El poder gay, en el poder
Alberto Vieyra G. miércoles 19, Feb 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En la Casa Blanca ya llegó un negro como presidente número 44 de los Estados Unidos y después del patán y lunático, Donald Trump, la bestia Trumpiana, los norteamericanos podrían llevar en noviembre de este 2020 a un integrante del poder gay en el gran poder: Pete Buttigieg. En Estados Unidos, todos coinciden en que Buttigieg no es muy macho que digamos, no sólo por exhibir fotos con su pareja, otro gay, pero todo mundo coincide en que el pre candidato demócrata que ha puesto a temblar a los muy machos, es un tipo inteligente y fuera de serie que podría aglutinar a por lo menos 20 millones de latinos que votaron en 2016 por Donald Trump, pero que hoy están decepcionados, no sólo porque ha tildado a los mexicanos como “la basura del mundo” y ha agarrado de su puerquito a la nación azteca con eso de su muro, sino porque pareciera protagonizar un reality show barato de televisión mofándose y denigrando a todo mundo, sobre todo después de que en el juicio político que libró en el mes pasado, le hicieron lo que “el aíre a Juárez”.
No pocos norteamericanos van con la tesis mexicana de que “golpe que no mata, fortalece”, pero el fallido juicio político dejó en claro que el sistema democrático norteamericano, fue ideado por los padres fundadores de Estados Unidos para que el predominio político de la sociedad norteamericana lo ostenten las poderosas oligarquías dominantes y que eso de ser el país más respetuoso del Estado de derecho y las leyes, es solo un cuento, porque lo que impero fue el predominio de esas poderosas élites que militan en los partidos republicano y demócrata.
Que constitución, ni que constitución política de los Estados Unidos, los que parten el queso son los poderosos del dinero, que son los que mandan en Estados Unidos, en México y en China.
Pero fuera de las consideraciones ya citadas, ha quedado de manifiesto también que el poder gay en Estados Unidos estaría a punto de convertirse en el gran poder en la Casa Blanca, no solo en la Casa Blanca, sino por todo el mundo porque las células del poder gay están en el poder en todos los círculos políticos y sociales a escala global.
En México, ese intrincado asunto del poder gay, en el poder fue abordado por primera vez allá por el sexenio de Miguel de la Madrid por el ilustre periodista don Rafael Loret de Mola, quien tuvo que exiliarse “voluntariamente” en dos ocasiones fuera de México porque esos que no son machos, eran muchos y estaban incrustados en las grandes esferas del poder, lo amenazaban a cada paso que daba.
A esas alturas del poder se incrustaría también el narcotráfico, sobre todo desde la era salinista y de ello da cuenta el periodista en varios de sus libros, destacadamente en “Alcobas de Palacio”, quien tiene la etiqueta de ser un periodista extraordinariamente incomodo en México, y su hijo Carlos que no canta malas rancheras sigue sus pasos, aunque todavía le falta cuajar bien.
En el actual sexenio, el poder gay, en el poder esta por todos lados, bueno hasta en los medios de comunicación del Estado mexicano, pero esa, esa es otra historia, por ahora solo algunos de los hombres más millonetas de Estados Unidos como Michael Bloomberg, podrían evitar que al gran poder político de Estados Unidos llegue el poder gay, con Pete Buttigieg.