frente y claro
José Luis Arévalo
No salgo del asombro de lo que se vivió la tarde de este lunes 25 en Eje Central, justo a un costado del Palacio de las Bellas Artes, en el primer cuadro de la Ciudad de México, cuando un grupo de comerciantes ambulantes, acompañados por personas con discapacidad, cerraron esta importante vialidad y le exigían a todo aquel que quisiera transitar, una cuota voluntaria para permitirle el paso.
Pero antes de analizar esto, vamos a remontarnos al año 2014, ya que este martes 26 se cumplieron 68 meses de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero; razón por la que, como cada mes, un grupo de personas se dieron cita en el llamado “Antimonumento”, ubicado en Avenida. Juárez y Paseo de la Reforma, para exigir la aparición de estos muchachos o por lo menos conocer la verdad de lo que pasó con ellos. Algo que se les prometió desde la llegada al poder de López Obrador y que no se ha cumplido.
Pero ¿porqué hago relación entre el hecho de Eje Central y este caso de los 43? Guardando las proporciones del caso, lo que se vivió en el centro de la capital es una práctica habitual de los normalistas en las autopistas del estado de Guerrero. Jóvenes embozados que -ante la mirada pasiva de la autoridad-, obtienen recursos de manera ilegal al no recibir los apoyos gubernamentales que tanto se les han prometido. Lo mismo con los de Eje Central, a quienes se les han prometido apoyos económicos desde la época de campaña de López Obrador y que luego de año y medio de gobierno y en medio de una pandemia, tampoco se les ha cumplido.
Es verdad que tienen todo el derecho de exigir el cumplimiento de lo prometido a cambio de la lealtad al voto por Morena pero no tienen porqué pedirle una cuota a los transeúntes. ¿En qué ciudad vivimos? ¿en qué Ciudad o capital del mundo, las autoridades permiten que un grupo de personas cierre la circulación de una de sus principales avenidas para obligar “de manera voluntaria” una “aportación” para la libre circulación?
Es cierto que después de un rato las autoridades llegaron y dispersaron a este grupo de manifestantes, pero ¿y los detenidos? ¿acaso cualquiera puede cerrar una calle y pedir dinero? Pareciera que la amnistía al que comete un delito se aplica aún sin estar en prisión. O tal parece que mientras más pasa el tiempo, las leyes se aplican con mayor dureza para aquellos que viven apegándose a las leyes y siendo permisibles con los que actúan al margen de las mismas.
Así que muy probablemente, tal y como sucede en las autopistas, lo vivido en Eje Central será un acto recurrente en la etapa post-Covid que estamos a punto de iniciar; y le digo esto porque las carencias, la delincuencia y el permitir que los que “menos tienen” puedan hacer lo que quieran con tal de que no se alejen de la “esperanza de México”, dará paso a manifestaciones, cierres de calles y “aportaciones voluntarias”.
Ese es el México que nos espera a partir de junio y si me equivoco le ruego que me lo haga saber. Ah, por cierto, de acuerdo con el Inegi, los índices de corrupción se han incrementado en este primer año de gobierno; así que, para no perder la brújula, la 4T permitirá muchas cosas, como “las aportaciones voluntarias” con tal de no perder adeptos, aunque el costo de esto lo vaya a pagar otra parte de la población.