Vaticinan el final de la 4T. ¿Será?
Ramón Zurita Sahagún lunes 6, Abr 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
No fue lo que se esperaba o, tal vez, sí lo que algunos anhelaban. La ansiedad por escuchar al presidente López Obrador rendir su primer informe trimestral de 2020 dejó con cara de what a la mayoría que lo escuchó.
Se esperaba una gran convocatoria para un acuerdo nacional, un llamado para estar unidos, medidas de emergencia que regresarán el entusiasmo a los que lo han perdido, pero nada de eso sucedió.
Para los desesperados que pregonan cambios dentro de la administración pública no se cumplieron sus premoniciones, ya que en ningún momento anunció los relevos que circulaban por las redes sociales y que esos mismos que los hacían correr daban por hecho, pero tampoco sacó a relucir lo que otros querían como medidas económicas.
López Obrador, con su singular estilo poco se salió del script que acostumbra y aseguró que no se aumentará la deuda y que reducirá los altos salarios de la burocracia, dentro de las medidas de emergencia ante la pandemia del coronavirus que amenaza con dejar sentir el efecto de la tercera etapa.
El efecto de estas palabras se reflejará prontamente en respuestas de desacuerdo, ya tampoco asumió las decisiones que esperan los miembros de las distintas cámaras empresariales e industriales.
Garantizó la creación de dos millones de empleos y la entrega de dos millones de créditos a pequeñas empresas.
Dentro del tema de la emergencia económica provocada por la pandemia y por la baja en los ingresos petroleros y en la planta productiva, por lo que se comprometió para aplicar con mayor rigor la austeridad desde el gobierno federal y en una estrategia que pueda ayudar a activar la economía precisó que la brevedad se retornará el IVA a los contribuyentes.
Dentro de su paquete económico de emergencia se encuentra eliminar el aguinaldo a los burócratas, desde subdirectores, hasta el propio Presidente, lo que representa una violación a la Ley Federal del Trabajo.
Eso sí se comprometió a no aumentar los impuestos ni incrementar la deuda pública y anunció que no habrá despido de trabajadores al servicio del Estado, a los que les pidió mayor entrega, honestidad y eficacia.
Los proyectos y metas presidenciales no parecen ser los que esperaba el gran conglomerado que lo viene instando a tomar una decisión drástica o dar un golpe de timón, por lo no cayó bien en varios sectores.
En las redes sociales se desataron desde insultos, hasta peticiones de renuncia (licencia) para el Ejecutivo federal y los que menos dijeron es que firmó la sentencia de muerte para la 4T, aplicando un revés severo a la gran industria.
Consideraron que una de las principales acciones será terminar con el Fondo de Estabilización, así como de los fideicomisos que desaparecieron hace unos días.
Sin embargo, hay otros que consideran que el Presidente apuesta a la buena suerte y que las cosas le saldrán bien con todo y lo limitado de su proyecto.
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El gobernador de Tamaulipas, Francisco García, consideró que aunque no hay un plan económico en marcha, hay que jalar más duro, mientras que el senador Ricardo Monreal pidió a los sectores productivos estar involucrados de manera solidaría en estos momentos de crisis sanitaria.