Los cuentos de la muerte
¬ Sócrates A. Campos Lemus viernes 20, Mar 2020¡Que conste,.. son reflexiones!
Sócrates A. Campos Lemus
Pues como diría el Tío Lolo “por qué tan lejos chiquita, si te traigo en mi carterita cerquita de mi sagrado corazón, protector de males y benefactor de bienes, controla las pasiones menos las del amor en serio como en serio es el mío, cuando te veo y palpita mi corazón, en serio Negrita, ya andas hasta en la boca de los del censo que buscan a los de raza nagra como buscaba Hitler a los de raza blanca, y bueno, eso es política, la realidad es que por algo me cae bien el Peje, es de los nuestros sabe que existe San Benito que quita angustias y penares, que vuelve a mantener la paz y la tranquilidad en los hogares, y eso, sin comprar cachitos, esperando llegarle al premio mayor, el único premio que me gustaría tener mi negra es el de usted, no otro, no me interesan las demás, con usted no solo hasta la muerte también estaría gustoso en la cuarentena familiar, el cuartito solos, solitos, cuidando uno del otro, al fin de cuentas ya tengo mi trébol de la suerte el de cuatro hojas, lo compre en el mercado de San Juan con esta cadenita de protección que tiene agua bendita del mismo río donde San Juan bautizara a Jesús, no son las mismas aguas, no, pero es el mismo encanto, mi negra, de mis amores”.
La pura neta y nadie se refiere a algún Presidente, no, ese no es el objetivo de la historia, tenemos los clavos de la cruz, astillas de la cruz de Huatulco que no se quemara ni se pudiera sacar de su sitio por aquellos malosos que la pretendieron ultrajar, tienen sin duda agua bendita del Santo Niño de Atocha algunos quisieran que fuera de su pipí bendita pero ya no le sale el chorrito como dicen que alguna vez salió y fue la mera bendición para el pueblo de Plateros en Zacatecas porque hasta le construyeron un santuario y llegaron las limosnas, los rezos, las peticiones, los milagros, las historias de los curados y de los sanados, de los que sacaron el dinero que querían del rancho, los que se encontraron las monedas de oro y de plata en aquella barda que de pronto se cayó de vieja, de aquellos que recuperaron la manada de bueyes y de vacas que se había perdido en los caminos de San Juan Capistrano rumbo a Acaponeta, Nayarit, los que se fueron y perdieron sus amores pero el niño les brindo uno mejor y más buenota como diría mi abuelito el socarrón…
En fin, hay que entender las razones del Presidente cuando saca sus estampitas, bien decía aquella historia de Oaxaca cuando la esposa de Vázquez Colmenares, después de un gran sismo, recibía ayudas y apoyos del pueblo de su gente, cuando llega una viejecita sin zapatos ni huarache, descalza, con las ropas viejas pero limpias, remendadas, con una cajita llena de nueces y unas estampitas y le dijo: “Perdón señora, yo soy muy pobre pero traigo estás nueces para alimento del cuerpo y estas estampitas para el alimento del alma” y los que escucharon se llenaron de amor, de llantos y siempre recuerdan la historia porque no solamente es una gran historia de amor, de humildad, de solidaridad, sino de visionaria opinión porque al tiempo, un presidente tendría entre sus ropas muchas estampitas como alimento del alma, y bueno, eso pega entre el pueblo, el infeliciaje que siempre espera una relación para que se produzcan los milagros y a lo mejor se nos da, el milagro mayor, el de la SALUD, LA CALMA, EL CONSUELO, LA VIDA Y LA ALEGRÍA DE ANDAR JUNTOS, PERO LEJANOS, EN LA SANA DISTANCIA y esto es pasajero, pues el amor se acaba, se pierde, se enfría como diría mi abuela Rosalía, ya no cantan los jilgueros ni las calandrias siempre hay que tener fe y en el tener pues está el dar, y para ello pues por fe no para el Presidente, al igual que muchas viejitas mochas o de viejos curitas trae encima sus estampitas, dice él que son el DETENTE, los que saben pues saben y le entienden. Los demás, pues lo atacan pero se olvidan que también dijo que tiene el cuero duro, curtido de madrizas, de intrigas, de complots, en fin, y en todos ha sobrevivido porque a lo mejor su nahual que algunos dicen es el pejelagarto anda escurrido entre las aguas y ahí ni como agarrarlo si se escapa y así, el presidente, crea las historias y al pueblo le encantan las historias, las de espantos, aparecidos y milagros y pues si él mismo considera que llegar a donde se encuentra es un verdadero milagro, pues es que estaría bendecido por la suerte y por ello trae las estampitas del DETENTE. OJALÀ LE SIRVAN PARA PARAR AL CORONAVIRUS, PARA LIQUIDAR al Fondo Monetario Internacional que nos saquea y nos roba, a los petroleros que nos siguen chingoteando y no bajan las gasolinas, ni el Presidente las hace bajar como no bajan las medicinas ni el presidente las hace bajar como no bajan los alimentos ni el Presidente los hace bajar, y pues así lo que vemos es oscuro, negro, duro, terrible, el caos, el demonio dirían los mochos de mi pueblo, y a lo mejor, AMLO, pues por esas razones trae en su carterita sus estampitas, su dólar de dos, su trébol, su colgajo que le dieron en la limpia hecho de obsidiana la piedra de lo negro y del ver el presente y el futuro, el espejo negro, la que daba la vida o la muerte en forma de punta de flecha o de pedazo incrustado en el palo de guerrear, por ello, los colibrís le revolotean a los buenos, no he visto si lo hacen con AMLO, pero sé de buena fuente que los colibrís revolotean donde hay amor y gente buena como si quisieran picar a la flor o hablarle en lo cerquita a pesar de la sana distancia….
Y si no entienden las razones porqué un hombre o una mujer traen sus Detentes o sus protectores o sus estampitas y los colibrís para el amor o el llanto o para meterlo en el cajón del muerto, para que lo guíe hasta la buena vida con revoloteos y colores y siguiendo el camino de las flores, pues no podrán entender al Presidente, le hacen burla muchos, pero en su interior saben que es la forma de pensar y de creer del pueblo mexicano, de los jodidos, los que no tenemos más que esperanzas y no dinero ni para comer ni para sanar en los tiempos de crisis, y por ello, todo lo dejamos en las manos de Dios, no hay más ni tenemos algo para dar más que la fe y por esa razón, muchos del infelizaje saben que AMLO es de los suyos y creen en él. Si no entendemos esto es que no entendemos al pueblo y sus historias, sus aparecidos, sus espantos, sus muertos sus lloronas, sus tragedias y las historias de encuentro de riquezas y de salud porque es lo que perdemos y nos lleva a la muerte, y pues, en las estampitas está el alimento para el alma y no más…. Pero ya saben, todos encerrados, jodidos pero contentos, lavándose las manos y contando cuentos… ojala no sean cuentos los que nos lleven a la muerte…y tengamos salud y vida…