El PIB y la felicidad
¬ José Luis Arévalo viernes 22, May 2020De frente y claro
José Luis Arévalo
Desde hace 8 años, Naciones Unidas realiza un sondeo entre 156 países en el que define el nivel de felicidad que tienen sus habitantes, el cual es publicado el 20 de marzo con motivo del Día Internacional de la Felicidad.
En este sondeo se hacen preguntas relacionadas a bienestar, Producto Interno Bruto, servicios médicos o expectativa de vida, contaminación ambiental y ausencia de corrupción.
Los participantes evalúan su vida en una escala del 0 al 10, donde 0 es la peor vida posible y 10 es la mejor vida posible. Una investigación muy completa y seria, encabezada por la prestigiada firma Gallup.
Finlandia es el país con el nivel de felicidad más alto por tercer año consecutivo; mientras que Afganistán, el país con el nivel más bajo. En el continente americano, Canadá ocupa la posición número 11 y Estados Unidos la 18.
Los países en los primeros diez lugares son: Finlandia, Dinamarca, Suiza, Islandia, Noruega, Países Bajos, Suecia, Nueva Zelanda, Austria y Luxemburgo. En el caso de nuestro país, resulta que ocupamos en este 2020 el lugar número 24, luego de haber estado el año anterior en el lugar 23. Lo que significa que en el primer año de gestión del actual gobierno estamos caminando en la dirección contraria.
En lo que se refiere al índice de bienestar, de una lista de 167 países, ocupamos el lugar 67.
¿A qué viene todo esto? El presidente López Obrador aseguró que va a elaborar una nueva manera de medir el desarrollo del país, ya no en base al PIB, sino al nivel de bienestar, de felicidad, de los mexicanos. Muy conveniente por supuesto si consideramos que el PIB nacional, ya desde antes de la crisis del Coronavirus venía a pique y ahora con esta pandemia tendremos un decrecimiento de entre un 7 y 9 por ciento. Y aún más conveniente para el ejecutivo federal manejarlo así y llenar de “música para sus oídos” a aquellos que consideran que las cosas van muy bien o menos mal de lo que los analistas y “los adversarios” -como se les llama en Palacio Nacional-, aseguran.
Ahora bien, el objetivo será sin duda convencer a millones de mexicanos, que están pasando por una situación cada vez más complicada por esta contingencia, que vamos camino al bienestar, a la felicidad, y que ignoren las cifras del PIB; pero no será una tarea fácil. Simplemente, de acuerdo con cifras dadas a conocer por la Coparmex, durante este mes de mayo cada minuto 8 personas han perdido su empleo. Hay que agregar los cientos, sino es que algunos miles de empresas que no podrán abrir sus puertas o aquellas que lo harán con ganancias mínimas, si es que logran tenerlas. Agréguele también la falta de apoyos a los trabajadores, a las micro y pequeños empresarios, al ciudadano común que ni siquiera tuvo opciones para contar con facilidades de pago en sus consumos eléctricos (por dar un ejemplo), o alguna línea de crédito a las grandes empresas para no despedir empleados y hacer frente a la pandemia.
Contrario a esto, en otros países ha habido otro tipo de apoyos. Por ejemplo, líneas aéreas estadounidenses y canadienses recibieron apoyo de sus gobiernos para no dejar de volar aunque sus aviones lo hicieran totalmente vacíos pero de esta manera evitar gastos posteriores de mantenimiento a su flotilla. Por su parte, la Comisión Europea ya planea paquetes de apoyo económicos al sector turístico y empresarial para la pronta recuperación de los estados miembros de la Unión Europea. Por ejemplo, para evitar que los europeos vacacionen fuera del continente, se le ha advertido a la población que si salen de viaje a otros continentes, al regresar tendrán que estar en cuarentena; primero, para estar seguros que no están contagiados, y en segundo lugar para fomentar el turismo local.
En fin, estas son algunas de las medidas que tomarán muchos países que sí están en niveles de felicidad y en donde sus gobiernos han pensado que para mantener el desarrollo y el crecimiento de su Producto Interno Bruto es indispensable brindar apoyo; ya que, de lograr la recuperación del PIB, la felicidad está garantizada… ¿y nosotros?