Problemas, desde antes del coronavirus
Miguel Ángel Rivera viernes 27, Mar 2020Clase Política
Miguel Ángel Rivera
En febrero del presente año, la Tasa de Desocupación o desempleo (TD) a nivel nacional fue de 3.7 por ciento de la población económicamente activa (PEA), proporción ligeramente superior a la del mes previo, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
También las cifras registradas en el mencionado mes de febrero de 2020 resulta superior a la de igual mes de 2019 (3.7 por ciento contra 3.4).
El organismo autónomo destacó que la cifra de desempleo se refiere al porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) que no trabajó siquiera una hora durante la semana de referencia de la encuesta pero manifestó su disposición para hacerlo e hizo alguna actividad por obtener empleo.
Esos datos reflejan la contracción económica también reportada por el Inegi, en fechas anteriores a la crisis que se vive actualmente como consecuencia de la pandemia por el Coronavirus o Covid 19 y por la “guerra” del petróleo. Ese estancamiento, coinciden los expertos, se prolongó al arranque del año actual.
Sin embargo, tal vez el desempleo no se tan alarmante como el subempleo, del cual depende gran parte de la población nacional y es la que resulta más afectada por la reducción de la actividad económica derivada de las mencionadas crisis sanitaria y petrolera.
Al respecto, los especialistas del Inegi reportaron que el desempleo – o sea, la proporción de trabajadores mexicanos que se encuentran ocupados en una actividad económica, pero que tienen más tiempo para laborar de lo que su empleo requiere – aumentó 1.8 por ciento en febrero, respecto al mes inmediato anterior, lo cual significa el mayor crecimiento desde julio de 2006, es decir, en más de 13 años, para llegar al 9.3 por ciento de la población económica activa en el país.
El Inegi también destacó que el aumento del desempleo en febrero anterior representa un incremento de 2.5 por ciento respecto al febrero de 2019. Por sexo, la tasa de desempleo en los hombres aumentó de 3.5 a 3.6 por ciento entre enero y febrero de 2020 y en las mujeres disminuyó de 3.8 a 3.7 por ciento.
Los especialistas destacan que estas cifras se dan en un mercado laboral donde 56.3 por ciento de los trabajadores están en la informalidad, es decir, son laboralmente vulnerables ya sea porque el negocio, empresa u ocupación que tienen no cuentan con un registro que garantice protección laboral o bien su patrón no les reconoce derechos como subordinados.
Vale insistir que estos datos son de febrero, cuando los efectos del Covid 19 todavía no se ampliaban en México ni empezaban las jornadas de reducción de las actividades ni el distanciamiento social. No obstante, para esas fechas, algunas cadenas productivas internacionales, como la aviación y el turismo, ya mostraban los primeros efectos de baja actividad, consecuencia de la pandemia.
El estudio del Inegi también pone en evidencia que la Tasa de Informalidad Laboral (proporción de la población ocupada que es laboralmente vulnerable por la naturaleza de la unidad económica para la que trabaja y aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo) fue de 56.3 por ciento en el segundo mes de 2020, proporción superior a la del mes precedente, e inferior 1.4 puntos respecto a la de igual mes de 2019.
Asimismo, la Tasa de Ocupación en el Sector Informal (que se refiere a la proporción de la población ocupada en unidades económicas no agropecuarias operadas sin registros contables y que funcionan a partir de los recursos del hogar o de la persona que encabeza la actividad sin que se constituya como empresa), representó 27.4 por ciento de la población ocupada durante febrero de este año, tasa menor 0.3 puntos porcentuales con relación a la del mes previo y menos 0.4 a la de febrero de 2019.
En resumen, el estudio de Inegi confirma que si bien el Covid 19 y la “guerra” del petróleo han acentuado la crisis económica internacional y la de México en particular, la situación previa de México ya era difícil y requería acciones correctivas que ahora se tienen que intensificar y acelerar.
Standard and Poor’s rebajó la calificación de la deuda de México
Las mencionadas cifras del Inegi confirman que México tenía problemas económicos desde antes de la crisis derivada de la pandemia del coronavirus y el desplome del precio internacional del petróleo y lo peor es que los pronósticos no resultan muy alentadores.
Por ejemplo, la empresa calificadora internacional Standard and Poor’s (S&P) bajó la calificación de la deuda soberana de México en moneda extranjera de ‘BBB+’ a ‘BBB’ y en moneda local de ‘A-’ a ‘BBB+’. Esto “debido a una irregular o ineficaz ejecución de políticas que debiliten potencialmente las finanzas públicas, o debido a mayores pasivos contingentes fuera del presupuesto”.
En un comunicado, S&P explicó que prevé un impacto pronunciado sobre la economía mexicana derivado de la combinación de “shocks” del Covid-19, tanto en México como en Estados Unidos -su principal socio comercial– y de la caída en los precios internacionales del petróleo.
Los especialistas explicaron que estos “shocks” aunque son temporales, empeorarán la ya débil dinámica de la tendencia de crecimiento para 2020-2023, que refleja, en parte, menor confianza del sector privado y el poco dinamismo de la inversión.
La perspectiva negativa lleva a prever otra baja de calificación durante los siguientes 12 a 24 meses, como resultado de una ejecución de políticas irregular o no efectiva; el potencial debilitamiento de las finanzas públicas, debido al difícil balance entre sostener el crecimiento del PIB dada la baja base tributaria no petrolera del país y la rigidez en el gasto, así como la creciente presión sobre Pemex.
Standard & Poor’s estima una caída en producto interno bruto entre 2 y 2.5 por ciento en 2020, seguido de un crecimiento de poco más de 2 por ciento en 2021 y 1.8 por ciento en 2022-2023.
Los analistas de S&P advierten que también son un riesgo los pasivos de Petróleos Mexicanos, cuyo perfil crediticio se ha debilitado por “el cambio en la política de energía bajo el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador”.
“Si el perfil fiscal del gobierno general se mantiene débil durante un periodo prolongado; a pesar de cierta estabilización en la producción, el bajo desempeño operativo y financiero de Pemex y las limitaciones de su capacidad técnica podrían generar un pasivo contingente más significativo”, advirtió la calificadora.
Respaldo de las empresas
de seguridad privadas
a las medias sanitarias
La Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), expresó su total apoyo y respaldo a las medidas que tome la autoridad sanitaria del país para proteger y auxiliar a la población durante la emergencia que vive México, a causa del coronavirus.
Por ello, las empresas asociadas a la AMESP ya laboran de manera intensa en sectores estratégicos como el sistema aeroportuario nacional, sistema bancario, de abastecimiento y otros que no pueden detener su operación.
La AMESP, integrada por las principales empresas de seguridad privada del país y parte de Asociaciones de Seguridad Unidas por un México Estable (ASUME), colabora con las autoridades sanitarias en la aplicación de los protocolos aprobados en este tipo de instalaciones. De esa forma, apoya a la población con personal y equipo para auxiliarla, especialmente en los momentos actuales en que el país ha entrado en la fase dos de contingencia por el coronavirus.
En forma paralela, se ponen en práctica estrategias con algunos clientes para reforzar sus instalaciones ante situaciones como saqueos en tiendas de abastecimiento, robos en comercios, fugas en prisiones y otro tipo de expresiones criminales.
También tiene a disposición de los interesados, 375 expertos en plataformas digitales para consulta a fin de ofrecer las mejores prácticas y escenarios en materia de seguridad.
Como se recordará, AMESP tiene como asociados a las empresas nacionales e internacionales más grandes y representativas de la Industria de la seguridad privada, que actúan en el territorio nacional, en todas las modalidades previstas como: monitoreo de alarmas, guardias intramuros, traslado de valores, seguridad electrónica, seguridad logística, protección a ejecutivos, consultoría de la seguridad, seguridad aeroportuaria, entre otros.