Candidatos grises
Francisco Rodríguez viernes 11, Mar 2011Índice político
Francisco Rodríguez
Enorme favor han hecho los medios de comunicación a los precandidatos del PAN a La Grande en 2012, traduciendo los cables del embajador Carlos Pascual a sus superiores en el Departamento de Estado.
Un mucho porque a periodistas, editores y aún directivos eso del inglés o cualquier otra lengua se les da al estilo juayderito -y sí, sí es una obligación profesional conocer, dominar, otros idiomas además del propio-, y un poco porque quizá estos 8, 9 o 10 personajes lo más que provocan es compasión y ternura.
Y es que los medios tradujeron el adjetivo bleak -con el que calificara Pascual a tales individuos-, como “gris”, cuando la acepción del vocablo que les cae como anillo al dedo es “deprimente”.
Decir que Félix, Cordero, Lozano, Lujambio, Vázquez, Creel, y cualquier otro panista que usted mencione “son grises”, es concederles que cuando menos pintan. Y usted lo sabe, no es así.
Bleak, en efecto, muy raras veces se traduce como gris. Para referirse a este valor de la escala cromática ya existe la palabra grey.
Bleak, en cambio, se emplea para referirse a aquello que no genera esperanza, a lo que deprime.
Y quiéranlo ellos o no, pero Félix, Cordero, Lozano, Lujambio, Vázquez, Creel, todos son “una bola” de dizque políticos deprimentes.
¿Grises? Para nada. Deprimentes, eso sí.
Haga usted mismo un breve ensayo investigativo. Acuda a su copia del Spanish-English de su diccionario Merriam Webster. Ahí encontrará que los lingüistas expertos traducen bleak como “1 desolate: inhóspito, sombrío, desolado, y 2 depressing: deprimente, triste, sombrío”.
Enorme favor, pues, el que los medios y quienes en ellos se desempeñan han hecho a los pupilos -y aún a Vázquez y a Creel, quienes no lo son- de Felipe Calderón.
Si los estadounidenses no encuentran esperanza entre algunos de ellos, ¿qué podemos esperar entonces los mexicanos?
Lo mejor sería declarar desierta la selección de candidato panista.
Algo así precisamente fue lo que adelantó el ocupante de Los Pinos el fin de semana anterior cuando dijo a los blanquiazules que fuesen buscando de una buena vez a un no militante para que sea el postulado.
Fíjese usted muy bien, ni a Calderón convencen los integrantes de su “establo”.
Y es que fue él mismo quien no los dejó crecer. Le gustan enanitos, mínimos, breves, pero eso sí, que sean sus cuates.
Todos son imperceptibles. El que más, el que menos, todos destacan -eso sí- por sus burradas, prepotencia o hasta para su capacidad de mimetizarse en invisibles.
Deprimente que la mayor parte de la población desconozca los nombres de quienes ocupan las carteras del gabinete. Algunos, no muchos, se enteraron de la existencia de Cordero, no por sus tesis económicas o porque haya colaborado, desde la fallida administración, a una política de tarifas de energía que dejen satisfechas a las familias, sino por la burrada de sus 6 mil pesos que alcanzan para todo y, peor todavía, por la hiperpende…ada de autocorregirse y salir que ni con 13 mil alcanza.
Muy pocos conocen a Lozano, pero saben de él por su proclividad a la familia Madrazo, uno de cuyos dependientes se convirtió rápidamente en clásico: “Coopelas o cuello”.
Y de Félix. Bueno, Félix, ¡qué bueno es para pasar desapercibido en cualquier actividad!
Deprimentes todos, pues.
Grises, no. Eso es hacerles un favor.
Índice Flamígero: Me escribe un lector guanajuatense y me dice: “Será una muy sangrienta sucesión presidencial. Ya son 34 mil los muertos registrados. Pero ayer escuché de fuentes muy bien informadas por estos lares, de un atentado que tuvo el hijo de Vicente Fox, el más chico, allá por los caminos de San Cristóbal. Se habla de 4 muertos, dos detenidos, pero en la mencionada trifulca había 40 personas involucradas del Estado Mayor defendiendo al junior de su escapada de una fiesta. De ser cierto este rumor guanajuatense, el nivel de las miras de los rifles está subiendo de altura, y ese será el tono a seguir en los próximos meses”.