México, epidemia de la desconfianza
Guillermina Gómora Ordóñez martes 7, Abr 2020Caleidoscopio
Guillermina Gómora Ordóñez
¡Sálvese quien pueda! El gobierno de Andrés Manuel López Obrador rindió su quinto informe de gobierno, con una economía en rigor mortis –estancada en cifras que rondan el 0%– sin la confianza de los inversionistas, el desencanto de empresarios y ciudadanos, y una pandemia que exhibe los estragos de la austeridad republicana.
Las cuentas alegres del primer mandatario se estrellan con la terca realidad. #YoTengoOtrosDatos, que poco o nada concuerdan con el mensaje, en solitario, leído en Palacio Nacional.
En materia de seguridad dijo: “aunque poco, no como quisiéramos, hemos avanzado en disminuir la incidencia delictiva: homicidios, 0.3 por ciento; secuestro, 25.8 por ciento robo de vehículos, 11.1 por ciento y robo en general, en todas sus modalidades, 6.6 por ciento”.
¡Ajá! Tan sólo en marzo pasado se registraron 2,585 homicidios. Es decir, cerca de 84 asesinatos diarios en su administración. En lo que va de abril ya se tienen cerca de 400 casos más, de acuerdo a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
En el Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo, el presidente López Obrador informó que se iniciaron acciones para reactivar rápidamente la economía y se decidió no aumentar los precios de los combustibles y PEMEX vende la gasolina en 30 por ciento menos que antes de la pandemia.
Cabe aclarar, que esta disminución en las tarifas no corresponde a decisiones del gobierno, sino al desplome de los precios del petróleo a raíz del conflicto entre Arabia Saudita y Rusia. Lo que sí controla el gobierno es la cuota aplicable al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) la cual se incrementó hasta eliminar el estímulo que le daba Hacienda.
También, López Obrador planteó la meta de crear dos millones de empleos en nueve meses, no dijo ni cómo, ni quién los va a crear. Oootra falsedad. NO serán empleos formales en el IMSS sino subsidios sociales.
El jefe del Ejecutivo insiste en considerar y presentar como plazas laborales a los beneficiarios de sus 10 programas que coordina la Secretaría del Bienestar, como los de Jóvenes Construyendo el Futuro, que reciben un apoyo mensual de 3,748 pesos, y Sembrando Vida que da a los productores 5,000 pesos mensuales.
Nada dijo de los estímulos que reclama el aparato productivo, los empresarios. La mayoría de los negocios en el país son PYMES, que generan el 84% de los empleos formales. Sí, los que pagan impuestos. Los que mantienen al gobierno y todos los programas sociales de López Obrador.
No entiende que no se trata de rescatar empresarios, se busca salvar cientos de miles de empleos productivos. Ante el cierre de actividades económicas, dentro de un mes, sin entradas, o se pagan nóminas (suponiendo que se puedan pagar) o se pagan impuestos, el IMSS, el ISR, la renta, la luz, etc.
El área de análisis de BBVA-México, prevé un impacto negativo en trabajos temporales, un freno en los permanentes, y dependiendo de la duración de la cuarentena, la pérdida o destrucción de puestos será mayor.
Advierte que los sectores más vulnerables al impacto negativo son comercio, restaurantes, transporte y turismo, con 32.7% de los 55.7 millones de ocupados en México, es decir, 18 millones de personas.
La pérdida del empleo no es un problema de los empresarios, de los neoliberales, como dice López Obrador. Esto afectará al gobierno federal, porque si las empresas no venden, no crean empleo y no generan ingresos, caerá la recaudación por IVA, IEPS e ISR, que, en un escenario moderado, estiman analistas, tendrá una disminución de 31% de ingresos tributarios y de 21.7% en petroleros.
El Presidente no anunció cambios en la política fiscal dice que no aprueba los estímulos como solicitaron empresarios, porque son “medidas neoliberales y conservadoras” pero a Pemex le reduce la carga fiscal. Un discurso lleno de contradicciones
Se habló de ahorros y de austeridad, pero se mantiene el derroche de recursos en proyectos absurdos como la Refinería de Dos Bocas en Tabasco; la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles y el Tren Maya. Gastarse fideicomisos, créditos, y nada de cómo generar riqueza. Puro repartir.
En plena contingencia por el Covid-19, que registra en México 2,143 contagios y casi 100 muertos, López Obrador dice que la peor peste es la corrupción. Una estampa digna del humanista que presume ser.
Sin duda, la terca realidad se impone a la #4T. Cada vez se les cree menos a sus llamados. La epidemia de desconfianza avanza y cuando se pierdan empleos, habrá un grito de hartazgo de miles de personas en las urnas: “tengan para que aprendan”.
Nicolás Maquiavelo, unos de los gurús políticos de AMLO, en su obra El Príncipe, advierte: “Los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio”. ¡Tómala!