Sensibilidad
Armando Ríos Ruiz viernes 28, Feb 2020Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
Una de las características más importantes de quienes militan en las actividades políticas, es la sensibilidad. Mientras más aguda, mientras más activa, la reacción ante los grandes problemas es más rápida.
Desafortunadamente, ese no es un don que hoy existe. Nuestro mandatario sale fácilmente de sus casillas cuando en sus conferencias mañaneras, que según él, son el arma para contrarrestar a los periodistas que sólo hacen preguntas incómodas que no se apegan a sus propósitos, deja translucir una irritación que le resulta imposible ocultar.
Sus actitudes han marcado una diferencia tangible de apreciación o de sensibilidad, entre la ONU y él. Se notó en la preocupación mostrada por el organismo internacional con los feminicidios, mientras en una de sus prédicas, el mandatario dejaba ver que la noticia de esos crímenes sólo estropeaba su nota de ocho columnas sobre la rifa que no fue rifa, del avión presidencial.
“¡Esto es historia!” Se atrevió a fustigar con coraje, porque le preguntaban acerca del enorme problema de asesinatos y toda clase de crímenes que viven las mujeres y en general, el pueblo de México, a lo largo y ancho, a lo que le restó jerarquía, porque lo suyo era incuestionablemente superior en importancia.
Dijo ese día textualmente: “sí es importante lo del feminicidio, pero ya estoy viendo que esa va a ser la nota. Fue una manipulación. Le dieron vuelo. Si no existieran las mañaneras nos tendrían arrinconados como era antes, una especie de chantaje: no me dan dinero, aguántate”. Olvidó a quienes les pagan por hacerle preguntas convenientes, como Carlos Pozos y Carlos Domínguez, entre otros.
Luego añadió sonriente: “Estoy muy contento y vengo a decirles que esta semana recibimos dos mil millones para la gente que lo necesita y me van a voltear el sentido de esta conferencia, pues no me gusta eso. Porque esto es historia”.
Mientras, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, del Fondo de Población de las Naciones Unidas, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, urgieron a las autoridades correspondientes investigar el feminicidio de Ingrid Escamilla con perspectiva de derechos humanos y de género, lo mismo que de otras mujeres y niñas.
Instaron a las despreocupadas (aunque parece que ya están preocupadas) autoridades, a investigar, inclusive, quién filtró imágenes de información y sancionar a los responsables de su publicación. También demandaron de la Prensa, “ejercer un periodismo crítico, constructivo y riguroso, que abone a poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, no que la fomente”.
Para el Presidente debe resultar también de mucho alivio contar con los que no piensan, que abundan en sus huestes. El senador Martí Batres, con tan poco cerebro, debe dar gracias a Dios, por tener quién piense por él. Como otros políticos de la 4T, repite como loro que los feminicidios son herencia de los neoliberales.
Aún no se da cuenta que ocurren en este momento y que han aumentado sensiblemente, como todos los crímenes, en sólo un año, de lo que va del sexenio, por la simplísima y sencilla razón de que no existe autoridad, en estos días, que los impida o que de perdida, trabaje para disminuir su número. La superlativa falta de sensibilidad no le permite percibir que se trata de un problema de consecuencias bastante graves, que hoy padece México. ¡HOY!
Porque ocurrían anteriormente, no quiere decir que los feminicidios los haya creado y fomentado el neoliberalismo. Nada puede tener de neoliberal un asesino que goza asesinando y que lo hace con saña infinita, como ocurrió con una niña del estado de México, a quien violaron y mataron con casi 200 puñaladas y luego le destrozaron la cabeza con una enorme piedra.
En el idioma de la 4T, Batres quiere decir sin sesos.