El gran movimiento
Armando Ríos Ruiz miércoles 11, Mar 2020Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
A un año del actual gobierno, que se muestra siempre incapaz de cometer el mínimo error y que ha adoptado la manía de culpar de ellos al pasado, principalmente a los neoliberales, pero en términos generales a otros, porque el proceder del gobernante es exacto, como si se tratara de Dios mismo o de su hermano mayor, ha comenzado a causar malestar en la sociedad, que ya da grandes muestras de cansancio por escuchar siempre lo mismo.
Antes de que se conociera la decisión de las mujeres, de realizar una manifestación cuyos alcances nadie imaginaba, en protesta porque están convertidas en víctimas cotidianas de los asesinos, que las matan como si se tratara de seres inferiores, a quienes se puede aplicar daño sin que preocupe y sin que intervenga alguien en su ayuda, el mandatario restó importancia a dicha condición.
Le echaron a perder su nota importante del día, emanada de una de sus conferencias diarias, cuando una reportera preguntó sobre los feminicidios y él tenía en mente como tema principal, hablar de la recuperación de dos mil millones de pesos, que no valen la vida de tantas mujeres adultas y niñas que han sido víctimas de los criminales.
Después de responder con rabia que le iban a voltear el sentido de la conferencia, todavía apuntaló: “no quiero que el tema sea nada más lo del feminicidio. Ya está muy claro. Se ha manipulado mucho sobre este asunto en los medios, no en todos desde luego, los que no nos ven con buenos ojos aprovechan cualquier circunstancia para generar campañas de difamación, así de claro, de distorsión, información falsa”.
Conforme se acercaba el día, el Presidente comenzó a hablar bien del sexo femenino y un día antes, el sábado, gritó en Calvillo, Aguascalientes: “¡Vivan las mujeres!”. Muchos vieron hipocresía.
La celebración se tradujo en un triunfo rotundo. La cifra oficial dice que en la Ciudad de México participaron 80 mil féminas, pero otros ojos vieron mucho más de cien mil. No es difícil contabilizar si se tiene alguna experiencia en asistir a conglomeraciones, en calidad de periodista.
También dijo que no habrá represalias para nadie, por participar en el paro anunciado para un día después. Cabría preguntarle: ¿Por qué represalias? ¿Acaso está prohibido que las mujeres se manifiesten, ya sea en las calles o de brazos caídos en sus casas, sin hacer nada? ¿Desde cuándo existe la prohibición? ¿Alguna reforma constitucional en secreto?
La memoria suele traicionar. Él mismo fue protagonista e incitador al plantón más desastroso en la historia de México, el que hizo en Paseo de la Reforma en 2012 y que duró 47 días. Una periodista documentó que sólo 16 días después de iniciado, se registraron pérdidas por casi 3 mil millones de pesos para varios comercios, hoteles y restaurantes, así como el despido de 809 empleados registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Nadie se ocupó siquiera en hacer declaraciones sobre posibles represalias por un acontecimiento que las merecía por faltas graves a la Constitución, como la obstrucción a la libertad de libre paso, de trabajar; por impedir que muchísimas empresas y comercios abrieran sus puertas a empleados y a consumidores; por no pagar alimentos y otros insumos que consumían los paristas y por más.
Califica puntual Claudia Pedraza, académica de la Universidad La Salle, cuando dice que “en términos simbólicos, las declaraciones de las autoridades federales y de la CDMX muestran un desinterés por la vida de las mujeres, así como por entender y aplicar los mecanismos que están establecidos en la ley para prevenir y erradicar la violencia feminicida”.
Dice la maestra que las declaraciones de diferentes funcionarios dejan ver que hay un desprecio y falta de conciencia de lo que significa el problema”.