Periodismo, una actividad en desahucio en el México de López Obrador
Roberto Vizcaíno jueves 20, Feb 2020Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Decir que los periodistas en México enfrentamos hoy el peor de los momentos es simple y llanamente un lugar común.
Y no hablo de las amenazas y asesinatos que se ejercen sobre el gremio, que son las peores de todos los tiempos, sino del recorte masivo de reporteros, fotógrafos, camarógrafos, productores, conductores y auxiliares de redacción y guionistas que se ha dado en prácticamente todos los medios informativos mexicanos, privados y gubernamentales, en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Alguien seguro lleva al día esta espeluznante lista.
El reportero Alejandro Lelo de Larrea, por amistad y compañerismo, solidaridad y la exigencia de un trato digno, le lleva la suya a la ex periodista progresista Sanjuana Martínez, hoy la Atila de Notimex.
Sanjuana, dice y describe puntualmente Lelo, lleva ya 240 despidos de periodistas de Notimex. Pero además con las peores mañas de patrones sin escrúpulo alguno. De esos de la etapa más deleznable del neoliberalismo del que tanto se queja su patrón mayor, el tabasqueño López Obrador.
Es insuperable la sevicia con que Sanjuana Martínez (no quiero indagar cual es su segundo apellido, no vaya a ser que me encuentre que no hubo quien la parió) se ha vertido contra los 20 corresponsales de Notimex en el extranjero, a quienes sin más echó fuera de la nómina de la Agencia del Estado Mexicano a fines de 2018.
Llamados hubo de todas las coordenadas de la 4T, y de su periferia, para que Sanjuana recapacitara y liquidara a los corresponsales algunos de ellos hasta con 35 años de servir a Notimex. Le valió. Los trató como a los peores enemigos.
Pero así como la Atila Sanjuana en Notimex, se han portado otros directivos de los medios del Estado y los recortes hechos en Imer, Canal 11, Canal 22, Cepropie, Radio Educación, Sistema Público de Radio y Televisión o Canal 14 y otros suman quizá miles de desempleados.
Y miles han sido despedidos de los medios privados. No se ha salvado ninguno de los 28 diarios de todos tamaños y cortísimos tirajes de la capital del país. Uno, el más antiguo y conocido, de más de 80 reporteros hoy apenas llega a 12 y pronto quizá va a abandonar su edición impresa para continuar sólo con la digital, que según Comscore recibe quizá 18 millones de visitas al mes.
En el centro de los privados está la ya agudísima crisis financiera y económica por la decisión de López Obrador de cerrar el flujo de publicidad del Gobierno. En eso lo han seguido los gobernadores y alcaldes, los organismos descentralizados e instituciones autónomas, y la IP. Hoy los medios informativos mexicanos salen de milagro. Pronto algunos dejarán sus impresos y acortarán aún más sus plantillas.
Sin fijar una política de Estado para la Comunicación, en el entendido de que los medios informativos son esenciales para el fortalecimiento de la democracia a través de formación de opinión, López Obrador no sólo desvía hacia otros usos los dineros que antes se destinaban a campañas de programas estacionales -educación, salud, turismo, etc., o a programas de desarrollo o sociales del Gobierno, sino que los periodistas y sus medios son su piñata preferida a la que atiza palos todos los días, preferentemente en sus mañaneras.
Algunos dentro de los que me incluyo, creímos que su llegada al Poder podría significar el establecimiento de una nueva Relación Prensa-Estado. Soñamos en el modelo francés, alemán…
Un rayo surgió con la publicación de Ricardo Monreal del libro “Desafíos, el Senado en la 4T”, en cuyo capítulo séptimo aborda los siguientes puntos:
“El desafío de la nueva comunicación en el Senado de la República; La historia viene de lejos; El contexto actual de la comunicación gubernamental en México; La estrategia de comunicación en un contexto cambiante; Comunicación gubernamental y comunicación parlamentaria y; Una nueva comunicación para la transformación”.
Este libro lo presentó Monreal a mediados del 2019. Ahí el zacatecano habla a fondo de la Relación Pernsa-Estado y de la necesidad de ir a una nueva Correlación.
Pero el poder de AMLO, y su negativa a escuchar son tan apabullantes, que el líder de la bancada mayoritaria de Morena poco ha podido hacer al respecto.
Legislar derechos
Un movimiento en este sentido lo hizo hace unos días el senador de Morena, Ovidio Salvador Peralta Suárez, quien presentó -seguro con el visto bueno de Monreal-, una iniciativa para adicionar en la Ley Federal del Trabajo, un capitulo denominado “Trabajo de Periodismo”.
Ahí se establecen los elementos jurídico para la protección laboral y económica de los periodistas en México.
Al presentar su iniciativa Peralta Suárez enumeró los males a que se enfrentan los periodistas mexicanos en lo laboral y en su actividad diaria. Prácticamente sin derechos laborales, con salarios exiguos, cero prestaciones, horarios sin límite y sin descansos ni en días festivos, los reporteros y fotógrafos, camarógrafos, son explotados sin conmiseración por sus patrones.
Hay periodistas, dijo, que realizan distintas actividades, desde cubrir la nota, tomar fotografías, redactar, corregir la nota, cuidar la impresión de la publicación, todo por un mismo salario, sin que exista compensación alguna ni las necesidades básicas de alimentación.
Lo que no dijo, es que hoy las principales amenazas, peligros de este gremio, vienen de las decisiones de López Obrador. Lo más que dijo, fue:
“Es vital que el Estado garantice una serie de aspiraciones para que los derechos de los comunicadores y periodistas sean efectivos, al igual que en cualquier otra profesión”.
Esta iniciativa corre hoy junto con otras en las comisiones del Senado y la Cámara de Diputados. Que se sepa, en ninguna de estas iniciativas se aborda el problema toral del periodismo mexicano: su viabilidad económica y financiera, no plantean programas de emprendedores y de créditos.
Sin financiamiento, no hay futuro para este periodismo hoy en extinción.
Y el PRI sigue adelante hacia su XXIII Asamblea
Alejandro Moreno, presidente del PRI y de la Copppal, abrió ayer en la sede de la Fundación Colosio -antes Iepes-, los foros hacia la preparación de su XXIII Asamblea Nacional.
Ahí, acompañado por la senadora y expresidenta del tricolor Beatriz Paredes; por la expresidenta y diputada federal Dulce María Suri y por el exdirigente José Antonio González Fernández, el gobernador de Campeche con licencia insistió en que los priístas no pueden olvidar que su partido fue el que creó las grandes instituciones y la infraestructura con que cuenta hoy México.
Con ese antecedente, dijo, hoy los priístas deben ir hacia un partido para el siglo XXI, un partido tecnológico, digital, abierto por igual a los jóvenes que a los adultos mayores y, más que nunca, comprometido con las mujeres y con la lucha que han dado. “Todos en el partido tenemos una enorme responsabilidad: cuidar la integridad, la paz y la armonía de las familias mexicanas”, afirmó.
Y agregó:
“No tengan duda que tenemos certeza, tenemos rumbo y sabemos qué hacer. La política se hace con inteligencia y estrategia. El objetivo de un partido es ganar elecciones, servirle a la gente, para dar buenos resultados”, expresó. Además, agregó, “mi único compromiso y convicción es unir al partido, trabajar con todos los priistas para volver a ganar elecciones… vamos a demostrar que el PRI está firme, está de pie”.
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