Más partidos desde el primero de julio
Ramón Zurita Sahagún lunes 10, Feb 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
¿A quién favorece la creación de nuevos partidos? ¿Sirve para una mejor competencia? ¿Funciona para jalar un mayor número de electores? ¿Transparenta la democracia?
Al parecer los nuevos partidos que entran en la competencia por el voto sirven solamente para que surjan un mayor número de personajes que lucran con el poder y se alimentan del dinero público.
El próximo primero de julio, nuevos partidos políticos se presentarán ante la ciudadanía mexicana con sus eventuales ofertas ideológicas que intentarán motivar al electorado para dejar atrás los partidos anquilosados que a lo largo de los años no han mostrado el resultado esperado.
No se sabe, hasta el momento, cuántos de los organismos que presentaron su documentación ante el INE serán los aprobados por el Instituto Nacional Electoral y podrán participar en los comicios federales del 2021 y, de obtener, el número suficientes de sufragios que les garanticen el registro entrar en las elecciones presidenciales de 2024.
Desde que en México se inició la etapa sexenal en 1934, un gran número de partidos han coincido en los comicios presidenciales, muchos de ellos como simple parásitos de los partidos considerados nacionales, haciendo valer su incorporación para subsistir por algunos años más, sin conseguir representatividad alguna.
En esos 86 años, solamente los candidatos de tres partidos han triunfado en la contienda presidencial, aunque la mayor de las veces coaligados con otros organismos políticos de escasa presencia nacional, pero que con ello garantizaron su permanencia y espacios en el Congreso de la Unión.
Hubo un tiempo en que (aunque parezca increíble) el Partido Comunista Mexicano se unió al PRI, para apoyar a sus candidatos como fueron los casos de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán.
El PAN contaba con registro, pero no presentó candidato ni apoyó oficialmente a ninguno en los comicios de 1940 y 1946, siendo hasta 1952 cuando presentó su primer candidato, Efraín González Luna.
Los partidos Popular y Auténtico de la Revolución Mexicana, basaban su permanencia al aliarse con los candidatos presidenciales del PRI, primero e integrados con el Frente Democrático Nacional, después.
Ellos y el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional desparecieron al presentar candidatos propios a la Presidencia de la República y ser rechazados por los electores en las urnas.
Uno de los candidatos presidenciales del PAN (Vicente Fox) requirió del apoyo del Partido Verde para ganar y el otro, Felipe Calderón lo hizo solamente con el apoyo de los panistas.
El único otro partido que ha contado con una candidato presidencial ganador es el Movimiento de Regeneración Nacional, que obtuvo el triunfo con el respaldo de otros dos partidos el PT y el PES, aunque el último perdió el registro.
Con este panorama tan desolador de los partidos en competencia, en verdad se requiere de muchos partidos para entrar en una mayor competencia, en la que, tal vez, el siguiente Presidente de la República gane con una votación más baja, incluso a la de Felipe Calderón que lo hizo con el 35 por ciento de los sufragios emitidos.
Pudiera ser una mejor opción adoptar las segundas vueltas presidenciales, para que el candidato presidencial reciba, cuando menos, el 50 por ciento más uno de los sufragios depositados en las urnas.