Tres nuevas alianzas
Ramón Zurita Sahagún jueves 10, Mar 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Como preámbulo al resultado esperado del 27 de marzo en el Estado de México, panistas y perredistas anticiparon ya sus alianzas en Coahuila y Nayarit, donde irán de la mano, en su propósito de derrotar al PRI.
En Nayarit ya lo hicieron hace 12 años, cuando un ex priísta, Antonio Echevarría Domínguez fue el antídoto para vencer en las urnas a un candidato frágil como lo fue Lucas Vallarta.
Como sucede en la mayoría de los casos en que los partidos recurren a tránsfugas del partido oficial, los momios les favorecieron y pudieron arrebatar la entidad del otrora poderoso partido.
Poco les duró el gusto, pues seis años más tarde, el propio gobernador se empecinó en que su esposa, Martha Elena García, fuese investida como candidata por el PAN o por el PRD, o por los dos en una alianza que no prosperó, lo que derivó en el triunfo del candidato priísta, Ney González, ex alcalde de Tepic e hijo de Emilio M. González.
Sin embargo, en esta ocasión, panistas y perredistas ya establecieron la alianza con la que pretenden rescatar uno de los primeros territorios conquistados con la alianza entre derecha e izquierda.
El candidato que abanderará a la alianza opositora en Nayarit proviene de la izquierda y será respaldado por el partido de la derecha.
Coahuila es a la inversa, ya que la alianza sellada entre estos dos mismos partidos conlleva un candidato de la derecha, por tratarse del partido mejor posicionado.
En esta entidad, los aliancistas buscan ganar por primera vez el gobierno estatal, ya que en el pasado triunfaron en las dos principales ciudades del estado, Saltillo (capital), Torreón (la ciudad más poblada) y Ramos Arizpe (zona industrial).
Coahuila se convirtió en un territorio apetecible para la oposición del tricolor, en función de que el nuevo dirigente nacional del PRI proviene de esa entidad, la que además gobernó hasta el pasado mes de diciembre.
Golpear al dinosaurio donde más le duele se convirtió en una premisa de los partidos que confluyen en la alianza y que mejor que suceda en la misma jornada electoral en que se disputan los gobiernos de los estados de los que provienen el dirigente nacional del PRI y su candidato presidencial mejor posicionado.
Porque el resultado de la consulta pública del 27 de marzo ya es bola cantada y todo está dispuesto, para que la mayoría se pronuncie a favor de la coalición entre el partido de la derecha y los de la izquierda, con todo y los arrebatos de sus impugnadores.
A diferencia de otras entidades en las que triunfaron los candidatos aliancistas, no se advierte al ex priísta que pueda subirse al carro de la coalición que encabezarán PAN y PRD y a la que, presuntamente, se sumarían Convergencia y PT.
En los tres estados con proceso electoral estatal para cambio de gobernador que irán a las urnas el próximo tres de julio, los candidatos parece ser, serán ajenos al partido tricolor y no como en anteriores ensayos, donde se recurrió a la fórmula de ex priístas, con resultados gratos en algunos casos y amargos en otros.
Los triunfos aliancistas de Oaxaca, Puebla y Sinaloa y la alianza de facto establecida en Guerrero, mantienen a los dirigentes de esos partidos con el ánimo arriba.
Pero si ahora se presentarán, aparentemente, con candidatos surgidos de sus propias filas, las posibilidades de éxito que se le auguran no son tan amplias como en procesos electorales pasados.
Nayarit es la entidad que se advierte más endeble, por la falta de acuerdo entre los tres aspirantes a la candidatura priísta. Si Roberto Sandoval, Raúl Mejía y Gerardo Montenegro se ponen de acuerdo para definir cuál de ellos será el candidato, los priístas podrán apostar a una victoria en las urnas, en caso contrario, las dudas se multiplican.
Coahuila presenta un escenario favorable para el candidato priísta Rubén Moreira Valdés, hermano del actual presidente nacional del PRI y gobernador con licencia de esa entidad.
Los momios le son favorables en proporción de casi tres a uno, con todo y la alianza establecida entre perredistas, panistas y un partido local, Unidad Democrática Coahuilense.
De acuerdo con diferentes encuestas (Mitofsky y Gabinete de Comunicación Estratégica), los tres partidos coaligados no se acercan siquiera al 20 por ciento de las preferencias electorales, con un PAN ubicado hasta febrero del presente año en 11.7 por ciento y un PRD situado en el rango del tres por ciento.
Es en el Estado de México, donde los dos principales partidos antagónicos al PRI realizan su apuesta prioritaria, con una pretendida alianza que habrá de confirmarse el 27 de marzo, donde lo difícil será llegar al acuerdo sobre el nombre del candidato y si este proviene del PAN, del PRD o se esperan a conseguir a un priísta inconforme con la decisión que éste tome.
De acuerdo con las actuales tendencias, las alianzas en los tres estados caerían vencidas ante un arrollador partido tricolor que domina las tres entidades mencionadas, pero cuyo futuro se lo juegan ellos mismos, si es que son capaces de sacar sin contratiempos de ninguna clase sus propias nominaciones de candidatos.
GUERRA SUCIA
Comenzó la guerra sucia por la conquista del territorio mexiquense, según acusó Jesús Ortega Martínez, dirigente nacional del PRD.
El “Chucho” mayor consideró que se intenta torpedear la consulta que se hará a la ciudadanía para que determine si se da o no la alianza entre derecha e izquierda.
INTOLERANCIA EN LA UNAM
La intolerancia se hizo presente en la Facultad de Economía de la UNAM, donde el senador priísta Francisco Labastida Ochoa fue impedido de participar en un evento en ese recinto.
Con todo y ser egresado de esa misma escuela, el priísta se vio repudiado por trabajadores, que no alumnos de esa institución, bajo el argumento de que representa a los neoliberales.