La prensa y el poder
Alberto Vieyra G. jueves 23, Abr 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Históricamente, la prensa ha sido la gran legitimadora del poder en México y el mundo; pero el surgimiento del internet y las llamadas redes sociales han traído también un empoderamiento de la sociedad, una prensa cada vez más crítica y un poder político que ha dejado de ser intocable pero que ante los embates críticos, reacciona de manera furibunda y autoritaria.
Desde ese año, cuando el PRI dejo de ser la gran hegemonía política nacional también dejo de ejercer el férreo control que tenía de la prensa, tan implacable que 3 instituciones eran intocables: La Virgen de Guadalupe, la Lotería Nacional y el presidente de la república.
El sistema priista soltó a los medios de comunicación, como lo hiciera en 1911 Francisco I. Madero, en cuyo efímero mandato, la prensa, pero sobre todo los caricaturistas de México se convirtieron en su peor dolor de cabeza, primordialmente porqué al llegar a la presidencia de la república se tiró de a muertito olvidando su principal promesa electoral de repartir la tierra a los hombres del campo.
Cuando en el 2000 llegó al poder el derechista Vicente Fox, la prensa siguió suelta, aunque no por mucho tiempo, pues la televisión privada y los llamados periódicos de circulación nacional disfrutarían de jugosísimas tajadas económicas por difundir y aplaudir las acciones de gobierno. Sin embargo, también hubo periodistas que figuraban en una larga lista negra por sus afanes críticos y durante el calderonato sumaron entre periodistas y medios de comunicación incomodos a ese gobierno un total de 108 que fueron combatidos principalmente con el despido de críticos de los medios de comunicación, incluyendo a este átomo de la comunicación, por criticar primero que nadie, el alcoholismo de Felipe Calderón que en esos tiempos estaba tan arraigado como el alcoholismo del usurpador, Victoriano Huerta.
El actual gobierno de izquierda, goza de las simpatías de algunos medios de comunicación de izquierda, como La Jornada, aunque no exento de algunas voces críticas. Pero la prensa libre y de derecha ha jugado un papel extraordinariamente crítico durante el régimen amlista. ¿Cuál ha sido la respuesta del régimen? Rabiosamente estigmatizaste, como ocurre hoy con TV Azteca que aconsejo desobedecer las indicaciones del gobierno de la república, a través del vocero de la pandemia del Covi-19, Hugo López Gatell. Ya fue amonestada y exhibida por AMLO en sus mañaneras, quien usa todo el poder del Estado para descargar su odio contra sus supuestos enemigos o críticos.
AMLO cuenta, según ha trascendido con 17 mil francotiradores a lo largo y ancho del país, quienes en redes sociales arremeten contra la prensa y los periodistas críticos a los que no bajan de “chayoteros”, perros muertos de hambre y un sinfín de agresiones que lo único que hacen es vulnerar al gremio periodístico en la nación más difícil del mundo para ejercer el periodismo, cuando que AMLO tiene la obligación de garantizar por encima de todo, la libertad de expresión, consagrada en los artículos 6° y 7° Constitucional.
No debe sorprendernos la guerra amlista contra la prensa, pues como gobierno de izquierda que pertenece al Foro de Sao Paulo, los gobiernos de izquierda socialistas o comunistas, o como se les llame, deben seguir al pie de la letra un eje toral que sostiene la peregrina tesis de que la mayoría de los medios de comunicación, han construido, con la complicidad y complacencia de los gobiernos de derecha, verdaderos monopolios de la tergiversación y la mentira. Configurando una realidad y construyendo una subjetividad que termina colonizando a la opinión pública.
Por ello, los regímenes autoritarios de izquierda estigmatizan a la prensa y periodistas críticos, y para neutralizar a medios de comunicación usan la diabólica escuela hitleriana de la mentira, haciendo que una mentira, pronunciada 500 veces, se convierta en una verdad, haciendo ver que es necesario combatir a un enemigo común que se llama conservadurismo “fifí”, incluyendo a la prensa y periodistas “fifís”, estigmatizados así por AMLO.