Dejar de fumar y vapear reduce complicaciones por COVID-19
Elsa Rodríguez Osorio, Salud jueves 19, Mar 2020Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Cáncer de cuello uterino segunda causa de muerte en la mujer
Pese a que hasta el momento no existen suficientes estudios que confirmen la relación entre fumar o vapear y el COVID-19, sí está comprobado que tales prácticas afectan al sistema inmune, que debe estar fuerte para sobrevivir al coronavirus, señaló Juan Núñez Guadarrama, Coordinador de la Coalición México Salud-Hable. Citó la página australiana QUIT.ORG, para ratificar que dejar de fumar mejora la función pulmonar en pocos meses, por lo tanto, dejar de fumar y vapear probablemente reducirá el riesgo de complicaciones por COVID-19. El consumo de tabaco o nicotina en cualquier modalidad es un factor de riesgo mayor para quienes viven con enfermedades no transmisibles. Se refirió al primer fallecimiento por COVID19, para reiterar lo expuesto ya por especialistas, que es mayor la vulnerabilidad de quienes viven con ENT. En ese caso, se trató de una persona que padecía diabetes, por lo cual es necesario reforzar medidas estrictas, personales y en la relación con los demás, sobre todo si se vive con alguna afección cardiovascular, diabetes, cáncer, problemas respiratorios agudos o renales. Las sencillas prácticas de lavarse las manos con frecuencia, estornudar hacia el interior del codo, evitar aglomeraciones y mantener sana distancia con quienes convivimos, son recomendaciones de los profesionales de la salud que, de tan sencillas, las pasamos por alto con frecuencia en nuestras rutinas diarias.“Los ambientes libres de humo de tabaco benefician a quienes no fuman, pero también a las personas fumadoras, pues las ayudan a limitar el consumo y la frecuencia de este”. Una de las políticas para el control del tabaco se refiere a preservar los ambientes públicos libres de humo de tabaco y libres de aerosoles por el uso de cigarros electrónicos; no fumar en lugares públicos ni junto a otros; no permitir que fumen menores de edad, ni mujeres embarazadas. Todas estas medidas ayudan a proteger a la población, en particular a las personas mayores de edad y a quienes viven con enfermedades no transmisibles. Los fumadores corren mayor riesgo de contraer infecciones respiratorias y pulmonares provocadas por otros virus y bacterias, por ello es probable que estén en mayor riesgo de contraer COVID 19.
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El Dr. Anuj Suri, médico gineco-oncólogo del Hospital Houston Methodist, recuerda la importancia del cuidado, atención y detección temprana de los tipos de cáncer más comunes en la mujer que son: cuello uterino, ovario y mama. De acuerdo con la Secretaría de Salud de México, en el país desde 2006 el cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte por cáncer en la mujer. Anualmente se estima una prevalencia de 13,960 casos en mujeres, con una incidencia de 23.3 casos por cada 100,000 mujeres. En el año 2013, se registraron 3,784 defunciones en mujeres con una tasa de 7.0 defunciones por 100,000 mujeres. Algunos de los síntomas del cáncer de cuello uterino pueden ser sangrado anormal de la vagina, sangrado anormal después de tener relaciones sexuales, dolor pélvico que acompaña al sangrado, flujo anormal, entre otros. Respecto al tratamiento, el especialista explicó que éste “depende de la etapa del cáncer de cuello uterino, el pronóstico mejora si se trata de un tumor pequeño de menos de 2 – 3 centímetros o bien, de cáncer de cuello uterino en etapa temprana. En ese momento, se puede tratar mediante cirugía que incluye histerectomía simple o histerectomía radical. Para tumores más grandes o tumores que miden más de 2 – 3 centímetros, o que están en una fase más avanzada como etapa II, III o IV, generalmente se trata a los pacientes con la combinación de radiación con quimioterapia. En una etapa temprana, podemos tratar los tumores con cirugía, pero más grandes y en etapa avanzada generalmente sólo es con radiación y quimioterapia.” La supervivencia de las pacientes que presentan este tipo de cáncer “depende de la etapa del tumor, para los tumores en etapa I, la supervivencia es bastante alta del 85 al 90%, tal vez más alta, y la supervivencia disminuye del 10 al 15% en la etapa IV.. Es recomendable que acudir a revisión ginecológica de forma anual para realizarse la prueba de Papanicolaou, que es la prueba de detección del cáncer de cuello uterino. También es muy importante que las niñas se vacunen contra el virus que causa el cáncer de cuello uterino para ayudar a disminuir la incidencia en el futuro.