Corruptos, ¿sin castigo?
¬ Augusto Corro miércoles 12, Feb 2020Punto por punto
Augusto Corro
La lucha contra la corrupción es uno de los ejes del actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Un día sí y otro también, aparecen las condenas a los funcionarios que de diferente manera saquearon el tesoro público.
Son muchos los que utilizaron sus cargos de representación popular acusados del delito de peculado. Esos funcionarios aprovecharon las oportunidades para concretar negocios ilícitos con el erario. Compraron mansiones, ranchos y no dudaron en manejar cuentas bancarias en el extranjero. También se corrompieron al asociarse con la delincuencia organizada.
Cabe señalar que son muchos los llamados servidores públicos que tienen cuentas pendientes con la justicia. En el presente solo dos ex gobernadores se encuentran en prisión: Roberto Borge, de Quintana Roo; y Javier Duarte, de Veracruz. También está en la cárcel Rosario Robles por el delito de peculado.
Los demás presuntos delincuentes son perseguidos por las autoridades que no reflejan un interés real de aprehenderlos. Mientras el presidente López Obrador sigue con sus condenas a los corruptos, estos andan libres, y quizá algo preocupados, pero nada más.
Pero los “peces gordos” siguen sin rendir cuentas ante el juez. Aunque en Estados Unidos será juzgado el ex secretario de Seguridad, Genaro García Luna, “el dedo chiquito” de Calderón.
El ex funcionario fue detenido en el vecino país y encarcelado. Ahora se espera conocer sus declaraciones que podrían incluir a personajes de la vida política relacionados con el narcotráfico.
En el renglón de los gobernadores corruptos, las autoridades se encuentran en deuda con la sociedad mexicana. Por ejemplo, los exmandatarios priistas, Fidel Herrera y Rodrigo Medina, acusados del delito de peculado superaron el conflicto y viven sin sobresaltos.
¿Se acuerdan de Miguel Ángel Yunes, el gobernador veracruzano que ahora es investigado por esconder medicina contra el cáncer? Tampoco ha sido llamado por los representantes de la ley.
Quedan pendientes los casos de los funcionarios corruptos como el ex director de Pemex, Emilio Lozoya. Cuando fue acusado de las irregularidades en la empresa no esperó en huir. ¿Alguien sabe dónde se esconde?
Lo mismo ocurrió con Carlos Romero Deschamps el controvertido líder petrolero que durante décadas malversó las cuotas de su organización sindical. Desapareció el jeque petrolero acusado de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
Otro que encontró la manera de escabullirse de la ley es el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, quien entró a la política cuando era un modesto vendedor de coches semi nuevos y terminó su administración como banquero.
Como señalamos arriba es constante el discurso del presidente López Obrador contra la corrupción y los corruptos. Claro, no deben ser juzgados a los saqueadores del erario, sino también aquellos que practicaron un sinnúmero de ilícitos.
Veamos: en los juicios a los ex presidentes de la República por diferentes delitos, el gobierno actual se resiste a tratar el tema más a fondo. ¿Sería posible que el exmandatario Enrique Peña Nieto pudiera ser juzgado por corrupto? ¿O qué en un juicio, Felipe Calderón respondiera sobre sus acciones por convertir a México en un cementerio? ¿O llevar ante el tribunal a Vicente Fox para que explique por qué traicionó a la democracia al imponer mediante fraude a su sucesor Calderón? ¿Alcanzaría el brazo de la ley a Carlos Salinas de Gortari y a Ernesto Zedillo Ponce de León? Estos dos últimos personajes difícilmente podrían ser perdonados. ¿Usted qué opina amable lector?
¿Adiós el INE?
El Instituto Nacional Electoral (INE) se encuentra en problemas. Su irreflexivo titular, Lorenzo Córdova, anticipó la reelección del secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo Molina. Así este seguirá 6 años más en la administración.
Quizá no sea tanto el problema de Jacobo Molina el que cause un conflicto en el INE, sino otra serie de hechos, en los que Lorenzo Córdova en los que juega un papel importante.
Por ejemplo, los consejeros del INE tienen un sueldo que supera al del presidente de la República. Su percepción brutal mensual es de 236 mil 370 pesos. Para el 2019, el presidente López Obrador su salario fue de 108 mil pesos más prestaciones para un ingreso de 138 mil 578 pesos.
En nuestra democracia a la mexicana, quienes organizan las elecciones se dedican a sacar el mejor de los provechos en el manejo de los votos. Se convierten en seres poderosos para atender las “sugerencias” de los partidos políticos.
El domingo pasado, decenas de personas se manifestaron en el centro capitalino con pancartas cartulinas y expresiones de reclamo contra el titular del INE al grito de ¡Fuera Lorenzo!
El subsidio millonario que se da a los partidos políticos y el dineral que se gasta en el INE serían suficientes para crear fuentes de empleo, en un país con más de cincuenta millones de pobres.
Por cierto, ya se vio a Lorenzo Córdova coqueteando con el ex presidente Felipe Calderón, quien busca fundar su nuevo partido México Libre.