La oposición al encierro
¬ José Luis Arévalo jueves 23, Abr 2020De frente y claro
José Luis Arévalo
¿Con qué país nos vamos a encontrar el 1 de junio? Tenga por seguro que uno muy distinto al que dejamos aquel viernes 20 de marzo, cuando se decretó el cierre de actividades por la llegada al país del coronavirus. Y muy distinto, no precisamente para bien, sino todo lo contrario.
Si nos quejábamos de los plantones, las marchas, las manifestaciones -cada vez más violentas-, y el cierre de calles y avenidas, prepárese porque, sin tener una bola de cristal, habrá más y más conflictos, con más personas en el desempleo, micro y pequeños empresarios con su negocio cerrado y cientos de médicos y enfermeros molestos por las condiciones en las que han trabajado por frenar la pandemia. Pandemia que por cierto, no terminará ese primer día de junio; ya que se nos anunció que será hasta el día 25 cuando se espera el fin definitivo, siempre y cuando no haya un rebrote de la enfermedad.
Este 21 de abril, se anunció la llegada de la ya tan deseada Fase 3 de esta contingencia. Y digo tan deseada, porque es de suponerse que con el reforzamiento de las medidas de sanidad a causa de esta nueva etapa del contagio comunitario, más pronto terminaremos con esta terrible pesadilla. La vida regresará paulatinamente, los negocios reabrirán sus puertas -los que lo puedan hacer-, las escuelas reiniciarán el curso de manera presencial y, como muchos han dicho de manera optimista: “nos volveremos a abrazar”, ojalá que así sea.
Sin embargo, no habían pasado ni 24 horas del anuncio por parte de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y del gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo, de las nuevas medidas que entran en vigor, y ya el primer cuadro de la capital recibía a sus primeros manifestantes, las casetas de algunas autopistas estaban tomadas por encapuchados y cientos de personas, sino es que miles, seguían haciendo hasta lo imposible por vender algo antes de que les impusieran el cierre definitivo de su negocio.
Y no sólo eso, ante un confuso mensaje sobre el programa “Hoy No Circula” por parte de la doctora Sheinbaum (quien tuvo que hacer uso de Twitter para explicar lo que no pudo en su mensaje en video), los capitalinos buscaban hasta el más mínimo detalle para tratar de entender si la prohibición era para no circular ningún día de la semana o si “los coches eléctricos podrían hacerlo”; sin darnos cuenta que el tema no tiene que ver con un asunto medioambiental (por aquello de la contaminación), sino más bien, es la lucha entre la autoridad y el ciudadano para convencerlo de que hay que mantenerse en casa para evitar más contagios y con esto cumplir con la fecha deseada, 30 de mayo, para terminar con la pandemia. La oposición al encierro no cesa a pesar del llamado constante del gobierno federal y de los medios de comunicación a quedarse en casa.
Pero no todos pueden quedarse en casa. Entre la necesidad de trabajar y la necedad de salir, no se ha logrado el objetivo en su totalidad. Esta olla exprés llamada México, sin duda explotará si no se da tranquilidad a los ciudadanos de que la recuperación será rápida. Los 25 mil pesos ofrecidos por el Presidente de la República, serán exigidos tanto, por los que no los reciban pronto, como por aquellos que también los vayan a necesitar y se haya ignorado su petición. De ahí, la importancia de que el gobierno entienda de una buena vez que es necesario dar facilidades a empresarios y empleados; “enseñar a pescar y no dar el pescado”, porque de seguir así, le reitero, el México que tendremos el primero de junio, será muy distinto al que dejamos el pasado 20 de marzo.