Los besos de AMLO
Freddy Sánchez martes 17, Mar 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Por cuestiones de higiene, de salud y por el famoso “qué dirán”, Andrés Manuel, definitivamente, tiene que abstenerse de su calidez manifiesta por la infancia nacional, al menos esa que tanto se esmera en expresar en forma física (y no por supuesto la que corresponda a los actos de su gobierno), tomando la prudente decisión de no repartir más besos y abrazos entre los niños.
Las lapidarias críticas que ha recibido de sus opositores políticos y de gente ajena al partidismo, recomienda una conducta de mesura presidencial para acallar a los que se encargan de satanizarlo con los más despiadados calificativos de pederasta y cosas peores.
Es oportuno señalar, que frente a la razón que pudieran tener, quienes ven con malos ojos que un adulto ande por la vida besando niños que no son cercanos a su familia e incluso los que sí lo son, ( dado el repulsivo hecho de que los abusos sexuales contra los menores provienen de familiares y personas allegadas),en el caso del presidente se da un hecho que amerita reflexión especial.
Y es que no es Andrés Manuel el que arrebata de los brazos de sus padres a los niños que abraza y besa en sus actos de gobierno “placeándose” en una u otra población del país, sino más bien ocurre lo contrario, puesto que son los padres de los pequeños quienes ponen en brazos de Andrés Manuel a esos niños para que se los bese y abrace.
Quizás esto obedece a la misma causa que a mucha gente en nuestro país, la lleva a buscar un padrinazgo cuando alguien se ha propuesto llevar a su hijo a recibir el agua bautismal, tratándose de su primera comunión o la confirmación, ( según lo dictan los cánones de la religión católica abrigada por la mayoría en México), y quienes toman esa decisión suelen pensar en un padrino cercano a la familia o incluso lejano, si es quien goza de su respeto o admiración.
Podrían pensarse también que es una especie de ofrenda al poderoso o bien el deseo de expresarle una intención afectiva dados los beneficios recibidos. El caso es que como los católicos acostumbran darle a sus hijos a un prospecto de padrino para que acepte serlo, así también parece comportarse mucha gente que admira a Andrés Manuel, llevándole a sus hijos para que se los apapache.
Y el presidente que no les gusta andar de “besucón”, pues ahí está el detalle como diría Cantinflas.
La cuestión es que en el entorno nacional, hay personas que reprueban que los adultos besen a lo niños, lo que a veces, ( según se llega a ver),de plano ocurre contra la voluntad de los propios menores a quienes se les llega a decir, “ándale no seas grosero con el señor”, induciéndolos a aceptar besos y abrazos que no les gustan.
Y por eso, justamente, “le llueven críticas” al presidente.
A quien sencillamente le sería conveniente, dejar de andar besando niños dondequiera que los ve y sus padres se los acercan.
Claro que en este caso igual será necesario que les explique a los que tanto parecen disfrutar que el presidente reparta besos y abrazos entre sus menores, a fin de que no se sientan desairados, y puedan entender que la imagen presidencial no puede segur expuesta a sus críticos que no desaprovechan conducta, hecho o dicho de Andrés Manuel para fustigarlo.
Una cosa que sus asesores deberían hacerle ver para que modere su conducta y haga menos frecuente esa clase de críticas que muchos de sobra justifican, pero otro no.
Al presidente le vendrá bien pues, quitarse la presión de tantas críticas, a no ser que tengan la razón quienes aseguran que fomentar que lo critiquen “hasta porque pasó una mosca y se le quedó viendo feo”, es parte de su estrategia para distraer la atención nacional de otros temas de gobierno que de no quiere que se traten ni lo critiquen por aquello. Lo cierto es que Andrés Manuel suele dar constantes motivos para que lo critiquen como es al caso ahora de los besos de AMLO.