¡Entiendan de una vez!
Ramón Zurita Sahagún martes 28, Abr 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
¿Hasta cuándo? nos preguntamos, el total de la población comprenderá los riesgos que se corren con la indiferencia mostrada a las medidas sanitarias y recomendaciones dictadas y dadas por el gobierno federal en materia de prevención del coronavirus.
El número de víctimas continúa creciendo aceleradamente, los hospitales reciben a un mayor número de personas, algunos de ellos cuentan, todavía, con camas disponibles, pero no se trata de saturarlos y que llegue un momento en que no exista capacidad para la atención.
Las autoridades insisten en reiterar los avisos preventivos, mientras, fotos de diversos lugares muestran las nutridas concurrencias, sin adoptar la sana distancia, cuando menos, y mucho contar con cubrebocas, guantes y gel antibacterial.
La irresponsabilidad es enorme, aunque hay zonas del país, donde las medidas determinadas obligan a la población a mantenerse en casa y se respeta en forma general dicha disposición, pero en otros, hacen caso omiso de dichos llamados.
Es cierto que en muchos casos, hay sectores de la población que requieren de continuar laborando y usar el transporte público para ello, por lo que se instrumentó el uso obligatorio del cubrebocas y que los autobuses, Metro y demás medios de uso público sean sanitizados, como prevención, cuando menos en la CDMX.
También en algunos estados se decidió que los autos particulares transportaran máximo hasta dos personas y se usarán solamente en caso necesario, para ir al trabajo, al mercado, a la farmacia, pero no para paseos o simple distracción.
En algunos estados se llegó al extremo de consignar a quienes no acaten los ordenamientos y hasta detenerlos por algunas horas o días y multarlos de forma económica.
Con todo y ello, siguen siendo muchos los que no quieren entender y se dedican a transgredir las medidas y se exponen y exponen a quienes se encuentran a su alrededor.
El coronavirus, se ha insistido, se presenta de dos formas con síntomas y asintomático, lo que da pie a que los que lo sufren no se den cuenta de ello y si se mezclan con otras personas el contagio crece de forma rápida.
El fin de semana da cuenta de diversos sitios del país, donde la gente acudió a fiestas, celebraciones o simples reuniones, sin tomar las medidas preventivas necesarias, por lo que se requirió de la intervención de la autoridad policiaca para mandar a las personas reunidas a sus casas y en otros casos procediendo a la detención de los personajes implicados.
Y aunque cada vez son menos los irresponsables que no atienden o desafían a la autoridad, son malos ejemplos que se espera no cundan, ya que el mantenerse en casa parece pesarle a muchos, que tras varias semanas de hacerlo comienza a desesperarse.
La realidad nos muestra que no es nada sencillo que con comodidades o incomodidades, la gente pueda mantenerse en un solo sitio, sin salir a la calle, conviviendo con el mismo núcleo de personas y que, incluso, en casos varios, hasta no tengan comunicación directa con ellos.
Contando con tanto adelanto tecnológico, la vida debería ser más llevadera, ya que hay métodos de comunicación hacia el exterior y varios tipos de entretenimiento a los que el grueso de la población tiene acceso en mayor o menor medida, aunque hay sectores de la población que carecen de ellos y por añadidura no tienen cobertura de servicios médicos y tienen la necesidad de salir a trabajar, sin las herramientas necesarias para la emergencia sanitaria, exponiendo su vida.
Ellos y los servicios médicos, son los que requieren nuestra mayor solidaridad y respaldo y no los que alteran las reglas que deben seguirse, con ellos hay que actuar con mano dura.