Calderón sí va con Ebrard
Roberto Vizcaíno lunes 7, Mar 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Todavía tiene que lidiar con la resistencia interna de quienes no quieren modificar los estatutos ni las reglas para lanzar candidatos, y de quienes insisten en que el aspirante presidencial debe ser cien por ciento panista
El sábado el presidente Felipe Calderón oficializó ante la cúpula de su partido el Pacto de Davos, y en los hechos anunció que su candidato presidencial será Marcelo Ebrard.
Aquí, aplica la premisa de que, “al buen entendedor, pocas palabras”.
Nosotros adelantamos aquí mismo, el viernes 28 de enero, que al amparo del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, hubo un encuentro entre Calderón y Ebrard en que pactaron ir juntos en la presidencial del 2012.
Convinieron entonces que la fórmula para disminuir tensiones y rechazos al interior del PRD y del PAN, sería la de que el candidato fuese lanzado por un Frente Amplio de Transición Democrática al que ambos partidos se sumarían con sus estructuras y recursos.
Bajo este esquema el candidato presidencial, muy presumiblemente Marcelo Ebrard, no sería el candidato ni del PRD ni del PAN sino de un amplio conglomerado de fuerzas, corrientes y asociaciones políticas y ciudadanas.
Bueno, el sábado pasado, ante el pleno de la dirigencia de su partido, Calderón dio el primer paso para la construcción de este escenario y avanzar en el cumplimiento del Pacto de Davos, al pedirle a los suyos:
“Desde ahora, sugiero respetuosamente que nos aboquemos todos a ver en cada distrito electoral, en cada estado, en cada puesto de elección popular, quién verdaderamente, militante o no, puede responder a ese atributo de ser la o el mejor (candidato a la Presidencia de la República), porque lo que está en juego es nada menos que el futuro del país, y no sólo el futuro en el gobierno de Acción Nacional”. (Negritas, cursivas y subrayado nuestros)
El Presidente de la República estaba en el auditorio Manuel Gómez Morín de la sede nacional del PAN, frente a la mayoría de los más de 300 consejeros nacionales de su partido, el núcleo de decisiones políticas más importante de AN, convocado para reformar, modificar los requisitos de lanzamiento de candidatos.
A ellos, enfatizó: “ganar elecciones significa también y fundamentalmente, proponer los mejores candidatas y candidatos, no los que merezcan más por méritos partidistas, no los que pertenezcan a este o aquel grupo, simple y sencillamente los mejores”. (Negritas y cursivas nuestras)
Por eso les insistió en elegir “sin prejuicios y sin compromisos amarrados” al mejor candidato presidencial porque de lo contrario, “que no nos llame a sorpresa un resultado adverso…”
Su intervención duró más de 40 minutos, pero se requería sólo apenas un par de frases para dejar al descubierto: oficializar el Pacto de Davos… y su intención de ir a cualquier fórmula, incluso aliarse a sus más acérrimos enemigos, con tal de intentar evitar el regreso del PRI a Los Pinos.
Lo hizo sin importarle que, al proponerle a los consejeros nacionales panistas elegir a un candidato externo, estaría evidenciando, aceptando que su gobierno ha fracasado. Aceptar que ha hecho un mal gobierno al grado de que los ciudadanos han dejado en claro en las encuestas que prefieren votar por el PRI que por el PAN.
Al hacerlo deja en claro que sabe que sólo, el PAN no gana.
Y al pedirles aceptar un candidato externo deja en claro que sabe que los 10 aspirantes presidenciales panistas de los que habló Gustavo Madero, simplemente no llenan los requisitos mínimos para ratificar al PAN en la Presidencia.
Pero sobre todo Calderón dejó en claro que los principios, la ideología y la militancia panista no importan un quinto.
Todavía tiene que lidiar con la resistencia interna de quienes no quieren modificar los estatutos ni las reglas para lanzar candidatos, y de quienes insisten en que el aspirante presidencial debe ser ciento por ciento panista.
Pero su moneda ya está en el aire y va por sacar adelante ese acuerdo. Y hay muestras de que es persistente e intransigente cuando se propone algo.
Veremos en qué termina…
¿NUEVO PRI?: Finalmente el viernes 4 de marzo, al cumplir 82 años de haberse creado, el PRI estrenó en Querétaro nueva directiva con Humberto Moreira y Cristina Díaz Salazar a la cabeza.
Desde ahí, ante la concentración de fuerza más importante y numerosa desde que perdieron en julio de 2000 la Presidencia de la República , los priístas predibujaron un nuevo partido que va no sólo por la recuperación de Los Pinos en el 2012, así como más gubernaturas, alcaldías y diputaciones, sino por un nuevo modelo cultural, económico y político que traiga a México una sociedad más democrática, justa y equitativa.
Ahí estuvieron todos: los 19 gobernadores emergidos del PRI, diputados federales y locales, senadores, alcaldes, líderes de sectores, cúpulas partidarias, ex funcionarios de todo pelo… y miles y miles de simples militantes tricolores.
En medio de todo eso, un reconocimiento que advirtió sabor de triunfo anticipado: el grito y aplauso a Enrique Peña Nieto por donde quiera que pasó, a donde quiera que llagó.
“Enrique presidente… Enrique presidente… Enrique presidente…”, el estribillo sin fin que surgió de las decenas de miles de bocas de priístas que, apenas lo vieron pasar lo vitorearon, de esos que abarrotaron con sus camiones las carreteras y caminos en su curso hacia la ciudad de Querétaro provenientes de todo el país.
Una concentración que fue el más importante mensaje para los opositores del PRI.
En ese escenario, desde el Centro de Convenciones donde proliferaron los nuevos recursos de comunicación masiva –enormes pantallas de plasma, altavoces, la actuación de cómicos y bandas de música-, el recien inaugurado dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira advirtió que, bajo su conducción, el tricolor no sólo se ratificaría como el partido con mayor experiencia y logros en México, sino el que llevará a este país ha su plena inserción de la globalización pero con respeto a su cultura, sus sistemas de educación y de trabajo.
Le recordó a sus militantes, estructuras y ciudadanos que su partido desde 1929 que fue creado, le dio a México sus principales y más importantes instituciones: IMSS, SEP, Infonavit, etcétera.
De igual manera recordó que los gobiernos del PRI fueron los que construyeron las principales redes de comunicación carretera, los sistemas de salud, educación, leyes laborales y de derechos humanos.
“El PRI es el mejor partido de México porque donde gobierna propicia condiciones para la inversión productiva, la generación de empleos, competitividad y distribución equitativa de riqueza…”
Por ello convocó a todos los priístas a enfrentar el reto de sacar adelante a México.
“(Porque) Hoy México pasa por momentos difíciles. La brújula del gobierno federal parece perdida. La alternancia no produjo la mejoría en el gobierno que la gente esperaba.
“Hoy la falta de liderazgo ha sumido a la economía en una década de crecimientos muy bajos que lastiman por igual al empresario, al trabajador, al comerciante, al campesino y al ama de casa.
“A pesar de algunas cuentas alegres y de promesas olvidadas, las oportunidades son insuficientes.
“Hoy los salarios han sido superados peligrosamente por los precios y se han multiplicado los jóvenes que no encuentran lugar ni en el estudio ni en el trabajo.
“La pobreza y la desigualdad, los dos grandes males del país, se han agudizado. Las cifras objetivas muestran que hoy hay más pobres y se ha recrudecido la marginación social.
“Muchas familias, miles de familias, están perdiendo la esperanza. Y cómo no había de ser así, si en vez de un liderazgo claro y comprometido con las mayorías y con la mira puesta en el crecimiento justo de México, se utiliza la política no para lograr acuerdos de alcance nacional, sino para otorgar ventajas electorales.
“Acaso lo más grave, cada día son más las ciudades y los poblados, las carreteras y los centros de reunión, en los que ya no se vive en paz y con seguridad.
“De ahí que ahora México tenga un rostro triste, el rostro de un país que ha sido superado por naciones hermanas que antes nos admiraban. El rostro de un país que hacia el exterior actúa con incongruencia e impericia, y que hacia el interior ha extraviado el rumbo.
“Ante esta realidad, los priístas reafirmamos nuestro orgullo por lo que supieron realizar los gobiernos emanados de nuestro partido. Sin embargo, no es al pasado a lo que los priístas deseamos regresar. No es a ningún pasado que esta generación del PRI pretende volver”.
En fin, una nueva directiva que inicia con grandes expectativas. Más pronto que tarde se verá si tiene el tamaño y la fuerza para relanzar al tricolor al poder.