La culpabilidad democrática
¬ Edgar Gómez Flores martes 9, Jun 2020Con mi mano izquierda…
Edgar Gómez Flores
Quienes han seguido esta columna, por poco más de un año, identificarán que he sido un crítico asiduo de la “nueva transformación mexicana”. Sin embargo, el origen de esta columna tuvo como fin la aportación de ideas, sobre las decisiones de política pública que llevara a cabo este nuevo gobierno. La denominación de este espacio, “Con mi mano izquierda”, tiene dos connotaciones. La primera se refiere a mi condición de zurdo y la segunda es tener presente la perspectiva de un gobierno de izquierda, como el que propuso el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en las pasadas elecciones presidenciales.
Durante estos meses hemos hablado de las decisiones controvertidas de esta administración como: sacar el Ejército a las calles, soltar al hijo de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, eliminar el Seguro Popular para dar vida a un hijo mal formado “el Insabi”, detener, con “freno de mano” la economía, declararse juarista y por otro lado utilizar a los evangelistas para entregar una cartilla moral, cumplir las promesas de campaña; pero del presidente Donald Trump, al utilizar la Guardia Nacional como muro fronterizo, entre otros desaciertos. Esta crítica, no por ser constante y algunas veces de humor negro, deja de aportar elementos de análisis. Sin embargo, en algunos casos me he referido al electorado que apoyó al presidente Andrés Manuel López Obrador con desdén hacia su decisión. Y en realidad había pensado que ellos “los votantes” se habían equivocado. Y no por tener una mejor opción en los otros candidatos; sino, porque la historia de corrupción y de autoritarismo de Andrés Manuel ha sido parte fundamental en el desarrollo de lo que es ahora.
Por esta descalificación, no intencional, hacia aquellas personas que apoyaron al movimiento del presidente actual les quiero pedir una disculpa. Y la hago porque creo que ellos no se equivocaron. Los ciudadanos sin esperanza, que vieron pasar la corrupción a manos llenas en el sexenio anterior, que vieron el crecimiento mediocre económico en los últimos 30 años y que han visto 15 años de inseguridad demencial; tuvieron la necesidad y la libertad de creer en un proyecto alternativo y solidario. Creían que, al votar a favor de los pobres, se votaría a favor de un proyecto innovador que incluyera a todos, que no tuviera favoritismos y que, principalmente, erradicará la corrupción de nuestro país. Sin embargo, vemos como la Cuarta Transformación desmorona al país con su improvisación.
Por esto les digo, ustedes NO se equivocaron; se equivocan quienes estancaron la económía al crecer “cero” en 2019 y motivar que en 2020 caiga en dos dígitos. Se equivocan quienes, en un 75%, adjudican contratos de manera directa, se equivocan quienes, sin sustento, modifican los términos de evaluación a su convenienca (de crecimiento a bienestar) y se equivocan de una forma descarada y vil aquéllos que evaden la violencia contra las mujeres, que denostan a la comunidad médica y científica en medio de una pandemia, cuando en otros países se visten de héroes. Y, porque se equivocan, debemos exigirles que rectifiquen o se vayan.
Es urgente que presenten su verdadero plan de país. Si quieren instaurar una república socialista que lo hagan de frente y que la gente decida si eso quiere. El caminito oscurito ya lo conocemos con el chavismo de Venezuela. Por lo que la forma sigilosa con la que pretenden ocultar su fin, se develará con la historia cercana de ese país sudamericano. El tomar el poder judicial, el sistema electoral y las decisiones críticas del Banco Central (en este caso el Banco de México) son pasos que se ven venir.
Por todo esto, estamos en el punto donde el camino democrático se bifurca y tanto gobierno como sociedad debemos decidir si seguimos juntos o cada quien toma su camino y asume sus culpas.