¿Sobrevivirá el PRI?
Ramón Zurita Sahagún jueves 5, Mar 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Por segundo año consecutivo, el PRI festejará su aniversario (4 de marzo) en medio de una gran desolación, frustración y abandono por parte de aquellos que se beneficiaron de los logros del partido.
Aunque ahora se ubique dentro de los partidos con menor proyección hacia el futuro, el PRI fue un organismo político monolítico que gobernó, sin interrupción por setenta años y luego de una pausa de doce años, retornó por seis más, para hundirlo en la situación que actualmente vive.
El PRI pretende su rehabilitación, aunque la situación es difícil, ya que el tufo de la corrupción acumulada al paso de los años, fue magnificado por los antecesores del actual gobierno, los que en su pretensión de acumular riquezas dejaron huellas dactilares del saqueo, abuso y “valemadrismo” de sus acciones gubernamentales.
Como si fuese poco y con un partido sumamente deteriorado, militantes y beneficiarios del sistema político mexicano impuesto por el partido tricolor, decidieron dar la espalda al partido y convertirse en sus principales juzgadores, tirando más lodo del que parece haber sepultado las ruinas del Revolucionario Institucional.
Pregonan en el desierto las fallas del tricolor, cuando jamás en su momento se atrevieron a criticar las políticas internas del partido y solamente cuando advirtieron que se acabaron los bellos momentos lanzan sus tarascadas como peligrosos animales.
Son los mismos que se ceban sobre el dirigente nacional del partido y que jamás alzaron la voz en contra de otros personajes que se apoderaron de la estructura partidista para beneficio propio y que hoy desplazados alimentan a las fieras.
José Ramón Narro, aspiró a la presidencia del partido, sin trabajo de base, pero apoyado por los dos personajes siniestros que pasaban de una cámara a la otra, manejando a los grupos legislativos y cuando comprendió que no le alcanzaba, simplemente renunció al partido, lanzando más lodo del que ya tenía encima.
Francisco Labastida jamás alzó la voz para protestar que lo hicieran candidato presidencial, pero si fustiga que lo dejaron solo, cuando no fue capaz de promover su propia candidatura.
Otros más prefieren actuar en las sombras, buscando un cobijo y un amparo que les evite ser exhibidos por sus corruptelas, pero mostrando una doble cara, para dar paso a sus hijos que buscan emularlos.
Como si fuese poco, algunos personajes que comienzan a destacar, abandonan el partido para saciar sus ambiciones con otras siglas.
El panorama que enfrenta el dirigente nacional, Alejandro Rafael Cárdenas (“Alito”) no es nada sencillo y peor se le presenta para el año próximo, cuando hay estados en los que sus aspirantes a gobernar son muchos más que votos tiene el partido, como es el caso de Nuevo León, en que se acumulan aspirantes. Campeche, tierra del dirigente nacional, donde la pugna interna no advierte futuro halagüeño y Sinaloa, en que el gobernador se empecina en poner candidato.
La realidad que tendrá que afrontar el PRI se perfila desde este mismo año, cuando broten los resultados de los comicios locales en Coahuila e Hidalgo y se permita perfilar el futuro de un partido que parece vivir su ocaso.
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Mientras el Senado debate sobre la regulación de cannabis, fuera del recinto legislativo el olor a mariguana inunda todo el jardín Pasteur y los alrededores de la llamada Zona Rosa se respira el olor de la misma.
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Y ahora la “mañanera” es el centro de controversia de comunicadores que defienden sus estatus, como sucedió con Frida Guerrera y Marco Olvera.