López Obrador, ¿al borde de un ataque de pánico escénico?
Francisco Rodríguez viernes 28, Feb 2020Índice político
Francisco Rodríguez
Ya trascendió el lugar dónde el Caudillo irá a apaciguar el pánico escénico para las manifestaciones multitudinarias del próximo domingo 8 de marzo: a tomar chorote y comer tamales de chipilín, en parajes escondidos de su natal Tabasco. Desde allá tendremos que soportar sus mensajes atribulados.
Desde allá descargará su frustración ante los millones de fifís y conservadores –como él les llama–, hombres y mujeres que protestarán contra la ola de feminicidios sin investigar y menos comprender las causas que los han provocado, los criminales que han intervenido, ante una Corta Transformación azorada, perpleja y catatónica.
El mismo pánico escénico que se apodera del mandatario cuando suceden lo peor para lo que la Corta T nunca ha estado preparada. El que se apodera de una doliente humanidad que hace presa del que manda y del que obedece, al horrísono, pero con diversas consecuencias.
El héroe proyecta su miedo sobre su oponente, el cobarde corre
Decía Søren Kierkegaard, el gran filósofo escandinavo: «Ningún gran inquisidor tiene preparadas torturas tan terribles como la angustia; ningún espía sabe atacar con tanta astucia al hombre del que sospecha, ni sabe tenderle tan bien la trampa… la angustia no lo deja escapar jamás, ni con distracciones y bullicio, ni en el trabajo ni en el ocio, ni de día ni de noche».
El manager Constantine Cus D’Amato lo dijo: «El héroe y el cobarde sienten lo mismo, pero el héroe utiliza su miedo, lo proyecta sobre su oponente, mientras que el cobarde sale corriendo. Es siempre lo mismo, el miedo, pero lo que importa es lo que haces con él».
Renny Yagosesky, orientador de la conducta, lo hace explícito: «el pánico escénico es habitual entre individuos que tienen que actuar ante una audiencia… incluye estrés, timidez y ansiedad, tensión corporal, inhibición, ineficacia funcional, alteración de lo fisiológico, cognitivo y conductual. Y a él no le parece retratar de ese modo.
A AMLO le fastidia atender o responder a asuntos criminales
Ese es el mismo pánico escénico de cuando se dio cuenta del desgarriate que se iba a desatar cuando liberaron las Fuerzas Armadas al Chapito en Culiacán. Entonces, el Caudillo tomó raudo y veloz el camino de Oaxaca para ir a refugiarse en cualquier regazo, en cualquier mitin de fanáticos desinformados, en cualquier lugar que se prestara.
Allá, desde Oaxaca el anterior 17 de octubre como desde Tabasco el próximo 8 de marzo, escogerá a cuál de sus colaboradores menores echarle toda la carga de la culpa. En los dos casos, se trata de asuntos criminales que a él le fastidia atender o responder, sólo porque no tienen nada que ver con la reelección o con la rifa del avión que le interesan.
Sólo que hoy, una parvada macabra de cisnes negros se abalanza sobre el tímido ganso. Está en puerta el coronavirus, la recesión, el desmantelamiento de las instituciones de salud, la escasez de medicinas, los ataques de pandillas dirigidas contra los universitarios de bien, los nombramientos en el Instituto Nacional Electoral para despacharse con la cuchara grande en todas las elecciones del sexenio… y un fatídico etcétera.
Una parvada de cisnes negros cae sobre el apesadumbrado ganso
La mala noticia es que no está preparado para responder a ninguna de ellas. Las solución Ackerman, como antes la solución Irma Eréndira Sandoval, o la del epidemiólogo López-Gatell, como la de los neoliberales atizadores, ya no sirven para nada. La pólvora se acabó. Tendrá que enfrentar las consecuencias o morir en el intento. Y no está dispuesto a hacerlo.
Ya no podrá responder como aquella vez que los reporteros le preguntaron a Manuel Bernardo Aguirre, secretario de Agricultura y Ganadería del echeverriato, cómo se le iba a hacer para combatir en el noroeste a la encefalitis equina: “esos bichitos no suben la cordillera de la Sierra Madre”, dijo el chihuahuense. Eran otros tiempos… ¿o el Caudillo piensa que son los mismos?
Una parvada de cisnes negros cae sobre el apesadumbrado ganso, y no hay qué contestar ni a la pandemia, ni al desastre económico provocado por victimizar a los inversionistas, ni para sembrar en la UNAM las guardias de corps de cuatroteros dispuestos a defender a capa y espada o a pedradas a todo aquél que atente contra su divina palabra.
Respuestas rancheras, cuando está en juego la integridad del país
Y ya podrá rasgarse las vestiduras Juan Ramón de la Fuente, ya podrá la Organización Mundial de la Salud decir que en México estamos muy preparados, ya podrá López-Gatell decir que tenemos todos los protocolos en vigilia, ya podrá decir el tal Ackerman que va a escoger a los independientes del poder, así como la esposa afirmar que el paro nacional es para que los hombres laven los platos.
Puras respuestas rancheras, cuando lo que está en juego es la integridad corporal, la vida y la subsistencia como país. Cuando lo que está en juego es el empleo, los recursos, la distribución equitativa de los beneficios, promesas de campaña hechas polvo a año y medio de tomar el poder. Y lo que sigue pinta color de hormiga.
El poder es para ejercerse, no sólo para fantasear lo inalcanzable
Los millones de manifestantes embravecidos en las calles no entenderán sus razones. Sólo piden justicia, la misma que se ha denegado para combatir a los grandes delincuentes de la Nación como a los narcotraficantes, como a los feminicidas, pues todo forma parte del mismo escenario de incompetencias… y de miedo a que se descubran los enjuagues.
La hora cero llegará, aunque el Caudillo quiera esconderse en Tepetitán. Hasta allá lo deprimirán sin piedad las noticias de que la Corta Transformación no sirve para nada, sólo para destrozar al país.
No hay regazos que sirvan. El poder es para ejercerse, no sólo para fantasear lo que jamás llegó y afirma que llegará. No sabe cuándo, ni cómo. Lo que vivimos es la pesadilla más grande de que se tenga memoria, el aquelarre en un infierno provocado por la ignorancia y la soberbia.
AMLO no está preparado. Los panzazos escolares no sirvieron para detener los ciberataques a Pemex, ni para detener el desplome de la inversión fija, ni para recuperar los dos millones de empleos perdidos, ni nada. Sólo sirven, si acaso, para presumir títulos universitarios de mala entraña. Jamás servirán para perpetuarse espuriamente en el poder.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: La mañanera de este jueves estuvo subida de tono. El Presidente arremetió contra los medios de comunicación al asegurar que los ataques en la prensa se deben a la reducción de publicidad oficial. Dejó en claro que aunque sigan presionando no se destinarán más recursos. Se extrañó de que ahora también sean feministas y llamen a marchar. Además, aseguró que existen grupos que apuestan porque le vaya mal al gobierno. Manifestó que hasta utilizan el coronavirus para tratar de desestabilizar al tiempo de defender su aval para que el crucero de turistas extranjeros atraque en Cozumel. Nervioso. Muy nervioso el presidente. Al borde de un ataque de pánico.
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