Rápido y fallido
¬ Augusto Corro viernes 11, Mar 2011Punto por Punto
Augusto Corro
- Aduanas, unas coladeras
- Pasan miles de armas
- Crece riqueza de Slim
Fracasó la operación Rápido y Furioso, organizada por Estados Unidos, que consistió en enviar miles de armas a México y seguirles la pista para saber su destino. El armamento llegó a manos de la narcodelincuencia y sirvió para que “Los Zetas” asesinaran al policía, Jaime Zapata en las carreteras de San Luis Potosí.
La estrategia unilateral tronó. Las autoridades estadounidenses informaron a México de ese plan, una vez que comprobaron que no lograron su objetivo. De esa manera, Estados Unidos se convirtió en cómplice del tráfico de armas al admitir este trasiego, aun cuando forme parte de un operativo.
“A nosotros nos parece que el hecho de que se filtren armas deliberadamente a México los hace cómplices de un delito y eso es uno de los aspectos que el gobierno debe analizar”, declaró el líder de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín.
Y agregó que nada justifica que los estadounidenses tomen decisiones que involucren a nuestro país, porque “nosotros no tomamos ese tipo de acciones en ciudades muy conflictivas de Estados Unidos”, añadió el legislador. Luego planteó lo siguiente: “Yo me pregunto qué pensaría la señora Napolitano si nosotros mandáramos toda la droga que hemos incautado para que hagan pruebas, a ver a donde llega, o a ver en qué universidad se consume, o a ver en que barrio de Detroit o cualquier otra ciudad consume”.
Dijo que estamos ante un delito consumado por el gobierno de otro país en territorio mexicano, situación que resulta muy grave, aunque se trate de un vecino con el que se mantienen relaciones políticas, económicas y de otra índole.
Le asiste toda la razón al legislador Ramírez Marín; sin embargo, su protesta verbal es débil igual a la del gobierno mexicano, que parece no contar con la fuerza necesaria para exigir esas conductas extrañas, así como de tantas arbitrariedades y abusos de las autoridades estadounidenses contra México.
¿Cuánto tiempo duró el contrabando de armas? ¿Cuál fue la cantidad exacta del armamento? ¿En realidad, nadie en México supo de ese operativo unilateral? Son muchas las preguntas y pocas las respuestas. La realidad es que las aduanas son verdaderas coladeras donde reina el contrabando. Sobran las pruebas.
Por muy porosa que se encuentre la frontera México-Estados Unidos, pasar las aduanas, se supone que no es fácil; pero ahora todo mundo sabe que a nadie le interesa lo que entra a México. ¿Cómo llegaron esas armas a su destino? A través de acciones corruptas, sin importar que servirían para segar miles de vidas. El mal ya se hizo y los cárteles de la droga incrementaron sus arsenales con la ayuda de Estados Unidos. Y ocurrió lo de siempre, Estados Unidos pone las narices (para la droga) y las armas y México pone los muertos.
“PRESUNTO CULPABLE”
La impartición de justicia en México siempre ha cojeado. Cuesta trabajo actuar con rectitud cuando todo es corrupción e impunidad, salvo sus muy honrosas excepciones. A nadie debe espantar que las injusticias se conviertan en el pan de cada día.
¿Quién ignora las actitudes abusivas de los representantes del Ministerio Público, de los jueces y de los policías que se creen los dueños de vidas y haciendas? Y desafortunadamente, esas acciones injustas caen sobre los eslabones más débiles de la sociedad.
En el documental “Presunto culpable” (hechos que podrían estar muy lejos de lo que realmente ocurrió) se exhibe la podredumbre que todos conocemos en la que participan los representantes del Poder Judicial deshumanizados, ambiciosos y sin escrúpulos. Nadie ignora las fallas que vician los procesos penales: los jueces nunca se ven; en las oficinas del MP hay que entrar con cuidado para no ser asaltado; los policías hace mucho tiempo que dejaron de investigar.
Todo lo anterior da como resultado un documental que espantó y provocó que se desgarraran las vestiduras propios y extraños, a pesar de que la injusticia, la corrupción y la impunidad forman parte de nuestro diario existir. La película logró uno de sus propósitos, distraer la atención de nuestras miserias por un momento, para meternos en el sufrimiento ajeno, como ordenan los cánones de la condición humana.
Lo importante, después de ver dicha cinta, es saber cuántos presuntos culpables se pudren en las cárceles, víctimas de las injusticias, sin la más remota posibilidad de salir libres. Seres humanos que purgan condenas largas porque se vieron obligados a delinquir. Y el delito consistió en el robo de un pan para satisfacer el hambre.
La sociedad mexicana no se impresiona tanto por una guerra en la que van más de 35 mil muertos y sí pone el grito en el cielo, por una supuesta injusticia. Hubo interés en hacer un escándalo y fue fácil, ya se contaba con los ingredientes apropiados. El hecho, que no es ninguna novedad, pronto se olvidará hasta que nuevo documental nos recuerde que vivimos en mundo de injusticias, sin darnos cuenta.
Una explicación: Si tocamos el tema del “Presunto culpable” fue porque debido a su prohibición, las ventas de la cinta multiplicaron las ganancias de quienes la vendían en el mercado negro: vulgo piratería. En algunos lugares la copia pirata llegó a costar hasta 60 pesos.
Con varias películas como “Presunto culpable” y sus respectivas prohibiciones, el cine mexicano lograría ganancias considerables, aunque éstas fuesen a parar a los bolsillos de los piratas. Nadie sabe para quien trabaja y nadie sabe del mundo que lo rodea.
VA DE NUEVO
La lista “Forbes” de los más ricos del mundo mejoró considerablemente para Carlos Slim. Su fortuna se incrementó en 20 mil millones de dólares para llegar a los 74 mil millones de dólares.
Por cierto, entre los millonarios de la lista de “Forbes” vuelve a aparecer “El Chapo” Guzmán. Todo sigue igual.