Pobreza panista
Ramón Zurita Sahagún martes 8, Mar 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Bien o mal, pero hablen de mí, sentencian los que buscan fama.
Eso parece ser lo que está pasando en Acción Nacional, donde la falta de logros en las sucesivas administraciones presidenciales, los lleva a la búsqueda de otros caminos para que el partido y sus representantes sean considerados dentro de los principales activos políticos.
El tiempo transcurre rápidamente y no se ve de dónde saldrá el panista con respaldo y trabajo suficiente para enfrentarse en las urnas a los candidatos de otros partidos.
Por eso, el presidente Felipe Calderón decidió sacudir el avispero y lanzar la consigna de que su partido postulará al mejor candidato, sin importar si este milita o no dentro del partido blanquiazul.
La estrategia le funcionó, ya que el mismo presidente de su partido, Gustavo E. Madero Muñoz, salió a botepronto para especificar que, seguramente, será un candidato surgido de las filas de la militancia partidista.
Y es que por más esfuerzos que realizan los panistas, ninguno de sus aspirantes prende en el ánimo ciudadano, ya que la oferta de los mismos sigue siendo pobre.
De los secretarios del gabinete presidencial, los cuatro mejor posicionados se encuentran sin grandes logros en sus dependencias y con figuras sumamente empequeñecidas.
Si acaso Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo, es un personaje polémico, pero con alto grado de rechazo ciudadano y hasta de su propio partido, por la larga militancia priísta, que lo llevó incluso a perder una diputación federal en los comicios del 2000 y por sus constantes yerros en políticas públicas.
Heriberto Félix Guerra, secretario de Desarrollo Social, es inflado en cuanta oportunidad se presenta, dejando en claro que el respaldo viene de Los Pinos, pero sin que ocurra nada extraordinario o aproveche ese supuesto apoyo para crecer en las encuestas.
Ernesto Cordero Arroyo, secretario de Hacienda, decidió mejor aventar la toalla que subirse al cuadrilátero de la contienda presidencial.
Alonso Lujambio Irazábal, secretario de Educación Pública, desperdicia la figura y el impacto que tuvo en un principio sobre el sector femenino de la población que consideró como una buena contienda una disputa entre el priísta Enrique Peña Nieto, el perredistas Marcelo Ebrard y el panista Lujambio Irazábal.
El secretario de Educación Pública no pudo consolidar el respaldo con el que arribó a la SEP y se quedó estancado en una promesa política.
De los tres gobernadores que anunciaron su pretensión de competir por la candidatura presidencial panista, ninguno de ellos obtiene buenos resultados en las entidades que gobiernan.
Emilio González Márquez, gobernador de Jalisco, ha sido sumamente impugnado por su preferencias a ciertos sectores de la sociedad, lo que se han visto beneficiados con su gobierno.
Algunos hechos bochornosos han mostrado a un González Márquez en condiciones lamentables y con el uso de lenguaje inapropiado que asusta a los moralistas y exhibe al político.
Como si eso fuese poco, el gobernador de Jalisco se encuentra enfrentado con sus antecesores en el cargo, Francisco Ramírez Acuña y Alberto Cárdenas Jiménez, por lo que sus activos políticos son reducidos.
Juan Manuel Oliva Ramírez, gobernador de Guanajuato, es un activo de la ultraderecha, vinculado a los grupos religiosos, señalado, además, por supuestos dispendios de los dineros públicos, especialmente en la promoción del estado como la mejor entidad para la instalación de la nueva refinería, la que, finalmente, ganó Hidalgo, pero que dista mucho de iniciarse.
Marco Antonio Adame Castillo, gobernador de Morelos, quien de la misma forma que los otros homólogos mencionados arriba, son vinculados a “El Yunque” y demás grupos de la ultraderecha moralista y religiosa que se ubica en uno de los extremos del Partido Acción Nacional, tampoco reúne la estamina suficiente para entrar a la disputa de la candidatura presidencial de su partido.
Si acaso los dos legisladores que completan las cartas panistas tienen mejor ubicación en el conocimiento de los ciudadanos hacia sus personas, ya que ambos pasaron el gabinete presidencial y por el quehacer legislativo.
Josefina Vázquez Mota está obteniendo buenas respuestas, pero no por su gestión como diputada federal o coordinadora de la bancada panista en la Cámara de Diputados. Lo consigue por sus constantes desplazamientos hacia los estados y sus frecuentes reuniones con militantes y dirigentes del partido. Su propio activismo preocupa a los altos mandos del partido que buscan la forma de comprometerla a que compita por el gobierno del Estado de México y de esa forma se sacudan la presencia del panista mejor posicionado en las encuestas.
Santiago Creel Miranda, senador, tampoco es del agrado de los altos mandos del partido, pero es el otro personaje que logra mejor posicionamiento dentro de los presuntos aspirantes del partido blanquiazul.
Ex secretario de Gobernación, precandidato presidencial hace seis años, diputado federal y senador, consiguió vencer la resistencia de algunos dirigentes que lo querían marginar políticamente, luego de que fue destituido de la coordinación de los senadores.
Por eso, el nuevo presidente del PRI, Humberto Moreira Valdés, aprovechó la situación para mencionar que de un jalón, el presidente Calderón borró a los diez supuestos presidenciales de su partido.
Madero solamente trató de enmendar el discurso del Presidente, pero los presidenciables panistas están liquidados, dijo el dirigente tricolor.
Sin embargo, Moreira Valdés rechazó temores de su partido sobre la eventualidad de una alianza entre el PAN y el PRD, para presentar candidato común en los comicios presidenciales del 2012.
PREGUNTA DECIDIDA
Los representantes de Acción Nacional y del Partido de la Revolución democrática decidieron ya la pregunta que se hará a los mexiquense el próximo 27 de marzo, para que definan si quieren o no una alianza entre esos dos partidos.
La pregunta es sencilla y se refiere a si quieren un candidato en alianza con un programa en común.