“Nos fue requetebien”
Armando Ríos Ruiz miércoles 15, Abr 2020Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
Desde que México abandonó la mesa virtual con 23 países de la OPEP convocados para regular el precio del petróleo, nuestro Presidente ha insistido en que la actuación de México –renunciar a la reunión como si se tratara del productor más importante−, fue lo mejor. “Nos fue requetebién”, dijo para variar, en una de sus conferencias.
Añadió que “México tuvo un trato especial, fue respetado por el concierto de estas naciones productoras, fue algo excepcional, nunca visto”, convencido de que quien lo escuchara no tendría más remedio que sorprenderse positivamente por un triunfo más de la 4T, que acierta cada vez que los conocedores de cada tema presagian tempestades.
Y tendría razón en eso de que muchos se sorprenden complacidos con ese tipo de aseveraciones lanzadas desde las mañaneras, mientras verdaderos expertos en el tema, esos que no tuvieron que repetir durante 14 años en las aulas universitarias la materia de economía, como Gonzalo Monroy, experto en temas energéticos, manifestaba:
“No era una mesa de negociación”. Era solo concretar un pacto que tenía tres semanas negociándose entre líderes petroleros mundiales para reducir la producción mundial de crudo y así subir el precio del barril”, que por cierto era sumamente conveniente para nuestro país, al cual le cuesta más extraer una barrica de petróleo que venderlo al precio actual.
Prosiguió Monroy: “los tres errores que cometió Nahle con su decisión y su actitud. El primero fue que “mostró inexperiencia, pues la secretaria no entendió que era una reunión protocolaria y reventó un acuerdo. No era una discusión, la decisión ya estaba tomada; y ella trato de ‘chamaquear’ −si se me permite el término− a los demás países queriendo poner nuevas reglas de negociación. Fue un intento de tratar de verle la cara a los mayores figurones de la industria petrolera. No entendió que sentarse en esa la mesa significaba cumplir cosas resueltas hace tres semanas”.
¿Qué significa lo anterior? Que el desplante de México, representado por la secretaria de Energía fue observado muy en serio por los principales productores, como los árabes, quienes podrían definir un desquite y actuar en un futuro en contra, investidos de un poder tal, que determinarían desviar clientes hacia otros proveedores. Es sabido que la calidad de nuestro combustible es inferior a otros y que no puede siquiera competir en precio.
La propuesta de la 4T a la OPEP, de disminuir la producción en 100 mil barriles diarios será insuficiente para estabilizar las finanzas de Pemex. Si hubiera aceptado el acuerdo inicial, de 400 mil barriles, hubiera tenido mayores regalías con el incremento del precio al producto. “México entonces hubiera tenido más dinero para enfrentar el coronavirus y la crisis mundial”. Aseguran los expertos.
Nuestro gobierno aceptó la ayuda de Trump, de contribuir con la cuota mexicana con 250 mil barriles diarios de manera desventajosa, aunque aquí se repita que nos fue bien. ¿A cambio de qué? Sabemos de sobra que nuestros buenos vecinos, como los bautizara Mario Gill, no dan paso sin huarache. Sólo que los términos de la negociación no han sido revelados ni serán revelados jamás.
Se aprecia sin embargo, que Trump negoció cuando el barril de energético tiene un precio de 16 dólares, que con los acuerdos de la OPEP, aumentará en breve a unos 40 dólares o más, según las estimaciones hechas por conocedores. ¿Cuánto más tendrá que pagar México a EU, llegada la hora? Esta transacción fue reconocida por grupos de poder de Estados Unidos, como magistral.
¿Qué Busca Trump? Elementos que contribuyan a allanarle el camino a la reelección. Por eso sus alabanzas a su homólogo mexicano, quien siempre se muestra dispuesto a auxiliarlo, al costo que sea, mientras repite sistemáticamente, tras cada pifia cometida: “nos fue requetebien”.