Dudas sobre cifras oficiales de la pandemia
Miguel Ángel Rivera miércoles 29, Abr 2020Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Desde los primeros avisos del surgimiento del coronavirus y el riesgo de que llegara a México, se manifestaron dos corrientes de opinión, una que podemos llamar optimista, que considera que los daños serán pocos y otra, más realista, que considera que el gobierno de nuestro país reaccionó tarde y de forma limitada.
Con el paso del tiempo y luego de aparentes desacuerdos como la recomendación de permanecer en casa por parte del subsecretario de Salud, Horacio López-Gatell, mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador recomendaba salir y cenar en restaurantes, la división de opiniones se ha mantenido y hasta fortalecido, pues existen sospechas de que el gobierno federal ha regateado información acerca del verdadero alcance de la pandemia en nuestro país.
Una de las voces más reconocidas entre los que tienen dudas acerca de la certeza de las cifras oficiales es la del ex secretario de Salud y ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, quien casi desde el arranque de la contingencia advirtió que “no son las decisiones correctas, se está actuando de manera tardía, no se ha actuado, como si no tuviéramos problemas, no se está haciendo lo correcto, estamos mal”, dijo en una entrevista televisada para Grupo Fórmula, el pasado 13 de marzo.
Las advertencias del ex titular de Salud no han sido atendidas en el sector oficial, pero no han pasado totalmente inadvertidas. Al respecto no es posible olvidar que todavía ya en plena crisis por la pandemia, el pasado día 22, el cancerbero del gobierno de la llamada Cuarta Transformación, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto, reveló que se investiga una presunta defraudación fiscal en la Secretaría de Salud durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, que involucra pagos hasta de 83 mil millones de pesos a farmacéuticas.
Sin más datos acerca de las fechas y de los posibles implicados, resulta difícil no conectar esa denuncia con Narro Robles, quien fue el titular del de esa dependencia en parte final del sexenio de Peña Nieto, luego de que en los primeros años estuviera a cargo de la doctora Mercedes Juan López.
Sorprende más, la eventual amenaza sobre Narro Robles porque precisamente uno de los aspectos sobresalientes de su prestigio personal y como funcionario público es el cuidado con el que ha manejado los recursos públicos que le han sido encomendados. Como rector, sin que fuera obligación por la autonomía de que goza, la UNAM presentó puntualmente a la Cámara de Diputados un informe pormenorizado del ejercicio del presupuesto de la máxima casa de estudios y, luego, como secretario de Salud, se esforzó en transparentar los gastos y las compras de medicamentos.
En octubre de 2018, al comparecer ante comisiones de la Cámara de Diputados, como parte de la glosa del informe presidencial, Narro Robles informó que, en defensa del patrimonio público, la dependencia a su cargo presentó 70 denuncias ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR) por el desvío de mil 150 millones de pesos y refirió que previamente se habían levantado 52 denuncias.
Narro no ha dejado de advertir acerca de posibles errores en el manejo de la pandemia y los reportes sobre el número de enfermos y muertos.
Ayer, en redes sociales, advirtió que, una estimación propia, a partir de los datos reportados por la Secretaría de Salud (Ssa), le lleva a concluir que no se puede creer en los datos oficiales, lo cuales generan desconfianza e incertidumbre.
En particular, señaló que la cifra de casos confirmados está incompleta y por eso, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, López-Gatell, no quiso realizar pruebas de detección de manera masiva.
Narro indicó que, por un lado, hay números de casos confirmados, pero por el otro, se ha dicho que el número de personas infectadas puede ser superior en 8 o en más de 30 veces.
“La diferencia es tal que se podría estimar una cifra de entre más de 120 mil y 500 mil personas contagiadas. ¡Por eso no se le puede creer!”, afirmó.
También recordó el informe de la OCDE, según el cual México está en el último lugar en cuanto a la cantidad de pruebas realizadas para la detección del nuevo coronavirus y aseguró con base en su análisis, que los casos de Covid-19 se confundieron con los de influenza y los decesos han pasado como neumonías atípicas.
Lo anterior implica que se tiene un muestreo incompleto. “Por ello nunca quiso aplicar masivamente las pruebas diagnósticas”.
En otro de sus mensajes, señaló que, “en realidad, muchos casos de #COVID19mx se encuentran en la estadística de influenza, como muchas muertes por #Coronavirus están en el capítulo de neumonías atípicas y similares. “Por esto, justificadamente, hay desconfianza sobre las cifras de la #Pandemia”.
Horacio Duarte se ganó la “rifa del tigre”
Como en el gobierno de la llamada Cuarta Transformación está de moda los sorteos –recuérdense las tómbolas para decidir candidaturas y la rifa del avión-no avión– se puede decir que el ex subsecretario del Trabajo Horacio Duarte, resultó ganador de la “rifa del tigre”.
Esto porque, ese funcionario que ha desempeñado diversos cargos en Morena y que es considerado potencial candidato al gobierno del estado de México, fue seleccionado por el presidente López Obrador para ser el nuevo titular de la conflictiva Administración General de Aduanas (AGA), a la cual renunció Ricardo Ahued para volver a la comodidad de su escaño en el Senado.
Una de las versiones no confirmadas acerca de la renuncia del hidalguense (con carrera política en Veracruz) Ahued es que recibió amenazas durante su desempeño en aduanas, a donde llegó con la indicación presidencial de acabar con la corrupción, lo cual fue también tarea fundamental de su antecesor, el ahora subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta Saucedo, quien por cierto fue candidato presidencial de la terna de aspirantes a la Fiscalía Anticorrupción.
Otro rumor indica que Ahued se enfrentó a una red de intereses ya existente dentro de la AGA, organismo dependiente del Sistema de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda.
Lo cierto es que el ahora ex administrador no pudo superar los obstáculos y por eso dejó el cargo.
También es cierto que, históricamente, las aduanas han sido centro de corrupción, pues las cantidades de mercancías y el consiguiente dinero que allí se mueven son enormes y generan grandes tentaciones. Las irregularidades propician, además, actividades de la delincuencia organizada, como el tráfico de armas, drogas, precursores químicos, numerario (dinero en efectivo) y mercancía en general.
Para no ir más lejos, en épocas recientes, el primer presidente del PAN, Vicente Fox, promovió reformas a la Ley Aduanera, supuestamente destinadas a evitar la corrupción que propicia al tráfico ilegal de mercancías de entrada y de salida del país.
De entrada, esa reforma de Fox recibió fuertes críticas de la oposición porque se le consideró una forma disfrazada de privatización de una actividad que debe ser responsabilidad del Estado. Esto además de que aparentemente los cambios beneficiaban a particulares muy cercanos al gobierno federal.
Con la llegada de la llamada Cuarta Transformación se volvió a insistir en la necesidad de “limpiar” el sistema aduanal y por principio se trazó un plan para entregar a la Marina el control de los principales puertos, pero de nueva cuenta vinieron las protestas, esta vez porque se incrementaba la “militarización” del país. A final de cuentas, hubo un acuerdo intermedio, pues las aduanas quedaron bajo mando civil, aunque la vigilancia del total de los puertos la encabezaron marinos en retiro, quienes también han ocupado cargos en áreas “civiles”.
Ese es el panorama que le espera al nuevo titular de la AGA, abogado egresado de la UNAM, con maestría en prevención de la violencia de género, por la universidad de Salamanca.
El ex subsecretario del Trabajo es un luchador de izquierda, con militancia primero en el PMS, luego en el PRD y ahora en Morena. Aunque nacido en el Distrito Federal, hizo carrera política en el Estado de México, en particular en la zona oriente, en los alrededores de Texcoco y, si se trata de tareas difíciles, por ejemplo, fue el abogado defensor de Andrés Manuel López Obrador cuando fue sometido a juicio de desafuero.