PRD: futuro, en juego
Ramón Zurita Sahagún lunes 14, Mar 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Llegó la hora de definiciones para el PRD, donde pondrá a prueba su realidad y escrutará el futuro.
Durante la presente semana, el partido del sol azteca tendrá que encontrar el camino por el que pueda transitar hacia la elección de su nueva dirigencia nacional, sin que se ponga en riego la unidad partidista.
Es cierto que si algo prevalece al interior del sol azteca, es la desunión, donde los intereses de grupo están por encima de los del partido.
De ahí, la importancia en que, por esta ocasión, la cosa resulte diferente, especialmente ante el riesgo de una fractura que disminuya sus posibilidades de competir con éxito por la Presidencia de la República.
Las cosas al interior del partido no generan optimismo, luego del accidentado período de la dirigencia que encabeza Jesús Ortega Martínez, llegado a la presidencia del partido, luego de una elección sumamente polémica, que derivó en un interinato.
El llamado grupo de “Los Chuchos” se posicionó dentro del partido, convirtiéndose en la tribu más influyente, dominando los principales cargos de dirigencia y buscando retener la presidencia del partido, mediante uno de sus principales activos, el diputado federal Jesús Zambrano.
El ex candidato al gobierno de Sonora forma conjuntamente con Ortega Martínez, Graco Ramírez, Carlos Navarrete y Guadalupe Acosta Naranjo, la parte medular del grupo de “Los Chuchos”, mismo que ha sido señalado como entreguista al servicio del presidente Calderón.
Esto último, por las alianzas concertadas con el Partido Acción Nacional, las que hasta el momento han redundado en buenas cuentas electorales, las que si bien no pueden ser abonadas como triunfos de candidatos perredistas, les permiten presentarse como un cuadro ganador.
De los cuatro triunfos estatales del partido del sol azteca, ninguno de los ganadores milita en este organismo político: Gabino Cué, gobernador de Oaxaca, es militante de Convergencia; Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, es miembro del PAN; Mario López Valdez, gobernador de Sinaloa, no tiene partido y militó siempre en el PRI, y Ángel Aguirre Rivero, mandatario electo de Guerrero renunció a su militancia priísta para convertirse en candidato del PRD.
Este grupo de “Los Chuchos”, promotor de las alianzas con la derecha y generador de la crisis que llevó a Andrés Manuel López Obrador a separarse, temporalmente -dice-, del partido, constatará si su fuerza es real dentro del organismo político.
Frente a ellos tendrá a las otras expresiones de la izquierda que convergen al interior del partido, especialmente la del grupo obradorcita, que lleva como su representante a Dolores Padierna, quien también busca la presidencia nacional del partido.
Dolores es una mujer dinámica, de lucha, que no se arredra ante nada, pero que lleva a favor y en contra el ser la esposa de René Bejarano, el polémico ex secretario particular de AMLO.
Ella cuenta con carrera propia y ha sido diputada local, federal y jefa delegacional en Cuauhtémoc, mostrando su capacidad política, aunque la sombra de Bejarano la persigue, para bien y para mal.
Sin embargo, Zambrano y Padierna no son los únicos que han manifestado su interés por competir por la dirigencia nacional del partido, ya que existen otros personajes que también aspiran a lo mismo.
La lista es grande y en ella se anotan la actual secretaria general del partido, Hortensia Aragón; el ex coordinador de los diputados federales del PRD, Javier González Garza; el ex gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya; el senador Héctor Bautista, Martha Delia Gastélum; el ex aspirante al gobierno de Guerrero, Armando Ríos Pitter, entre otros.
Hay quienes opinan que lo mejor que podría pasarle al PRD es que Zambrano y Padierna formaran mancuerna en fórmula de uno y dos o una y dos, para intentar formar un frente común rumbo a la elección presidencial del 2012.
ENJUICIAR A CÉSAR NAVA
César Nava, el polémico y criticado ex dirigente nacional del PAN, sufrirá días difíciles a partir de esta semana en que comienzan los trabajos de la Comisión Especial Pluripartidista de la Cámara de Diputados, creada para investigar las denuncias ciudadanas en su contra.
Esas querellas están contenidas en el libro “Camisas azules, manos negras”, donde la autora Ana Lilia Pérez documenta diversas irregularidades en que habría incurrido el diputado federal durante su paso como director jurídico de Pemex.
Al parecer, los panistas abandonaron a su suerte al diputado federal, pues ningún legislador del blanquiazul fue asignado para participar en dicha comisión, la cual investigará a Nava, por lo que podría ser un caso constitutivo de prevaricato, donde estarían involucrados una empresa de la que era alto funcionario el suegro del hoy legislador federal y varios de sus colaboradores, maniobra que benefició a particulares y dañó el patrimonio de la petrolera mexicana.
Los diputados revisarán también numerosos casos judiciales dados por perdidos en beneficio de particulares y diversos contratos violatorios del 27 constitucional y de la Ley Orgánica de Pemex por más de 4 mil millones de dólares.
La comisión, que encabeza el priísta David Penchyna, investigará además la contratación ilegal de despachos, firmas de convenios con empresas que enfrentaban controversias judiciales y extrajudiciales con Pemex, así como aplazamientos injustificados en la entrega de obras pactadas con la empresa sin penalización alguna, actividades que implicarían daños contra la paraestatal superiores a los 32 millones de pesos.
Hubo también encargos a despachos externos de una infinidad de litigios en los que durante la gestión de Nava, Pemex tuvo que erogar 250 millones de pesos.
En uso de sus atribuciones, la Cámara de Diputados exigirá y examinará toda la información pertinente al caso en manos de la Administración Pública Federal.
Cómo se recuerda, César Nava tiene encima también la aclaración de la compra del departamento comprado en Polanco a un precio menor del 50 por ciento de su costo y los recursos con los que lo obtuvo.