¡Fuera vándalos!, de la UNAM
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 10, Feb 2020Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- “Dejar hacer, dejar pasar” ¿política del rector Graue?
- Por accidentes e irregularidades, dobles remolques en la escena del legislativo
Esta semana, la UNAM iniciará sus actividades con más de una decena de planteles cerrados, ya que fueron tomados y literalmente secuestradas sus instalaciones por pequeños grupos de supuestos estudiantes, quienes paradójicamente han denunciado violencia de género y con actitudes porriles, furia vandálica y capucha de por medio, no solo han agredido a alumnos, maestros y personal administrativo, sino que han impuesto la ley de la selva en los lugares que se han plantado, sin importarle los cuantiosos destrozos que en su camino de desmán provocan a instalaciones universitarias y, lo peor, sin que les importe el tiempo perdido de quienes si quieren ir a tomar clases, de quienes si se suman a la causa legitima de defender a alumnas quienes han sido agredidas o abusadas y no han sido atendidas en su momento, y en ese rubro hay que seguir insistiendo, pero éstos últimos no coinciden con las acciones de parar actividades que afecten también a otras y otros alumnos.
Es muy lamentable lo que está pasando en la UNAM, y es justo señalar que en este conflicto gran parte de la culpa la tienen las omisas autoridades, comenzando por el rector Enrique Graue, al no atender con mayor sensibilidad, diligencia y oportunidad las denuncias que en materia de violencia de género se han presentado desde mucho antes de ser reelecto como máxima autoridad del campus universitario, es cierto, pero nada justifica a los violentos ¿jóvenes? a querer hacer justicia por su propia mano destrozando instalaciones o perjudicando a maestros y estudiantes.
Nada justifica la serie de destrozos que los supuestos estudiantes han cometido en los lugares donde se han pertrechado como viles delincuentes, nada justifica que en su reclamo de ser atendidos se dirijan a las autoridades al puro estilo de la delincuencia organizada, con capuchas y uniformes negros, símbolos que lejos de generar empatías entre la comunidad lo único que han conseguido es que los verdaderos universitarios los vean como grupos de choque, grupos que al parecer tienen un pliego petitorio que nada tiene que ver con los verdaderos problemas, que lo hay, de la comunidad universitaria.
Por lo demás, es muy lamentable que, después de la reelección, el rector Graue no haya dado la importancia necesaria a temas que se han convertido en verdaderos conflictos: no se ha hecho, hasta el momento, nada por desalojar a quienes llevan años ocupando las instalaciones del Auditorio Justo Sierra, en la Facultad de Filosofía y Letras; nada para erradicar el narcomenudeo que se da en diferentes puntos del campus universitario; no ha puesto la atención suficiente a denuncias por acoso sexual de parte de profesores, y todo ello en su conjunto, entre muchas otros problemas, han dado origen a que los vándalos sigan haciendo de las suyas con la complacencia de las autoridades y eso ha sido aprovechado para que intereses oscuros pretenden desestabilizar las actividad universitaria o bien vulnerar su autonomía.
Señor rector, es tiempo de actuar, hay que pasar del festejo de la reelección a las acciones, ese fue un compromiso en su primer periodo de gobierno y si así va a seguir, con la misma actitud de dejar hacer y dejar pasar, pues a esas voces que desde el anonimato surgen para pedir su renuncia, tarde o temprano, se sumarán otras que confiaron en usted para continuar en el cargo, que por cierto una renuncia no parece ser la apuesta que más convenga a la UNAM, de ahí que hay que empezar por algo y eso podría iniciar con el desalojo de los vándalos que tienen secuestradas diversas instalaciones de la máxima casa de estudios del país, ¡Fuera delincuentes!, de la UNAM. En fin, hay tanto qué hacer que un guiño tal vez sería suficiente para quienes ya están hartos de la toma de instalaciones y hartos de la impunidad con que se conducen los vándalos. Que conste.
VA MI RESTO.- Por considerar que la circulación de transportes de carga, llamados doble remolques, semi remolques o tractocamiones, constituyen un peligro para la ciudadanía por los constantes accidentes en que se ven involucrados, además de las aparentes irregularidades con las que operan, la semana pasada el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, presentó una propuesta legislativa para que se prohíba la circulación de este tipo de vehículos articulados en zonas urbanas, rurales, autopistas y carreteras federales del país.
Con esta propuesta, el tema está nuevamente en manos del legislativo porque esta preocupación ciudadana viene de años atrás y en este caso basta recordar que, en mayo del año 2012, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó un Punto de Acuerdo para exhortar al Ejecutivo Federal a presentar un informe por escrito a esa Soberanía, sobre el proceso de revisión y adecuación de la NOM-012-SCT2-2008, relacionada con el peso y las dimensiones máximas con los que pueden circular los vehículos de autotransporte que transitan en las vías generales de comunicación de jurisdicción federal.
El informe requerido se presentó en tiempo y forma, pero es un hecho que los accidentes carreteros se siguen presentando, eso es lo que se ve y nadie hace nada, por eso es bueno que, ahora sí, se abra un debate serio en el ámbito del poder legislativo para que, de una vez por todas, surjan reglas claras para el tránsito y características específicas que deben tener esos vehículos, eso si se decide que sigan circulando, y hasta ahí porque como veo doy.