Hombres de acero
Armando Ríos Ruiz miércoles 25, Mar 2020Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
El Presidente de México, historiador y “científico nivel dios”, —afirmó el ínclito Ackerman—, tal vez sólo comparable con el legendario Hermes Trismegisto, reacio a cualquier recomendación, porque cree ciegamente que los mexicanos somos excepcionales, más fuertes que el acero e inmunes a cualquier enfermedad, no escucha ni escuchará las sugerencias de organismos internacionales, surgidas a causa de la aparición del coronavirus.
Ha dicho que él, sólo él, será quien diga a sus gobernados qué hacer y cuándo. Pone a los mexicanos en situación de espera de su instrucción, como si se tratara de niños que no saben qué hacer frente al mal que acecha, convencido de que con su cuidado se convertirá en el salvador. Mientras tanto, hay que esperar sus conferencias; hay que estar muy atentos, a ver en cuál dice que el virus chino ya hace daño o no hará ninguno.
Gracias a Dios, hasta hoy, México ha sido privilegiado, igual que el resto de los países latinoamericanos, en donde el mal no se ha esparcido igual que en otros lugares del mundo, verbigracia, España e Italia. En otros, los gobiernos respectivos han permanecido atentos y con todas las previsiones posibles, para evitar que avance.
Sin embargo, en los mismos países latinoamericanos, los gobiernos han recurrido a todas las posibilidades de atención y han anunciado a sus pueblos que están atentos para actuar en cuanto sea necesario, mientras que en México se recurre a fetiches y se insiste en que ni Superman aguanta lo que el mexicano. Se promete la construcción de muchos hospitales, si es necesario y se soslaya la realidad, que nos grita que eso es mentira, porque no hay dinero ni tiempo.
Hace unos días, el Primer Mandatario aseguró que por razones de genética, los mexicanos somos más resistentes que otras razas europeas. Sin embargo, los historiadores aseguran que los conquistadores iberos recibieron una enorme ayuda durante la conquista: de la viruela, del sarampión, de la salmonelosis y de otras enfermedades que llegaron allende los mares y se quedaron para siempre.
La realidad otra vez: esas epidemias causaron muchos estragos a nuestra raza de bronce y a través del tiempo, a los criollos, productos del mestizaje. Jamás tuvimos oportunidad de conocer a ese súper hombre, resultado de la unión entre conquistadores y conquistados.
Dijo que los mexicanos conformamos una raza milenaria, cuando la historia nos enseña que México fue fundado en 1325, hace escasamente 700 años, mientras China, lugar en donde se desarrolló el germen maligno, es efectivamente el más arcaico del paneta entero.
Por esa razón se exalta la sabiduría china. La historia sostiene que dicha civilización es la que más largamente ha pervivido desde la antigüedad hasta hoy. Nació hace 5 mil 800 años y maduró como tal hace 3 mil 800, de acuerdo con investigaciones realizadas por académicos de ese lugar.
Dice que en México hay millones de enfermeras. Se refirió a todas las mujeres, que se convertirían en curanderas si lo amerita el caso. El asunto es que seguramente, la mayoría no sabría qué hacer, llegado el momento. Por lo tanto, dicha expresión queda en una más de tantas ocurrencias y no es de esa manera como se solucionan los problemas.
En fin, la opción conocida y recurrente en países como éste, en donde el presupuesto de salud es bastante bajo, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) y cuando las autoridades se niegan a cooperar porque creen que no hay peligro, es rezar; pedir a Dios que mantenga estos lugares americanos a salvo de coronavirus y de otras calamidades.
Y como dicen en las redes sociales: que los que creen en su maestro y guía, pues que sigan sus indicaciones al pie de la letra.