Mercado de oportunidades o beneficiarios de la tragedia
Ramón Zurita Sahagún lunes 18, May 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Es sumamente comentado que las tragedias y crisis son épocas de donde más se aprende y que las lecciones que dejan deben servir para evitar situaciones similares en el futuro.
Sin embargo, las mismas (tragedias y crisis) son la oportunidad que aprovechan muchos para construir imperios, hacer fortunas y hasta solazarse con el dolor ajeno.
Hay quienes ven una ventana de oportunidades para los negocios, crear o incrementar fortunas, aprovechar la situación para tratar de enmendar errores del pasado o simplemente volverse avariciosos, concentradores, encarecedores, especuladores y acaparadores.
Otros intentan mostrar un rostro humano, cuando semanas antes fueron los primeros en actuar despidiendo empleados o mandándolos a sus casas, sin goce de sueldo, lo que repercutió fuertemente en su imagen.
Gobernantes que pretenden recuperar su popularidad con medidas drásticas o pretendiendo vender sueños guajiros. Políticos que usan la emergencia como medio idóneo para lo que venga, otros que simplemente se retraen y ven transcurrir el tiempo, deshojando una margarita.
La pandemia nos deja ver el interior de muchos seres humanos que bajo un disfraz ocultan lo miserables que son en el diario acontecer y dejan en claro hasta donde pueden llegar con fin de cumplir sus metas en la vida.
Empresarios e industriales que intentan ayudar protegiendo sus ganancias y, los menos, sacrificando parte de sus ganancias, sabedores que las mismas habrán de recuperarlas al normalizarse la situación.
Hay una serie de nuevos mercaderes que pretenden vender una imagen bondadosa, cuando por otro lado solo buscan su beneficio personal o grupal.
La pandemia nos muestra historias de todos sabores y colores: la primera es de una empresa que primero procedió a despedir a cientos de empleados, mandar a los demás a sus casas sin salario y cuando vio el deterioro de su imagen, varias semanas después tuvo la brillante idea de enviar café y pizzas gratis por unos días a médicos y enfermeras que arriesgan su vida, para salvar la de otros.
Otra historia difícil de no contar es la de un joven empresario, hijo de un acaudalado político que vio la oportunidad de vender equipos necesarios para enfrentar la emergencia sanitaria a precios inflados, aprovechando las relaciones de su padre con el actual gobierno.
También los hay, empresarios o inversionistas que súbitamente emergieron con los equipos que requiere el gobierno, cuando sus actividades eran otras.
Un acaudalado empresario que negó lo peligroso de la enfermedad e instó a sus empleados a seguir trabajando, sin importar las consecuencias y luego lanzó a su principal comunicador a atacar a los encargados de la emergencia sanitaria.
Supermercados y tiendas de conveniencia que aprovechan los tiempos difíciles para encarecer la mercancía y al tiempo de hacerlo, aprovechan la gran cantidad de clientes para mostrar su lado humanos, invitándolos a comprar despensas, mientras ellos donan otra, claro que los productos se compran en sus locales. Una gran cadena de tiendas cuya sede esta en Monterrey, pidiendo a los dueños de los locales no les cobren renta durante la emergencia, cuando ellos solamente con los depósitos bancarios diario han acumulado gran fortuna.
Gobernadores como el de Hidalgo, Omar Fayad, que renta espacios en las redes sociales para anunciar grandes inversiones y luego salir a reconocer que su entidad es de las más castigadas y seguir gastando en esos comerciales o el de Tamaulipas, Francisco Javier García que mantiene su espacio en un diario anunciando sus logros en seguridad, diputados y senadores repartiendo despensas con sus logos, siglas o nombres.
Los importadores de telas y textileros que incrementaron los precios de la necesaria para cubrebocas, batas, botas y demás implementos indispensables para la higiene sanitaria. Las empresas de paqueterías y mensajerías que subieron sus precios de envío.
Los propios hospitales que acordaron con el gobierno recibir a pacientes con Covid-19, mientras mantienen sus elevados precios para quienes requieren sus servicios. Las empresas de entretenimiento “streaming” que aprovecharon para subir sus precios.
Esas son solamente algunas de las historias que corren por miles sobre lo que sucede en México con la pandemia, esperemos para ver que resulta de todo esto y lo que viene.