Los “piratas” de Palacio
Alberto Vieyra G. jueves 7, May 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A principios del siglo XVII, los mares del Caribe, la zona marítima del este de América, las costas africanas del oeste y el océano Índico se vieron atestadas de criminales que atacaban a las embarcaciones y serían conocidos mundialmente como desalmados piratas.
Uno de esos capos sería Edward Teach, cuya celebridad alcanzaría películas, en las que se pueden ver a otros piratas con crecida barba, sombreros negros con alas dobladas y parches en los ojos para evitar su fácil identificación.
Pero ¿A qué viene la historia?
Mire usted. A las mañaneras de Palacio con Andrés Manuel López Obrador concurre un grupo de seudo periodistas o periodistas “patito” que le van a hacer el trabajo sucio al Presidente de la República y ese grupo ha recibido el nombre de “Los “piratas” de Palacio”, toda vez que uno de ellos usa un parche en los ojos como si estuviésemos en la era de los piratas.
¿Cuál es la función de los “piratas” de Palacio?
Importantísima: Evitar que los verdaderos periodistas, sobre todo los comunicadores que tienen la etiqueta de arrastrar la pluma y hacer preguntas de buena fe, pero con mala leche le echen a perder el día al Presidente, neutralizándolos con preguntas idiotas que desvíen la atención de los verdaderos temas que deben ser abordados por los verdaderos comunicadores y hacer que el Ppresidente divague en respuestas circenses con mofas y críticas a la prensa y a periodistas incómodos, exhibiéndolos como “chayoteros” al servicio de los “conservadores fifís”.
Las respuestas de AMLO consumen en pura habladuría el tiempo de las mañaneras hablando de los temas que interesan al Presidente, sus números, sus cuentas alegres, sus datos, que esto ya cambió, que su gobierno es incorruptible a pesar de las innumerables muestras de corrupción como el caso Bartlell y sus hijos, ganando millones con la pandemia del coronavirus, que la corrupción en los gobiernos neoliberales, que su gobierno es impoluto, que no es un régimen de mentiras, a pesar de que el politólogo Luis Estrada le contabilizó hasta la semana pasada 24 mil 730 mentiras, a razón de 60 o 70 diarias.
También AMLO consume el tiempo desinformando, pero sobre todo dividiendo peligrosamente a los mexicanos, deformando la historia de México, amenazando a los criminales con que si no le bajan los acusara con sus papás y abuelitos y que se acabó la era de pepenar capos porque ahora vivimos en la era de los “abrazos y no balazos”. Cuando algún periodista crítico logra preguntarle algo, AMLO se enardece y empieza a regañar a la prensa de derecha, haciendo sumamente vulnerables a los periodistas que ejercen a plenitud la libertad de expresión en el país más peligroso para ejercer el periodismo.
En suma, el trabajo fundamental de los “piratas” de Palacio es, si usted me lo permite en términos futboleros, ponerle el balón a AMLO para que éste chute a ¡gol!, sin importar confrontar al gremio periodístico y a los mexicanos, pues los “piratas” de Palacio cuentan con una patente de corso que les ha dado AMLO para hacer barbaridades y porque son los que han acaparado los jugosos convenios publicitarios que otorga el gobierno federal, aunque algunos de esos que invariablemente están sentados en la primera fila, se conforman sólo con dádivas que les otorga el dios sexenal por evitar que los verdaderos periodistas le pregunten sobre los asuntos torales del país, pues finalmente lo que importa en la agenda política y de comunicación del Presidente es desinformar, dividir al país y confundir a los mexicanos. ¡Vaya, infame y denigrante labor de los “piratas” de Palacio!
Cómo siempre , usted tan certero y veraz en sus comentarios , muy buena su columna (también esta) , respeto a los piratas y la cuatrito ni se debe perder tiempo en ellos . Gracias.