¿Llegará el secretario de Hacienda al domingo?
Miguel Ángel Rivera viernes 3, Abr 2020Clase Política
Miguel Ángel Rivera
El presidente Andrés Manuel López Obrador prometió un crecimiento de la economía nacional del cuatro por ciento anual y está a punto de lograr esa meta, pero en sentido negativo.
Ese rumbo hacia la baja fue advertido por su propio secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP) Arturo Herrera Gutiérrez, al presentar, de última hora, ante el Congreso los pre criterios económicos para 2021, en los cuales advierte que la crisis derivada del coronavirus, combinada con el desplome del precio internacional del petróleo podría ocasionar una caída del crecimiento económico del país entre uno y casi cuatro por ciento (3.9).
El desmentido al (¿todavía?) secretario de Hacienda provino directamente de su jefe, el titular del Ejecutivo federal, quien como siempre tiene “otros datos”, pues dijo no estar de acuerdo con su encargado de las finanzas nacionales y aunque admitió que “nos estamos preparando para el peor momento” de la pandemia del Covid-19, será una “crisis transitoria de salud pública y económica”, no una “debacle”.
Con anterioridad, el presidente López Obrador estuvo en desacuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo que le presentó el entonces titular de Hacienda, Carlos Manuel Urzúa Macías, quien ante la desautorización de su jefe optó por renunciar. El sucesor y actual secretario de Hacienda, Herrera Gutiérrez, ha dado muestras de ser más resistente a las críticas –fue desautorizado por el presidente de la República desde que era subsecretario– pero aún así se hacen apuestas acerca del tiempo que durará en su actual cargo. Hay muchos analistas que consideran probable que no llegue al domingo venidero, cuando AMLO presente otro más de sus “informes” y supuestamente presente un plan para superar la crisis derivada de la acción de coronavirus.
Desde ahora se puede anticipar que no habrá cambios de rumbo. Además de la negativa del primer mandatario a reconocer la gravedad del momento y del futuro cercano, también está firme su decisión de no variar procedimientos.
En su conferencia mañanera de ayer insistió en los cambios a su manera y censuró a quienes quisieran detener esos cambios “porque no les importa de verdad mucho la epidemia del coronavirus o la caída de la economía, (pero) afortunadamente son una minoría, porque la mayoría del pueblo quiere la transformación y vivir en paz con seguridad”. ¿Cuándo creen que voy a ceder? Solo muerto, son mis convicciones”, dijo el Presidente.
“Esto significa que vamos a salir pronto, que no es una debacle, que son mucho más nuestras fortalezas que nuestras debilidades o flaquezas”, insistió López Obrador al reiterar que es “mucha cultura la del pueblo de México como para no poder enfrentar esta adversidad. El pueblo de México es mucha pieza, extraordinario y es indudable la grandeza de México”, señaló.
Agradeció a los ciudadanos que estén cumpliendo las medidas preventivas para evitar mayores contagios. “Se está portando la gente al cien. Se está demostrando que el pueblo de México es un pueblo consciente, no es un pueblo irresponsable, indolente. Sigamos así. Si no tenemos necesidad, no salgamos de nuestras casas y nos cuidemos en familia. En estos momentos es fundamental la fraternidad familiar”.
La percepción de que no habrá cambios significativos se reforzó al conocer los primeros y parciales reportes acerca de los acuerdos convenidos en la reunión que tuvo el primer mandatario con los dirigentes de los principales organismos empresariales.
Los dirigentes de las organizaciones patronales llegaron con un plan, cuyo punto principal consiste en lograr que el gobierno gaste y gaste mucho, como nunca en la historia moderna de México, a efecto de evitar que la crisis económica que seguirá a la emergencia sanitaria sea tan devastadora como la de 1994.
Además, los grandes empresarios destacaron la necesidad de flexibilizar el pago de impuestos hasta que pase la crisis sanitaria, sin que ello implique la condonación, aunque sí la posposición del pago. También aspiran a que el gobierno pague los adeudos a sus proveedores, y que la banca de desarrollo facilite créditos para micro, pequeños y medianos empresarios
Los dirigentes empresariales insistieron en que no pretenden la cancelación de impuestos, sino posponer los pagos hasta que pase lo peor de la epidemia, y se manifestaron en contra del recorte del gasto público que se aprecia en los pre criterios económicos, pues al disminuir el gasto se afecta a servicios comunes estratégicos, como los de agua, higiene pública de las ciudades, protección civil y seguridad pública.
En sus primeras declaraciones, al término del encuentro en Palacio Nacional, los voceros del empresariado no parecía muy entusiasmados con lo que escucharon del presidente López Obrador y uno de los aspectos que destacaron es que el jefe del Ejecutivo les adelantó que Nacional Financiera pondrá en práctica programas de inversión e apoyo de los empresarios.
Bancos privados avalan los cálculos de la Secretaría de Hacienda
Si las previsiones de la Secretaría de Hacienda no tienen el aval del jefe de Ejecutivo, sí tuvieron el respaldo de instituciones financieras privadas.
Por ejemplo, especialistas del Ve Por Más (BX+) comentaron que el recorte a las estimaciones de crecimiento por parte de la Secretaría de Hacienda (SHCP) aportan el panorama económico más realista para el país este 2020 ante la crisis ocasionada por el Covid-19,
“Vemos positivo esto que está reconociendo (Hacienda), una caída en el PIB. Nosotros tenemos una estimación un poco más profunda, al final de cuentas Hacienda ha recapacitado desde el dos por ciento que tenía y ha reconocido un entorno mucho más difícil”, dijo Alejandro Saldaña, economista en jefe de BX+.
Indicó que, ante los recortes a la expectativa de crecimiento, es lógico que la administración ajuste a la baja sus metas fiscales.
“Sus estimaciones para las metas fiscales han tenido que ser ajustadas. Anteriormente esperaban un superávit primario y ahora ven un déficit de 0.4 por ciento del PIB, reconociendo que tendrán menos ingresos y, naturalmente, ajustar el gasto”, comentó el especialista en videoconferencia.
Saldaña recordó que ante el brote del coronavirus en el mundo, y aunque aún es prematuro dimensionar como impactará, BX+ prevé una contracción económica de 4.2 por ciento en México para este año.
“México es una economía bastante vulnerable a los nuevos riesgos que estamos viendo, es una economía abierta, pequeña, productora de petróleo, por lo cual la caída en el precio internacional del crudo, junto con menor comercio mundial a raíz de las medidas sanitarias afectan a México”, precisó.
El analista señaló que el sector de servicios en el país será el de mayor impacto, pues el cierre de comercios derivado de la restricción de movilidad para la población por parte de la administración detonará en menor flujo de capital para las empresas y los mexicanos.
Peor es el pronóstico del Bank of America, una de las instituciones financieras más importante de Estados Unidos y del mundo, pues prevé que la economía mexicana se contraiga 8 por ciento este año, afectada principalmente por la recesión en la Unión Americana, el bajo precio del petróleo a nivel mundial y la declaratoria de emergencia por la pandemia de coronavirus.
Para esa institución financiera será “la peor contracción en la historia reciente” de México, y así lo comentó en un reporte a los inversionistas.
Apenas dos semanas atrás, el 19 de marzo, el mencionado banco pronosticó para México una contracción de 4.5 por ciento, a la cual le siguió otra destacada institución financiera, JP Morgan, que planteó una baja de 7 por ciento.
En este nuevo reporte, Bank of America incluye otras previsiones centrales para la política fiscal y monetaria del país: un precio de petróleo a 37 dólares por barril y un tipo de cambio en 25 pesos por dólar. También se advierte que las bajas de calificación para la deuda respaldada por el gobierno mexicano y Petróleos Mexicanos se mantendrán. Y una caída de 2 por ciento real en el gasto del gobierno, directo a infraestructura.
Mientras tanto, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se disparó este jueves con un importante ascenso hasta los 25.57 dólares el barril, en gran medida por el anuncio de un supuesto acuerdo entre Rusia y Arabia Saudita.