Constellation, coronavirus y federalismo
Ángel Soriano viernes 27, Mar 2020Desde el portal
Ángel Soriano
La fuerza del presidencialismo goza de cabal salud a pesar de la pandemia del covid-19 y cuando ha entrado en el debate la rebeldía de algunos gobernadores de no asumir la línea federal en cuanto a las medidas para mitigar la contingencia, el caso de la cervecería Constellation Brands en Mexicali demuestra todo lo contrario: las decisiones se toman desde el centro.
Las condiciones geográficas y la densidad demográfica de las entidades que conforman la República son diferentes no sólo en cuanto a desarrollo económico, sino en diferencias culturales; no puede establecerse un mismo criterio para el estado de Nuevo León o Jalisco que para Tlaxcala; ni BC es igual que Tabasco o Yucatán que Sonora.
En consecuencia, los gobernadores asumen su responsabilidad de acuerdo a las circunstancias presentes y futuras en cuanto a la protección de sus ciudadanos, aparente o realmente. No así en decisiones políticas o administrativas: en el pasado, el gobierno estatal y municipal otorgó permisos a Constellation Brands para instalarse en Mexicali que, desde el punto de vista empresarial, es un sitio estratégico.
Estratégico porque está a un paso de EU, su principal mercado; desde el punto de vista federal, no es viable porque la comarca carece de agua suficiente, vital líquido que abunda en Tabasco, pero lejana la entidad de acuerdo a la ganancia empresarial: quien decide: el gobierno municipal, estatal y federal. Se gobierna para la República, no para un municipio o una región. Se impone la Federación.
TURBULENCIAS
La familia, esencial en México
En su participación a distancia en el G20, el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a reiterar su principal llamado a la sociedad: es fundamental la familia para enfrentar las calamidades. El pueblo es mucha pieza y sabrá enfrentar, con éxito, esta nueva adversidad que es el covid-19 y que lacera al mundo en desarrollo y que no tiene para cuando acabar. Las circunstancias cambiantes demuestran que las decisiones del Gobierno Federal –en comparación con las de otros países- han sido acertadas: no se alarmó ni se ha alarmado a la población con medidas de pánico o inadecuadas a efecto de evitar que cunda el temor entre la población. Sin embargo, aún antes de que el epidemiólogo Hugo López-Gatell anunciara oficialmente la entrada a la fase dos, algunos sectores de la sociedad entraron en zozobra y se multiplicaron los saqueos a zonas comerciales. Y eso que todavía no empieza lo más fuerte como en países de Europa o Estados Unidos, por eso se ha ido administrando la contingencia y valorando si es mejor defender la vida o la economía, o al parejo, simultáneamente, pero aún faltan semanas o meses, de acuerdo a los especialistas. Lo que se considera es que, finalmente, los sectores más vulnerables tendrán que romper el cerco para salir en busca de alimentos y porque los negocios no podrán aguantar con las cortinadas bajadas. Y entonces recurrirán a los llamados de Trump y de Salinas Pliego de que es mejor salir a trabajar que quedarse en sus domicilios a esperar las despensas oficiales que no llegarán porque no están preparadas, y tampoco tendrán acceso a las clínicas porque están saturadas. La realidad finalmente vencerá al virus y los pronósticos de los expertos, aunque nadie podrá acertar que ocurrirá en los próximos días o en las próximas horas. Lo cierto es que mucha gente sigue saliendo a la calle pese a que no hay ventiladores ni cubrocas suficientes. Habrá que ver si los amuletos o la moral cumple su pronóstico de derrotar al enemigos invisible de la época moderna…
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