La gloria o el patíbulo
Freddy Sánchez martes 7, Abr 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Como anillo al dedo” o “una soga al cuello”…
Ambas expresiones representan lo que realmente podría ser o lo que será para la 4T el paso del coronavirus en México.
Lo primero, si en un futuro no lejano sucede la recuperación del bienestar con la restauración de la seguridad y la tranquilidad y el surgimiento de oportunidades para una vida mejor entre la mayoría, en caso de que Andrés Manuel López Obrador tenga razón y no se equivoque. Eso se verá con las repercusiones en materia económica y de salud que cause la pandemia.
De modo que si sus consecuencias son menos trágicas de lo que está ocurriendo en el resto del mundo con respecto a tantas muertes y secuelas dañinas contra las economías locales, las afirmaciones hechas por el Presidente se comprobarán “a ojos” de toda la nación.
Y para que tal cosa suceda ya hay un plazo definido por el mismo Andrés Manuel: nueve meses.
Tiempo en el que el gobierno federal anunció que se generarán dos millones de nuevos empleos y en el curso de los mismos meses se repartirán dos millones de créditos personales para la mediana y pequeña empresa.
Dos medidas, entre otras de carácter eminentemente médico, puestas en acción como directrices de apoyo a la economía en riesgo de quebrantarse en perjuicio de millones de habitantes de este país.
Así que de bastar dicho plan institucional para paliar los daños de la pandemia contra la sociedad mexicana, a reserva de que posteriormente se agreguen nuevas acciones, ni siquiera hará falta esperar los meses del plazo propuesto por el gobierno de la 4T para en cabal cumplimiento de lo ofrecido.
Porque si dichas líneas de apoyo a la comunidad se realizan con absoluta trasparencia y cada nuevo empleo o préstamo personal se puede comprobar, sin que exista la sospecha de un invento de cifras bajo el amparo de los programas sociales en operación actualmente, la imagen del gobierno de tenerse también buenos resultados con dichas medidas, recuperará plena popularidad entre los integrantes de la sociedad. Aquellos que siguen creyendo sin reservas y los que ha dejado de creer en López Obrador.
En ese sentido, conviene enfatizar que el coronavirus, inequívocamente, le habrá venido “como anillo al dedo” a la Cuarta Trasformación, si al concluir 2020, en los hogares de suelo patrio, se recupera la calma, respirándose nuevos aires de serenidad al haber pasado lo peor de la pandemia y estar en tránsito hacia la salvaguarda de la saludad y la recuperación económica familiar.
Y de ser así, los críticos de Andrés Manuel no tendrán más remedio que recular en sus diatribas y censuras porque seguir criticando los haría ver absolutamente mal.
Ahora que, en caso de que la mortandad sea la misma o más numerosa que la sucedida en otros entornos mundiales, además de que las medidas económicas institucionales se queden cortas y miles o millones de medianos y pequeños negocios “quiebren” y sus empleados terminen en las calles, demandando apoyo económico para no ser avasallados por los estragos de un insufrible malestar económico, las críticas contra el gobierno se multiplicarán, resultando prácticamente imposible detenerlas.
Todos cuantos hoy afirman que el programa de acción institucional contra la crisis que se avecina, es insuficiente y demagógico e incluso propiciatorio de que las calamidades se incrementen en buena medida por la culpa del gobierno, lógicamente, habrán tenido razón.
Bajo ese esquema, el deterioro de la imagen de Andrés Manuel y su gobierno crecerá rápidamente al igual que subió su popularidad cuando millones de votantes se animaron a elegirlo como Presidente, evidentemente, hartos de múltiples decepciones provocadas por las falsas promesas de bienestar, una doble moral para fustigar la corrupción y tolerar y fomentar la de los amigos, siendo esta la causa de muchos males.
Todos los que hoy han puesto a la 4T a un paso de la gloria o el patíbulo.