A matarse trabajando
Freddy Sánchez martes 31, Mar 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Con esos amigos, para que quiere uno enemigos”…
El empresario Ricardo Salinas Pliego hizo un llamado para que la gente no se quede encerrada de miedo en su casa, temerosa de enfermar, puesto que con gran clamor dijo que es indispensable salir a trabajar.
Un exhorto que pareció tener el refuerzo de lo declarado por el gobernador de Puebla, el señor Barbosa, quien aseguró que el contagio por coronavirus no expone a los pobres, porque estos son inmunes a este mal, que solamente causa daño a los ricos.
Un par de aseveraciones, que siguen propiciando una y mil reacciones de molestia entre los ciudadanos e inclusive representantes políticos y empresariales.
Y no es para menos, considerando que lo dicho por ambos personajes fue un acto de “debocada” ligereza, al menospreciar las consecuencias mortíferas del Covid-19, que en dondequiera en el mundo donde “estalló” la pandemia, ha provocado contagios entre pobres y ricos, obligando a la suspensión de labores, además de la declaratoria oficial de “cuarentena”, en virtud a que esa parece la mejor acción para evitar mayores secuelas terribles contra la vida de las personas y la propia economía de los países afectados.
Cómo entonces, mandar a la gente a que salga a las calles, (pese a lo noble e indispensable que es el trabajo), que en las actuales circunstancias daría lugar a un alto riesgo para la comunidad.
Y es que los que ya están contagiados, saldrían de sus hogares a contagiar a otros, y los que no lo están, correrían el riesgo de un contagio, andando como “si nada pasara” al salir a deambular despreocupadamente por las ciudades.
La suspensión casi total de actividades, en aquellos otros países que lo han tenido que decretar, obviamente, tuvo que decidirse pensando en los graves inconvenientes para sus respectivas económicas, pero aun así, se optó por privilegiar el cuidado de la salud y de la vida de sus habitantes.
Y ya después se verá de qué manera afrontar las consecuencias, lógicamente tremendas de una baja en los ingresos económicos, lo que sin lugar a dudas requerirá de otras acciones públicas y privadas en auxilio de los afectados que la enfermedad del coronavirus provoque en materia económica.
En ese tenor entonces, hay que decirlo sin tapujos, lo primero es lo primero y esto tiene que ver con cuidar la salud de los habitantes de este país.
Así las cosas, es de pedir a quienes hacen un exhorto para que la gente salga de sus casas y se ponga a trabajar, que a su recomendación le añadan una amplia muestra de solidaridad dando a conocer un plan de ayuda para los que por no guardar las reservas obligadas, se expongan a un contagio o pudieran contagiar a los demás.
Que fluya pues, un gran aporte económico para incrementar y mejorar los servicios médicos de emergencia, además de pagar un seguro del desempleo para los que, amantes de los riesgos o solo tratando de demostrar que no son unos miedosos timoratos se decidan a salir de sus casas a “jugarse la vida”, exponiéndose por ello, a caer enfermos o incluso a morir, dejando en el desamparo a sus familias.
Y es que no es lo mismo, hablar desde una postura de gran solvencia económica teniendo a la disposición a un equipo de solícitos sirvientes para atender al que los manda, que enfrentar el riesgo de un contagio mezclándose con una multitud en el metro o en los microbuses, lo que tendrían que afrontar los que opten por salir a trabajar, tope en lo que tope.
Así que lo apropiado sería que los hombres de negocios con mucho dinero, en apoyo a distintas acciones de gobierno se pongan de acuerdo para promover y ejecutar un plan económico que ayude al país y sus habitantes a salir de la inevitable crisis económica, en cuanto pasen los riesgos mortales del coronavirus.
Que los pudientes entonces, sean solidarios y ayuden sin mezquindades a la gente y dejen a un lado su insensibilidad social y absoluta frivolidad pretendiendo hacer más exhortos a matarse trabajando.