Pobres de primera
Freddy Sánchez martes 14, Abr 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Que el Papa se explique: a qué pobres sí y a qué pobres no hay que ayudar. Esa confusión parece haber quedado en el ambiente nacional, desde que Andrés Manuel López Obrador, al justificar las acciones de su gobierno ante las secuelas del coronavirus, recurrió a una expresión papal sobre los pobres.
Y es que su santidad invitó a que se tuviera en el centro de la atención justamente a los pobres, a quienes el gobierno actual asume estar prestando su mayor atención por eso es lo justo, en tanto que grupos empresariales y distintos sectores de la sociedad acusan al Presidente de no haber adoptado un plan de rescate acorde con las necesidades de todos.
Los quejosos le reprochan a Andrés Manuel haberse quedado corto en sus muestras de apoyo comunitario, dejando sin amparo a los medianos y pequeños hombres de negocios, siendo éstos los principales soportes del empleo nacional y que al no recibir alicientes para soportar una crisis por falta de ingresos suficientes, irremediablemente, terminarán por cerrar sus negocios y mandar a la calle a sus trabajadores.
Y ante eso, el gobierno federal anunció que se habrán de crear dos millones de empleos en nueve meses, independientemente de ofrecer otros dos millones de créditos para apoyar a los emprendedores.
En respuesta a tales anuncios, quienes consideran que lo expuesto por Andrés Manuel, no tiene el tamaño que se esperaba para hacer frente a la pandemia y sus graves consecuencias, las críticas han ido en aumento considerando que la mayor parte de los gobiernos del mundo, simple y llanamente no han escatimado en dar toda clase de apoyos económicos a cada uno de los sectores que integran sus sociedad.
De ahí, la justificación de Andrés Manuel, en cuanto a que el propio Papa Francisco parece avalar sus acciones de gobierno, al decir lo que dijo sobre la esmerada atención a los pobres que todo gobierno tiene la obligación de priorizar y más en tiempos como los que se están viviendo.
El impacto de lo afirmado por el Papa y recordado por Andrés Manuel, en el sentido de que Jesús está entre los pobres y quienes no se acerquen a ellos, se alejarán del mesías, corriendo el riesgo de no entrar al reino de los cielos, (que con palabras distintas dio a entender el Presidente y el propio Papa), lógicamente despertó un alboroto mayúsculo entre los críticos de la figura presidencial. Aunque, lo que uno dijo, ciertamente lo dijo el otro, (ambos seguramente), en aras de alentar y justificar la ayuda para los pobres.
Que por lo demás, es una cuestión digna de encomio y a tomar en cuenta, puesto que desatender a los pobres en las circunstancias que vive el país, (sea o no una creencia de la fe cristiana), no cabe duda que sería una conducta inmoral inaceptable.
Ahora que también hay que recordar otra cosa que mencionó el propio Papa y que, en torno a las acciones del gobierno de la 4T, frente a la situación de emergencia que estamos pasado como sucede en todo el globo terráqueo, tal parece que se está dejando de lado.
Y es que su Santidad lamentó en otra ocasión la situación desfavorable que viven en el mundo los pobres de la clase media, afectados por las políticas macroeconómicas que han propiciado que la riqueza se quede en pocas manos y la pobreza se distribuya en muchas manos.
Así las cosas, los pobres en México a los que se debe ayudar, no sólo pueden ser los que están inscritos en los programas sociales vigentes, como tampoco los que como producto de la crisis en curso que amaga con agravarse, se vayan a incorporar en los siguientes meses, ya que otros pobres, los de la clase media, igual requieren la solidaridad institucional.
De modo que, tanto el gobierno como los ricos más ricos, están en la obligación de velar por el bienestar de todos los pobres, no sólo de una parte de estos. Y eso obliga a ampliar el programa de rescate oficial para que nadie resulte ignorado en su demanda de apoyo. Lo que es un reclamo de aquellos que piden ser socorridos como hace falta y no tratados con desprecio como si se les quisiera ver como “fifís” en desgracia y no pobres de verdad, pretendiendo que no son tan pobres o en todo caso se trata de esa clase de “fufurufos” pobres de primera.