Ante la OPEP y el mundo, no ganamos pa’ vergüenzas
Francisco Rodríguez lunes 13, Abr 2020Índice político
Francisco Rodríguez
Para acabar de destrozar la posición mexicana y, claro, para afianzar sus niveles de ridículo y de sorna en el mercado internacional del petróleo, el Caudillo salió a pasear para enseñar sus prendas más deleznables y convertirse en un auténtico esquirol ¡en medio de una discusión que llevaba todo el rumbo de favorecer al regimencito de la Cuarta Decepción!
En la reunión cumbre de la Organización de Países Productores de Petróleo (más colados, como el nuestro) regamos el tepache en una dimensión desconocida, en el paroxismo de una fiebre productora que ni tenemos ni soñamos. Ya habían acordado los más importantes en reducir el nivel de exportación para hacerle frente a la caída de precios.
Tenía casi cincuenta años -desde que Muamar El Gadafi reventara los precios petroleros- que las potencias de la OPEP no se ponían de acuerdo en un solo sentido. Mucho menos para apoyar las estructuras productivas de los países emergentes de Occidente.
Los árabes, socios de los republicanos gabachos jalaban en función de favorecer las políticas de dominación de los halcones de Washington. Ahora no. Por primera vez daban cabida a un consenso que beneficiaría sobre todo a los países productores pequeños… cuando llegó la señora Rocío Nahle y tiró los acuerdos.
¿Que nadie le dijo “quédate en casa”? Nos hubiera ahorrado una vergüenza que tardaremos décadas en remontar. Echó al caño una tradición de lucha casi secular, exponiendo argumentos de lástima, que sólo ayudan a la pandemia a ser más destructiva en términos de empleo para los pobres, y en términos de un poquito de por favor para la industria desastrada del petróleo.
Decisión de locos, a contrapelo de lo que conviene a todos
Haciéndole al Canelas, por instrucciones del Caudillo, Rocío Nahle, la madrina de Cuitláhuac García, la saboteadora de las rondas petroleras, de los farm outs y de la misma refinería de Dos Bocas, abandonó las negociaciones sobre producción y precios en aras de oponerse a todo lo que ahí se planteara.
Nadie sabe por qué razones, bajo qué argumentos, la machita Nahle se opuso a que nuestra quebrada industria paraestatal se niegue a rebajar su producción petrolera en el 23% acordado por consenso. Una decisión de locos de remate, a contrapelo de lo que conviene a todos. A contracorriente de los presupuestos nacionales. En medio de una hecatombe mundial que nos arrasa, al mismo tiempo que el gobiernito que padecemos.
Es para jalarse de los pelos y mesarse la barba. Es para tirar la toalla. Es para rendirse ante tanta estupidez. En un alarde de buenas intenciones, los ministros petroleros árabes y rusos ya habían logrado ponerse de acuerdo, cuando intervino la enviada del Caudillo y causó una vergüenza ajena que no tiene nombre.
Trató de imponer los criterios desfasados del Caudillo
Ya podrá usted puede imaginarse las caras de asombro y de encabronamiento de los ministros petroleros asistentes a la reunión intercontinental. Nahle trató de imponer los criterios desfasados del Caudillo frente a países que están debatiendo rebajar la producción de más de veinte millones de barriles diarios.
Con el argumento chabacano de que México no lo debe hacer. Porque esperamos en la ilusión petrolera producir más de dos millones de barriles diarios, cosa que está en seria duda en función de las carretadas de millones que estamos perdiendo al tratar de quererlos producir. México le mete dinero bueno al malo, y eso en todo el mundo petrolero se sabe.
El planteamiento en la OPEP es que México al fin reconozca que sólo produce y exporta menos del millón y medio de barriles diarios. Pero el Caudillo quiere engañar a los colmilludos petroleros arguyendo que está por encima de esas posibilidades. Y así no se puede. Y nadie se lo cree. El orgullo patriotero puede más que la terca realidad.
En la OPEP hay otras visiones, más serias, más equilibradas
No acepta rebajar sus cuotas para que el mundo no sepa del fracaso. Y eso se llama tapar el sol con un dedo. Envalentona a la señora Nahle para que defienda ante la OPEP lo indefendible. Como si en el seno de la organización de productores y exportadores no se supiera cuál es nuestra lastimosa situación.
Como si en la OPEP no supieran que el único negocio que ha tenido Octavio Romero Oropeza, actual director de Pemex, fue la distribuidora de refrescos que quebró en Villahermosa por pésima administración. Como si en la OPEP no supieran el desastre gerencial en el que tiene Rocío Nahle a todo el sector energético. Como si no supieran el aquelarre causado en Veracruz por su ahijadito, presa de pasiones inconfesables, incompetente y corrupto.
Los sistemas de investigación e inteligencia de los países productores de petróleo tienen los indicadores en todo el mundo, defienden reservas monetarias probadas de billones de euros y dólares, no changarros refresqueros ni lupanares de mariposillas en el poder. Son otras visiones, más serias, más equilibradas. Para ellos, los bajos instintos ya pasaron de moda.
Insisten en la bonanza, a pesar de las grandes pérdidas de Pemex
La miseria mexicana, la económica y la política, ya representan a partir de ahora un dolor de cabeza mundial. Junto con la pavorosa estanflación estamos jalando a la recesión, la inflación, la devaluación y el estancamiento planetario, porque simplemente no estamos preparados para jugar en esas ligas.
Seguir insistiendo en la bonanza petrolera, a pesar de las brutales pérdidas de Pemex, de la mayor caída en los precios de que se tenga memoria y cuando los combustibles fósiles tienen fecha de caducidad, es un contrasentido, propio de capataces sin preparación alguna.
Aún más: en el caso de que la “Cuarta Decepción” pudiera conseguir recursos monetarios frescos, todos estamos convencidos de que los utilizarían no en pro de la desastrada economía, sino para inyectarle dinero a las obras insensatas del Tren Maya, Dos Bocas, Transístmico, Santa Lucía, Guardia Nacional y derroche al por mayor.
Ese es el verdadero fondo del ridículo mundial que acaban de protagonizar el Caudillo y la señora Rocío Nahle. Ése es el real contenido de la tragedia mexicana que no tiene para cuándo acabar. Todo el país puede fracasar, todo puede irse a la mierda, siempre y cuando los caprichos sobrevivan.
La “Cuarta Decepción” esquirolea. Y el mundo ya está en guerra
Que siga la complicidad con los narcotraficantes, que siga la rifa del avión presidencial, que continúen las consultitas a mano alzada, que siga la feria del derroche en pos de la reelección del Caudillo, que el país se desmiembre, que se fracture el Pacto Federal… todo eso no importa, mientras el hombrecillo de petate imponga su razón al mundo.
Ya la jefa adjunta de Energy Intelligence, Amena Bakr, reveló que algunos miembros de la OPEP están sugiriendo eliminar a México del grupo de países petroleros.
Y entonces tendremos millones de empleos perdidos, pobreza sin límite, hambruna en puerta, son casi una realidad en nuestro país. Y la Cuarta Decepción sigue esquiroleando las respuestas de un mundo que ya se encuentra en pie de guerra… menos nosotros. Porque ¡como México no hay dos!
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Y ahora peor: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que su país apoyará a México para alcanzar el recorte de producción de crudo que solicitan los integrantes de la OPEP, y que “habrá un reembolso más tarde”. Así lo acordó vía telefónica con el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, luego de que su gobierno se negó a aceptar la petición de reducción de los demás países petroleros. ¿Cómo será ese reembolso? ¿Cuándo? Nadie sabe. Nadie supo…
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