De 1968 a El nueve nadie se mueve
¬ Sócrates A. Campos Lemus miércoles 11, Mar 2020¡Que conste,.. son reflexiones!
Sócrates A. Campos Lemus
Hace unos minutos, reflexionando sobre lo que vivimos en 1968 entendía muchas cosas al comparar con el momento actual de la LIBERACIÓN DE LAS MUJERES. En 1968, SIN DUDA ALGUNA, NOSOTROS FUIMOS UNA GENERACIÓN PRIVILEGIADA, QUE NO SUFRÍA LA REPRESIÓN GENERAL COMO LA HAN SUFRIDO LAS MUJERES, TENÍAMOS SUEÑOS E ILUSIONES, VEÍAMOS LAS REVOLUCIONES Y LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN NACIONAL DESDE MUCHA DISTANCIA y no la sufríamos, vimos las protestas de París, Berkeley, Alemania desde una distancia y pudimos entender que deberíamos luchar, primero, sin saber bien a bien, por nuestra liberación casera, porque al final de cuentas todos éramos, digan lo que digan, “niños de casa”, dependientes de sus padres y si estallamos en el 68 fue, como ahora lo sabemos, por las intrigas y acciones brutales de los norteamericanos con sus esbirros de la CIA en el país que incluían a los jefes del EMP al presidente, al secretario de gobernación, al jefe del DDF, al Secretario de la Presidencia, y ante la cercanía de los Juegos Olímpicos, por medio del General y Licenciado Corona del Rosal, se ensayaba y se controlaba a un grupo, después conocido como Batallón Olimpia, que fuera el encargado al componerse por policías de muchas corporaciones de emprender las acciones en contra de los centros estudiantiles y grupos para provocarlos y que salieran los dirigentes para hacer una limpia con el estilo de las “guerras controladas” que llevaban el objetivo de aplacar cualquier intento de protesta fuera de los límites de los grandes eventos mundiales, pero además, ahora lo sabemos, por medio de las mismas acciones del presidente y sus esbirros de la CIA y el EMP cuando se les salió de las manos el conflicto y no lo podían controlar, iniciaron las negociaciones por medio de varios mecanismos pero preferentemente de profesores y funcionarios que mantenían algunas relaciones en los centros de estudio, con el fin, primero, de dividir la fuerte dirigencia estudiantil, y posteriormente de “negociar” para traicionarnos y matarnos en Tlatelolco, y en vez de que las acciones de los jóvenes se dirigieran en contra de los represores, por medio del control de los medios de comunicación la enfocaron en contra de grupos juveniles que no permitían las transas y negocios que al final de cuentas se vieron, cuando muchos de esos “negociadores” y miembros de algunos partidos de “oposición” permitidos en su acción, fueron premiados de varias formas hasta llegar a ser incluso gobernadores o importantes funcionarios del gobierno. En fin, ya explicaremos mucho más sobre el tema en próximas colaboraciones, lo importante es que nosotros, al final, fuimos la generación de los soñadores que al recibir la represión y traición en serio nos convertimos en la generación silenciosa y cobarde que dejó que las cosas siguieran como siguen hasta hoy.
Las mujeres han sido producto de una represión brutal desde las casas, lo que no sufrimos los hombres del 68, la represión en los trabajos, centros de estudio, las calles, en cualquier sitio y de ahí salieron los que ofendían y accionaban en contra de su seguridad y de su integridad, para llegar a la brutalidad de las violaciones y de los feminicidios, de las muertas de Juárez a las brutalidades que han sacado la casta a todos contra este tipo de acciones y aceptado la lucha de la liberación de las mujeres que, ahora, nos muestran con el coraje de siempre en las entrañas, su valor y su fuerza, su fortaleza y por eso debemos entender que ahora sí, esta revolución femenina tiene una lógica real, donde las mujeres saben que si tocan a una tocan a todas y no se quedarán calladas como cobardemente en nuestra generación al reprimirnos y asesinarnos, encarcelarnos y perseguirnos nos quedamos callados los jóvenes de aquellos tiempos, con la cobardía y rumiando nuestra frustración y sus penares y remordimientos, se habló y habló pero no se hizo nada por encontrar los caminos de la liberación para el beneficio de todos en el país, de los hombres y de las mujeres y ahora, las mujeres nos dan el ejemplo de que su lucha no es contra nosotros sino por nosotros, es por ellas mismas porque ellas si en verdad vienen de la generación y generación por generaciones de la represión y la violencia y sobrevivieron hasta el momento actual y se rebelan y actúan para demostrar su verdadero valor y fuerza,
Esta es pues una de las primeras grandes lecciones, por ello, vemos a muchos y muchas mujeres de aquellos tiempos que con valor siguen luchando pero a su manera, ligadas al poder, sin entender que su obligación no es estar en el poder sino en contra del sistema y de luchar por la verdadera liberación y no con prudencia, sino con valor y lo que todo esto representa.
Hoy, en mi casa, nos quedamos sin la acción de las mujeres, su silencio y su meditación sobre su lucha nos mostraba que tienen la razón y lograrán sus objetivos porque al final de cuentas ellas no andaban buscando puestos ni presupuestos o posiciones de dirigencia dentro de un movimiento soñador, sino que son todas una, han recibido el cruel y violento trato por generaciones y saben lo que es la represión y la frustración, el asesinato y el feminicidio, el miedo y el terror, y por ello, ahora, levantan la voz y accionan con todo el valor que les brinda la razón y la conciencia de su transformación.
Me dirán que hay tiempos y circunstancias y eso es cierto, pero los tiempos y las circunstancias de pronto se violentan con la conciencia y el sentir lo mismo, todas ellas, en el fondo de su corazón y en sus cuerpos y esto no impide la solidaridad y la fortaleza, al contrario, la muestra, por ello cuando vemos una lucha sin objetivos perversos de encontrar dirigencias ni andar embozados o cobardes y crueles contra sus compañeros en vez de buscar a los verdaderos represores y protegerlos con su silencio, pues vemos a las mujeres que tienen todas las de ganar, y la razón es que ya no tienen nada que perder. Nos dan la gran lección del amor y de la conciencia de clase, la femenina, la de ellas, las que tienen en su seno la vida y la muerte, y ellas siguen luchando por la vida y derrotan a cualquiera, porque tienen una fuerza que no entienden los represores de un sistema paternal y machista…que vivan la mujeres y su liberación, las que luchan por la revolución moral femenina que nos beneficia a todos…