Corrupción, Sociedad Anónima
Freddy Sánchez jueves 23, Abr 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Ahora se ve, ahora no se ve”…
Como una cuestión de magia y de magos, parece haberse manejado la lucha contra la corrupción en pasados sexenios, sin excluir al presente.
Porque, mientras una buena parte de la sociedad tiene la idea de visualizar con claridad a todos los sospechosos de corrupción, (los de anteriores regímenes y del actual), considerando que se trata de sabandijas de la política que estuvieron o están dedicados a obtener beneficios mal habidos, lo cierto es que esa visualización pronto desaparece en el imaginario social cuando choca abruptamente con la realidad.
Y es que los ciudadanos podrán creer lo que quieran, en cuanto a sacar conclusiones sobre presuntos responsables de la corrupción en México, (políticos, hombres de negocios, intelectuales, deportistas y demás personalidades en cargos de relumbrón social, económico o político), pero al querer llevar esas suposiciones al ejercicio de la ley y la justica, el chasco no es menor.
En recientes días ocurrió algo que parece dar plena corroboración a que lo que parece estar a la vista, no perdura por mucho tiempo, debido justamente a ese arte mágico de que: “ahora se ve, ahora no se ve”.
Resulta que repentinamente apareció información en medios de comunicación y redes sociales, respecto a una supuesta investigación que estaría realizando el gobierno de Andrés Manuel, en torno a probables percepciones de dinero mal habido, por parte del ex presidente Peña Nieto, quien según el dicho de algunos analistas, estaría “en la mira” de la Cuarta Trasformación.
Como súbita aparición, bajo la intensa luz de los reflectores, junto a un mago se hizo notar una presencia que segundos antes no era vista en ese lugar y la exclamación de los espectadores fue mayúscula.
“Peña Nieto se va a la cárcel”, musitaron unos y gritaron otros, pero la admiración por el pródigo de la magia del poder, con la misma vertiginosidad hizo desaparecer la vista del auditorio aquel personaje materializado súbitamente de la nada.
Y es que el propio Andrés Manuel, en la “mañanera” del viernes, aclaró que el gobierno no había iniciado denuncia alguna en contra del ex presidente Enrique Peña Nieto.
En otras palabras, podría decirse que si en realidad se le investiga no se ha encontrado evidencia para proceder legalmente en su contra o bien políticamente no se ha tomado esa decisión.
Se dio a conocer, extraoficialmente, que autoridades competentes solicitaron información sobre las cuentas bancarias en distintas instituciones financieras y bursátiles, en relación con los manejos de dinero del señor Peña, además de su ex esposa, varios de sus familiares, y otros personajes de la política del reciente poder sexenal e inclusive de anteriores.
Así la cosas, el hecho de que no haya ninguna denuncia formal contra Enrique Peña Nieto, en el momento que corre, no significa que no vaya a haberla en un futuro, si los indagadores consideran tener elementos suficientes para poner bajo sospecha de corrupción sus bienes en dinero bancario, aparte de que podrían estarse investigando los orígenes de propiedades inmobiliarias del susodicho y demás personas aludidas.
Qué sucederá en realidad, es difícil saberlo, aunque en asuntos de la política todo es posible, pero no siempre todo es recomendable que se sepa.
De ahí pues, que comúnmente se ignore por qué razón se decide ir o no ir contra los presuntos involucrados en actos de deshonestidad, abuso de poder, negocios turbios, acaparamiento de riquezas mal habidas, manipulaciones para gozar de impunidad y tantas otras patrañas, turbiedades y complicidades encubiertas en la lucha contra lo que podría catalogarse como una empresa denominada Corrupción, Sociedad Anónima.