Protestas creativas
Armando Ríos Ruiz lunes 2, Mar 2020Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
Las mujeres de México, ninguneadas, las que viven gracias a no haber topado con un asesino en su camino; que observan cómo su género es vejado, violado, asesinado, tienen que ser más inteligentes y creativas en sus protestas por esos delitos de que son víctimas, cada día en mayor número.
Esa es la tesis de la señora Yeidckol Polevnsky, quien, para adular a su jefe, se aúna a la opinión de que este fenómeno se debe a los neoliberales, aunque su partido sea el que está en la cima de las decisiones políticas y por ello tiene la obligación de buscar las mejores estrategias para frenarlo.
Lejos de eso, hemos escuchado y leído que los delincuentes también son seres humanos que sufrieron en la infancia maltratos de sus padres y por ello decidieron engrosar las filas del crimen. Por ello tenemos obligación de entenderlos, de respetarlos y de paso, de abrazarlos.
Mientras los llenamos de besos, ellos seguramente continuarán dedicados a descuartizar, a quemar vivos a quien se atraviesa en su camino, tal vez para practicar esta forma de asesinar; a desollar a sus enemigos, a entablillarlos de cuerpo entero, como momias, con cintas adhesivas; a despegarles los párpados con navajas de rasurar; a implicarles otras torturas que siempre acaban con la vida. ¿A esos les llaman seres humanos?
Los crímenes en todos los órdenes han aumentado como nunca, en nuestro país. Significativamente en lo que va del sexenio, en un gobierno que se dice transformador y revolucionario. Luego entonces, ¿por qué se deben a los neoiliberales? Los asesinatos existen entre los hombres desde que apareció el primer homínido.
¿Por qué los flamantes, pensantes, inteligentes discernidores de la 4T no se han atrevido a decir, por ejemplo, que los feminicidios son herencia del homo sapiens o de los neandertales? El problema existe aquí y ahora. Luego entonces, la obligación de la autoridad es combatirlo e impedir que prospere. Los aduladores, a callar en temas como éste, que tanto laceran a la sociedad.
La señora Polevnsky tuvo la ocurrencia de solicitar a las mujeres que protestan porque las matan y nadie hace nada para evitarlo, que deben ser más creativas. Que no deben usar la violencia y hasta puso de ejemplo el “maravilloso” performance chileno contra la violencia a las mujeres.
Dice que allá, las mujeres protestaron, pero de manera muy interesante, como “el violador eres tú”. Luego manifestó: “creo que es maravilloso, porque con el arte vamos a llegar a fondo y muy lejos y que no se trate de cambiar el mensaje”.
Por lo que se entiende, las mexicanas deben buscar formas artísticas de protestar por las violaciones, desapariciones, asesinatos. No deben hacer pintas ni ser violentas. Le faltó decir que estas conductas las convierten en neoliberales y que hay que tomar en cuenta que el actual gobierno es intolerante con estos. Por lo tanto, mientras persistan en estas prácticas estarán lejos de ser escuchadas.
Es precisamente por esa razón, porque son más importantes otros temas, como la rifa del avión, la cero persecución a los criminales, que los ha alentado y que ha multiplicado tanto su número, como el número de crímenes de toda índole, que las mujeres han decidido salir a las calles a manifestarse.
El que sean violentas, quiere decir que es la única puerta que les han dejado para hacerse escuchar. Ahora que su movimiento ha llegado a linderos que las autoridades nunca sospecharon, acusan cierta preocupación, porque ha restado atención a las pláticas insulsas y sin ninguna importancia, que se practican todos los días desde Palacio Nacional.
¿Por qué no les dicen a los maestros sindicalizados, que efectivamente son maestros, pero del desorden, de la violencia y del delito, que sean más artistas al manifestarse? ¿Por qué a éstos los premian con curules, con dinero y con otras prebendas, cada vez que se manifiestan?